Los dulces elaborados por “La Gota de Miel” se han convertido en un delicioso manjar tradicional del Pueblo Mágico de Jerez, Zacatecas, endulzando los paladares tanto de los habitantes del municipio como de los visitantes. La producción de este aperitivo ha trascendido a lo largo de las generaciones de la familia Rentería.
Durante más de 50 años, Antonio Rentería Caldera ha estado elaborando dulces. Desde su infancia, aprendió de su padre, Juan Rentería Ramírez, a crear las diferentes variedades de este manjar jerezano. La elaboración de los dulces de leche, guayaba, nuez, coco, calabaza, chilacayote y biznaga sigue procesos distintos. No es lo mismo hacer las cocadas que los dulces de camote. Sin embargo, cada uno de ellos contiene ingredientes naturales, lo que les confiere un sabor único, según explicó Antonio Rentería.
Para producir estos dulces, se utilizan cazos profundos para hervir el camote, la calabaza, la leche, el azúcar y otros ingredientes. Este proceso puede llevar hasta dos días antes de que estén listos para la venta al público. El día comienza temprano, a las seis de la mañana, y termina a las cuatro de la tarde. Se pela el camote y el coco, se limpian las calabazas; es un trabajo constante y diario, como expresó Rentería Caldera.
Aunque no sabe cuántos dulces se producen semanalmente o diariamente, es común que, durante la feria local, la producción aumente debido a la mayor demanda. Actualmente, los dulces tienen un costo que oscila entre 20 y 30 pesos.
Antonio Rentería recordó su infancia, cuando los dulces se colocaban en bandejas para que él y sus tres hermanos los llevaran en la cabeza y los trasladaran a las calles del centro de la cabecera municipal de Jerez. Allí, junto con un banco para sentarse, vendían los dulces a las personas. Afortunadamente, ahora los transportan en una camionetita.
La tradición de elaborar dulces ha trascendido a lo largo de tres generaciones. Actualmente, Antonio Rentería y uno de sus hijos y hermanos se encargan de la producción, mientras que sus hijas se dedican a la venta. En resumen, es un negocio completamente familiar.
Los dulces de leche, guayaba, nuez y coco son parte de esta rica tradición que sigue endulzando los corazones de quienes visitan el Pueblo Mágico.
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