La lucha feminista ha estado presente desde todos los tiempos de la humanidad, y en alguna época este se realizaba desde la clandestinidad pues era un delito y se castigaba duramente a las mujeres que se atrevían a encabezar estos movimientos –eso aún pasa en la actualidad--, ellas eran perseguidas y hasta asesinadas, sin embargo, esto no disminuyó los ánimos para que muchas mujeres siguieran en esa lucha.
Es verdad que las manifestaciones son cada vez mas violentas, pero las muertes y agresiones a mujeres también lo son, cada día es más el número de asesinadas y desaparecidas, por ello las mujeres nos sentimos vulnerables y desprotegidas ante una autoridad que no ha hecho su parte para remediar este asunto, y menos han castigado debidamente a los infractores, y lo peor es que, aún jueces e instituciones policiales minimizan este flagelo que tantas vidas han costado.
Ser mujer es un riesgo, ser niña lo es más debido a la vulnerabilidad en la que crece y se desarrolla, ser mujer en esta época sigue siendo un asunto de desigualdad, inequidad y en muchas ocasiones un asunto de fatalidad.
Según algunas autoras, el movimiento feminista apareció, a fines del siglo XIII, cuando Guillermine de Bohemia propuso crear una iglesia de mujeres. Es que a partir del siglo XIX se empiezan a detectar algunos movimientos organizados y con un mayor número de participantes (colectivos).
Históricamente se ha documentado que la mujer participó en grandes acontecimientos en los últimos siglos como el Renacimiento, la Revolución Francesa y las Revoluciones Socialistas, sin que se le diera la importancia debida, documentándose como un asunto sin importancia, pues su presencia en estos movimientos incluso en la Revolución Mexicana, a la mujer se le ubicaba como una figura de subordinación y apoyo al varón que era al que se le reconocía, sin embargo éste no hubiese podido sobrevivir a esas luchas armadas sin el apoyo de la mujer.
Muchos historiadores ubican los primeros movimientos feministas en Francia en la Revolución Francesa donde se detectaron algunos que proclamaban la igualdad y el fin de la tiranía del hombre hacia la mujer. También en la Revolución Industrial, la activista Olimpia de Gouges, estableció la “Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana” (1791), donde se plasmaba el fin de la opresión hacia la mujer por el hombre y el reconocimiento de sus derechos.
Muchos han sido los movimientos feministas y han pasado cientos de años y poco ha mejorado la posición de la mujer, preguntándonos ¿qué hace falta para lograr la igualdad de una vez por todas? ¿Qué hace falta para erradicar la violencia hacia ella? ¿qué hace falta para que las autoridades se decidan a proteger su integridad?; definitivamente voluntad social, política y de autoridad. Para reflexionar
