/ jueves 25 de abril de 2024

Somos la voz de los migrantes

Amigas y amigos que siguen este espacio, soy su amigo Saúl Monreal, como ustedes han visto, en la unión americana, han surgido algunas leyes que son regresivas en el trato a los migrantes ,no solo mexicanos sino a todos los latinos en Estados Unidos. Con la responsabilidad del cargo que voy a representar, me veo en la obligación de expresar mi más profundo rechazo a estas legislaciones, específicamente la ley SB4 de Texas y su similar en Oklahoma.

Estas leyes no solo son regresivas y dañinas para la comunidad inmigrante, sino que también atentan contra los valores humanitarios y de justicia que deben prevalecer en cualquier sociedad democrática.

La ley SB4 de Texas, promulgada por el gobernador Greg Abbott, y la HB4156 de Oklahoma, representan un retroceso significativo en la lucha por los derechos humanos. Estas leyes permiten a las autoridades locales detener y cuestionar a cualquier persona sobre su estatus migratorio, lo cual abre la puerta a prácticas discriminatorias y racistas. Además, la asignación de fondos para la construcción de un muro fronterizo en Texas, simboliza una barrera al entendimiento y la cooperación entre naciones.

Busco ser la voz de los zacatecanos y de todos los mexicanos que sientan vulnerados sus derechos, considero que no es correcta la regresión de esta oleada republicana antiinmigrantes y mi postura es clara: debemos promover políticas que respeten la dignidad de todas las personas, independientemente de su origen. Las leyes como la SB4 y la HB4156 además, generan un ambiente de miedo y desconfianza entre las comunidades de origen latino y otras minorías, que ya de por sí enfrentan numerosos desafíos.

Es necesario que, los representantes populares y quienes buscamos acceder a algún cargo, de inicio, nos opongamos a estas medidas y también que busquemos soluciones que aborden las causas estructurales de la migración.

Necesitamos generar el diálogo entre naciones para fomentar la integración y el respeto mutuo, no leyes que criminalicen la búsqueda de una vida mejor. La migración es un fenómeno natural y ha sido un motor de desarrollo y enriquecimiento cultural a lo largo de la historia en el país vecino del norte.

Desde mi posición, insto a los gobiernos de Texas y Oklahoma a reconsiderar estas legislaciones y a trabajar en conjunto con las autoridades mexicanas y organizaciones internacionales para crear un marco legal que proteja los derechos de los migrantes y contribuya a una convivencia armónica.

El estado de Zacatecas, ha sido un estado, incluso binacional, y nuestros hermanos migrantes han contribuido de manera significativa al desarrollo de la región, es nuestro deber moral y ético defender sus derechos y su bienestar, nos necesitan de su lado y conmigo pueden contar.

La ley SB4 y la HB4156 no solo son un ataque a los migrantes, sino a todos nosotros que creemos en una sociedad inclusiva y justa.

Yo por mi parte, me comprometo a luchar incansablemente por los derechos de nuestros migrantes y por una legislación que refleje los valores de respeto y solidaridad que caracterizan a nuestro pueblo.

En conclusión, las leyes antiinmigrantes de Texas y Oklahoma no solo son un paso atrás en términos de derechos humanos, sino que también son contraproducentes para la relación bilateral entre México y Estados Unidos. Es hora de levantar la voz y actuar en defensa de los principios que nos unen como seres humanos y como vecinos. Juntos, podemos superar los desafíos y construir un futuro más prometedor para todos.

Amigas y amigos que siguen este espacio, soy su amigo Saúl Monreal, como ustedes han visto, en la unión americana, han surgido algunas leyes que son regresivas en el trato a los migrantes ,no solo mexicanos sino a todos los latinos en Estados Unidos. Con la responsabilidad del cargo que voy a representar, me veo en la obligación de expresar mi más profundo rechazo a estas legislaciones, específicamente la ley SB4 de Texas y su similar en Oklahoma.

Estas leyes no solo son regresivas y dañinas para la comunidad inmigrante, sino que también atentan contra los valores humanitarios y de justicia que deben prevalecer en cualquier sociedad democrática.

La ley SB4 de Texas, promulgada por el gobernador Greg Abbott, y la HB4156 de Oklahoma, representan un retroceso significativo en la lucha por los derechos humanos. Estas leyes permiten a las autoridades locales detener y cuestionar a cualquier persona sobre su estatus migratorio, lo cual abre la puerta a prácticas discriminatorias y racistas. Además, la asignación de fondos para la construcción de un muro fronterizo en Texas, simboliza una barrera al entendimiento y la cooperación entre naciones.

Busco ser la voz de los zacatecanos y de todos los mexicanos que sientan vulnerados sus derechos, considero que no es correcta la regresión de esta oleada republicana antiinmigrantes y mi postura es clara: debemos promover políticas que respeten la dignidad de todas las personas, independientemente de su origen. Las leyes como la SB4 y la HB4156 además, generan un ambiente de miedo y desconfianza entre las comunidades de origen latino y otras minorías, que ya de por sí enfrentan numerosos desafíos.

Es necesario que, los representantes populares y quienes buscamos acceder a algún cargo, de inicio, nos opongamos a estas medidas y también que busquemos soluciones que aborden las causas estructurales de la migración.

Necesitamos generar el diálogo entre naciones para fomentar la integración y el respeto mutuo, no leyes que criminalicen la búsqueda de una vida mejor. La migración es un fenómeno natural y ha sido un motor de desarrollo y enriquecimiento cultural a lo largo de la historia en el país vecino del norte.

Desde mi posición, insto a los gobiernos de Texas y Oklahoma a reconsiderar estas legislaciones y a trabajar en conjunto con las autoridades mexicanas y organizaciones internacionales para crear un marco legal que proteja los derechos de los migrantes y contribuya a una convivencia armónica.

El estado de Zacatecas, ha sido un estado, incluso binacional, y nuestros hermanos migrantes han contribuido de manera significativa al desarrollo de la región, es nuestro deber moral y ético defender sus derechos y su bienestar, nos necesitan de su lado y conmigo pueden contar.

La ley SB4 y la HB4156 no solo son un ataque a los migrantes, sino a todos nosotros que creemos en una sociedad inclusiva y justa.

Yo por mi parte, me comprometo a luchar incansablemente por los derechos de nuestros migrantes y por una legislación que refleje los valores de respeto y solidaridad que caracterizan a nuestro pueblo.

En conclusión, las leyes antiinmigrantes de Texas y Oklahoma no solo son un paso atrás en términos de derechos humanos, sino que también son contraproducentes para la relación bilateral entre México y Estados Unidos. Es hora de levantar la voz y actuar en defensa de los principios que nos unen como seres humanos y como vecinos. Juntos, podemos superar los desafíos y construir un futuro más prometedor para todos.