Este sábado 10 de septiembre, en el centro de la capital zacatecana se sintió un temblor de magnitud 2.6, según el registro del Sismológico Nacional, sin embargo, esta situación pudiera deberse a la maldición del santo patrono de la ciudad, del que nadie se acuerda o muy pocos saben…
Y es que, coincidentemente el 10 de septiembre es la fiesta de San Nicolás de Tolentino, quien fue declarado patrono de la ciudad de Zacatecas el 8 de septiembre de 1614, precisamente como protector ante una serie de temblores (movimientos telúricos) que se sintieron en la capital del estado.
Este patronaje se encuentra registrado en el tercer libro de actas del Cabildo de Zacatecas.
Tembló por cuatro meses
Según registros históricos compilados por la Crónica del Estado, el 6 de marzo de 1618 comenzó una serie de temblores en la ciudad de Zacatecas que duraron cuatro meses, terminaron exactamente el 28 de agosto, día de la fiesta de San Agustín.
Las autoridades locales de ese entonces echaron en suerte a un patrono protector contra ese fenómeno natural y los votos favorecieron a San Nicolás de Tolentino, a quien le encomendaron la Ciudad y no volvieron a sentirse los sismos.
Conforme fue pasando el tiempo los zacatecanos se olvidaron de él.
Una imagen olvidada que aún se encuentra en Catedral
En la Catedral de Nuestra Señora de los Zacatecas se encuentra una escultura de tamaño natural de San Nicolás de Tolentino, está en un modesto y alargado nicho, ubicado a un costado del altar del Santo Cristo de la Parroquia, en la nave norte del templo.
La imagen está montada sobre una muy singular peana de madera aderezada con relieves y bajorrelieves multiformes.
El santo aparece arrodillado, portando la cruz en la mano izquierda y el flagelo en su mano derecha, iconografía que sigue claramente el modelo montañesino de la imagen de Santo Domingo Penitente. Tonsurado, presenta una mirada expresiva y un modelado blando y naturalista en su cuerpo desnudo y con muchas muestras de sangre por la mortificación física que se está propinando el santo a manera de penitencia.
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Por investigaciones de Manuel González Ramírez, se considera que esta escultura sea del siglo XVII, precisamente cuando fue proclamado patrono de Zacatecas, así como abogado y protector contra los temblores.
Hubo un par de intentos por perpetuar su culto y su fiesta con esas dignidades, a lo largo del siglo XVII, no obstante, a partir del siglo XVIII, los zacatecanos comenzaron a olvidarse de él y de otro santo que fue declarado patrono de la ciudad por epidemias: San Sebastián, cuya fiesta es el 20 de enero.
Una coincidencia más: San Nicolás de Tolentino fue canonizado en 1446, exactamente cien años antes del descubrimiento de las Minas de Zacatecas. Siendo el primer religioso agustino en ser declarado santo.
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