30 de abril, se celebra día del niño y niña en nuestro país, lo que nos llama a la reflexión. Ser niño en México hoy en día, sobrelleva un gran riesgo, ya que en los últimos seis meses, se han registrado muertes de niños nunca antes en la historia, alcanzado cifras alarmantes, pues además de los riesgos inminentes de muerte por enfermedades propias de la pobreza (desnutrición, accidentes y abandono) sumamos ahora las de la violencia que vivimos actualmente, pues ahora en las matanzas delincuenciales, se da el asesinato también de infantes, (ultimo más conocido el de Minatitlán), estos asesinatos de niños se suman a la gran lista de muertes de inocentes en esta guerra de grupos delincuenciales, ya que ahora no se respeta ese supuesto código que existía de no matar a niños ni mujeres.
En nuestro país ser niño se ha convertido en un gran riesgo, ya que la situación económica y social golpea gravemente a este sector tan vulnerable de nuestra sociedad, sumado a ello los niveles de maltrato, abandono y explotación que son indignantes.
Según UNICEF 3 de cada 10 niños sufren de algún tipo de acoso sexual, en Latinoamerica, en México de los más de 40 millones de niños, casi el 40% tiene que abandonar la escuela para trabajar, exponiéndose a muchos peligros, entre estos, el perder su vida, todo ello impide a los niños de gozar su derecho a una infancia feliz, recibiendo protección, educación, alimentación y formación de valores que fortalecen la generación de hombres y mujeres de bien, lo que ayudaría a crear mejores generaciones de hombres y mujeres.
Urge que nuestro gobierno no solo promueva que se respeten los derechos de los niños, también es necesario que vigile que esto se cumpla, y sancione severamente a quienes los quebranten, ya que es una obligación irrestricta y moral de nosotros los adultos.
Sociedad y gobierno deben de trabajar juntos para proteger a nuestra infancia, pues ellos serán los ciudadanos del futuro en nuestro México, debemos procurar que se protejan los derechos de los niños y niñas, permitiéndoles vivir en un entorno adecuado para su desarrollo, asegurarnos que gocen de una educación integral que les permita desarrollar su máximo potencial, y procurar condiciones de vida apropiados para lograr un estado de salud física y mental que les permita ser productivos dentro de nuestra sociedad, además de crear políticas públicas que fortalezcan el enfoque transversal entre niños, niñas y adolescentes que admita su pleno desarrollo.
Finalmente, recordemos que la inversión y la protección de nuestra infancia nos dará la seguridad de contar con el desarrollo integral del capital humano, creando con ello, una mejor sociedad para nuestro país. Para reflexionar
