Cada año, el primer viernes de marzo el barrio de Nuestro Padre Jesús, ubicado en la zona más antigua de la capital zacatecana, se realiza una tradición que está considerada en el Inventario del Patrimonio Cultural Inmaterial de México, por ser una de las más antiguas y arraigadas de Zacatecas, se trata del rezo de los 33 credos.
La Parroquia de Nuestro Padre Jesús, ubicada al norte de la capital del estado, por el barrio de La Pinta y Mexicapan, lugar habitado antiguamente por mineros, es el lugar donde los fieles católicos acuden a cumplir con esta tradición y frente a la imagen de un Cristo de tamaño natural (que es bajado del altar y colocado en una silla) rezan devotamente los 33 credos pidiendo tres gracias o mercedes, de ahí que se le conozca como el Viernes de Mercedes.
En esta ocasión, por primera vez en la historia moderna, esa tradición se realizará de manera diferente debido a la pandemia provocada por el Coronavirus.
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El templo parroquial permanecerá abierto, con restricción sobre el número de fieles que pueden ingresar.
Sólo se permitirá una persona por banca y con las medidas higiénicas estrictas, como aplicación de gel antibacterial al ingresar, uso correcto de cubrebocas y sana distancia.
Se transmitirá por video
Al terminar la Sagrada Eucaristía (misa) de las 18:00 horas (seis de la tarde) se hará una transmisión del Rezo de los 33 Credos a través de la página de Facebook del templo, con la finalidad de que la feligresía en general se quede en casa y unirse al rezo de esta devoción, el párroco recomienda colocar un pequeño altar y encender una veladora o Cirio y rezar con la familia.
Una tradición que surgió a raíz de una epidemia
El clérigo José Escobedo Medina (QEPD) contaba que la tradición de bajar la imagen de Nuestro Padre Jesús, se realizó a raíz de una epidemia que azotó a los barrios de la región minera que comprendía la ciudad de Zacatecas y Vetagrande, la gente, ante la impotencia de la peste, acudió al cura del templo para solicitarle que bajara la imagen con el propósito de terminar con la situación por la que pasaban.
El cura accedió a la petición y, poco a poco los pobladores fueron mejorando en salud.
Al siguiente año, los pobladores volvieron a solicitar que se bajara la imagen, en esa ocasión para darle las gracias por haber recobrado la salud y también para pedir más “mercedes” (favores).
Las mercedes
La devoción es muy sencilla, se rezan 33 credos (ya sea el de los apóstoles, que es el corto o el niceno-constantinopolitano) cada uno de los credos rezado representa un año de los que vivió el Nazareno (Jesús) en la tierra.
Por cada 11 credos se le pide una merced (favor) a Jesús, lo que suman tres mercedes, que representan sus tres caídas.
La imagen de Nuestro Padre Jesús es limpiada y cambiada de vestiduras un día antes del Viernes de Mercedes (el jueves), por los padrinos que conforman la guardia real, quienes con solemnidad bajan del altar mayor la imagen para el ritual del baño, así como cambiarle el ropaje, mientras los presentes le cantan alabanzas y un rezo en el que se le pide perdón por todo lo que sufrió en su pasión.
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Después del lavatorio, se deja la imagen en la iglesia para su adoración, custodiada por sus padrinos.
La devoción en la Parroquia de Jesús inicia con el rosario de aurora, que anteriormente era antes del amanecer, ahora es a las siete de la mañana, luego se oficia la misa, para que en el transcurso del día acudan los fieles a rezar sus 33 credos pidiendo sus mercedes.
A medio día se oficia la misa de Unción de los Enfermos y por la noche, se devuelve a su espacio habitual en el altar mayor.
Dos veces al año desciende la imagen, una es el primer jueves de marzo y la otra en Semana Santa para el lavatorio de pies y el Viacrucis.
La efigie durante el año está sentada en su trono; sin embargo, al estar articulada, la ponen de pie para que pueda representar la pasión, para lo cual le fijan una cruz elaborada a base de lienzos.
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