/ miércoles 17 de abril de 2024

TecnoGob / Campañas con Inteligencia Artificial

Las campañas electorales siempre han querido obtener el mayor provecho de las tecnologías para llegar a los electores. En la primera etapa de la mercadotecnia política el uso de la radio fue fundamental para hacer llegar los discursos de los candidatos. Posteriormente, la televisión transformó la retórica y el debate por la imagen, la presencia de los candidatos y la marca.

La mercadotecnia política utilizó la prensa, radio y televisión durante casi cincuenta años hasta que apareció el internet a finales del siglo pasado para cambiar toda la dinámica. Las paginas web y la recolección de fondos en línea que hizo Obama fueron cruciales para su victoria demócrata, pero sobre todo el uso de Facebook entre sus simpatizantes cambiaron las estrategias políticas.

El impacto de Twitter en la política lo impuso Donald Trump. Su cuenta en esta plataforma fue polémica, incesante y alarmante hasta que los dueños de entonces decidieron cerrarla por considerarla peligrosa en sus llamados a la violencia y finalmente la toma del capitolio fueron resultado de sus tweets.

La repentina aparición de la inteligencia artificial en el escenario político, se debe a una herramienta particular: la inteligencia artificial generativa, con su aspecto de inteligencia estrecha. Es decir, que sólo puede programarse a partir de lo que conoce, que pueden ser millones de textos, libros, audios, videos, que le aporta un ser humano para que pueda "entrenarse" Pero fuera de esta "inteligencia estrecha" no sabe nada de la vida.

Sin embargo, lo que le permite la IA generativa es que puede desarrollar textos, ideas, imágenes en cuestión de segundos que difundan las ideas políticas, la marca política. Pero sobre todo, puede desarrollar estrategias específicas para perfiles de votantes, segmentos de electorales con características específicas que quieren escuchar respuestas a sus problemáticas específicas y donde el candidato puede apoyarles.

La IA generativa puede desarrollar contenidos para enviarse a través de las plataformas de redes sociales como Tik Tok, Instagram, YouTube, que pueden ser replicados por los robots (Bots) automatizados para publicar contenidos o bien por los "influencers" que apoyen a los candidatos o los partidos y con ello ganar más electorales.

Quizás lo más preocupante es que la generación de imágenes y videos por IA pueda suplantar las voces y caras de los candidatos. Hacerlos decir frases que no han dicho o aparecer rodeados de personas que nunca han visto. Esta suplantación de identidades para generar noticias falsas, informaciones erróneas, puede ser uno de los usos más peligrosos de esta tecnología pero que pueden ser utilizados por las campañas negras y como una estrategia para desequilibrar una estrategia electoral y obtener el favor de los electores.

Finalmente, el mayor riesgo es que la IA conoce personalmente y a fondo a cada uno de los electores. Por que ha sido "entrenada" con sus likes, sus vistas de paginas de web, sus patrones de consumo, sus videos descargados, sus mensajes en WhatsApp o sus correos electrónicos. Se alimenta de todo ello, lo procesa y al final sabe nuestros puntos débiles, nuestros gatillos emocionales o mentales que puede usar para convencernos de votar en uno u otro sentido. En la siguiente colaboración profundizaré más en esta dirección.

Las campañas electorales siempre han querido obtener el mayor provecho de las tecnologías para llegar a los electores. En la primera etapa de la mercadotecnia política el uso de la radio fue fundamental para hacer llegar los discursos de los candidatos. Posteriormente, la televisión transformó la retórica y el debate por la imagen, la presencia de los candidatos y la marca.

La mercadotecnia política utilizó la prensa, radio y televisión durante casi cincuenta años hasta que apareció el internet a finales del siglo pasado para cambiar toda la dinámica. Las paginas web y la recolección de fondos en línea que hizo Obama fueron cruciales para su victoria demócrata, pero sobre todo el uso de Facebook entre sus simpatizantes cambiaron las estrategias políticas.

El impacto de Twitter en la política lo impuso Donald Trump. Su cuenta en esta plataforma fue polémica, incesante y alarmante hasta que los dueños de entonces decidieron cerrarla por considerarla peligrosa en sus llamados a la violencia y finalmente la toma del capitolio fueron resultado de sus tweets.

La repentina aparición de la inteligencia artificial en el escenario político, se debe a una herramienta particular: la inteligencia artificial generativa, con su aspecto de inteligencia estrecha. Es decir, que sólo puede programarse a partir de lo que conoce, que pueden ser millones de textos, libros, audios, videos, que le aporta un ser humano para que pueda "entrenarse" Pero fuera de esta "inteligencia estrecha" no sabe nada de la vida.

Sin embargo, lo que le permite la IA generativa es que puede desarrollar textos, ideas, imágenes en cuestión de segundos que difundan las ideas políticas, la marca política. Pero sobre todo, puede desarrollar estrategias específicas para perfiles de votantes, segmentos de electorales con características específicas que quieren escuchar respuestas a sus problemáticas específicas y donde el candidato puede apoyarles.

La IA generativa puede desarrollar contenidos para enviarse a través de las plataformas de redes sociales como Tik Tok, Instagram, YouTube, que pueden ser replicados por los robots (Bots) automatizados para publicar contenidos o bien por los "influencers" que apoyen a los candidatos o los partidos y con ello ganar más electorales.

Quizás lo más preocupante es que la generación de imágenes y videos por IA pueda suplantar las voces y caras de los candidatos. Hacerlos decir frases que no han dicho o aparecer rodeados de personas que nunca han visto. Esta suplantación de identidades para generar noticias falsas, informaciones erróneas, puede ser uno de los usos más peligrosos de esta tecnología pero que pueden ser utilizados por las campañas negras y como una estrategia para desequilibrar una estrategia electoral y obtener el favor de los electores.

Finalmente, el mayor riesgo es que la IA conoce personalmente y a fondo a cada uno de los electores. Por que ha sido "entrenada" con sus likes, sus vistas de paginas de web, sus patrones de consumo, sus videos descargados, sus mensajes en WhatsApp o sus correos electrónicos. Se alimenta de todo ello, lo procesa y al final sabe nuestros puntos débiles, nuestros gatillos emocionales o mentales que puede usar para convencernos de votar en uno u otro sentido. En la siguiente colaboración profundizaré más en esta dirección.