Existe un instrumento musical que muy pocos conocen, surgió probablemente en Marruecos y llegó en el siglo X a Europa, tuvo un gran impacto en la música religiosa y en la música profana medieval. El nombre del gran desconocido es zanfona o zanfoña.
El instrumento pertenece a la familia de los cardófonos, en español se le conoce también como vihuela de rueda o sinfonía.
La zanfona tiene un parecido con un violín mecánico, varias cuerdas vibran por la fricción que genera una rueda, que se encuentra situada en la caja de resonancia y que gira gracias al movimiento de una manivela.
La mayoría de este tipo de instrumentos disponía de tres cuerdas: una cantora que tocaba la melodía principal y dos bordones que hacían los acompañamientos.
Según la Real Academia de la Lengua Española (RAE) es un “instrumento musical de cuerda, parecido a una viola, que se toca haciendo girar una rueda con una manivela y pulsando simultáneamente las cuerdas por medio de un pequeño teclado”.
La primera referencia que se encuentra de la zanfona pertence al abad Odón de Cluny, en su obra titulada “Quomodo organistrum constratur"; incluso en el Pórtico de la Gloria, de la catedral de Santiago de Compostela, España, se encuentra una imagen que según expertos pertenece a dos personas tocando una zanfona.
Actualmente la zanfona se continúa utilizando en la música popular medieval, pero ahora los instrumentos son eléctricos y funcionan de manera similar que las guitarras eléctricas.
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