Aunque sigue siendo evidente la disparidad en prácticamente todos los ámbitos de la vida en sociedad, la lucha diaria de las mujeres por conquistar condiciones de justicia y equidad, ha tenido avances positivos a lo largo de los últimos años.
En este 8M, El Sol de Zacatecas presenta tres testimonios de cómo la perseverancia se ha convertido en ejemplo a seguir para romper barreras históricamente impuestas en ámbitos tan relevantes como la ciencia -cuya brecha entre géneros sigue achicándose, la agroindustria –aun dominada claramente por los hombres- y la seguridad pública -espacio donde se libra una peligrosa batalla por recuperar la paz.
Hay más científicas que nunca, pero “la ciencia sigue siendo patriarcal”
El Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), informó este año que Zacatecas es el estado que más se acerca a la paridad de género en profesionistas de la Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas.
Una de las seis mil 800 mujeres registradas en dicho sector –donde sigue habiendo una desventaja de cuatro mil 839 respecto al número de hombres – es Mónica Imelda Martínez Acuña, doctora en Ciencias Ambientales quien actualmente trabaja en la creación de una aplicación que permita cuidar la salud de la población expuestas a agua con altos niveles de arsénico y flúor, muy comunes en zonas mineras.
Mónica nació en la Ciudad de México y tras el sismo de 1985, cuando aún cursaba la primaria, emigró con su familia a Jerez, pueblo natal de su madre. Hoy a sus 45 años, se dice orgullosa de forma parte de la comunidad de mujeres científicas de Zacatecas, aunque reconoce que la brecha siguen siendo grande.
La ciencia es patriarcal y necesitamos cambiar eso
La investigadora de la Unidad Académica de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), anhela que la niñez admire más a un astronauta, o a una científica como Marie Curie, que a los protagonistas de las telenovelas.
Lamenta que en la sociedad es mal visto que una mujer se desarrolle como profesional, incluso cuando era joven algunos familiares le advirtieron que “se quedaría sola” si seguía estudiando; y cuando ya era profesionista, recibió otro tipo de presiones: no casarse ni tener hijos para no obstaculizar sus investigaciones.
Hoy Mónica ha encontrado el equilibrio, e incluso en el hecho de ser madre de una niña de 10 años, encuentra una motivación más para su vida profesional: “Dicen que para obtener mejores resultados una debe dedicarse de tiempo completo, pero no llevo prisa, yo voy a mi paso y cuido a mi hija porque sería incongruente hacer una investigación para apoyar a las nuevas generaciones y no atender a mi propia familia".
La también responsable del laboratorio de Epidemiología Ambiental de la UAZ, dijo estar en contra de que la ciencia esté limitada a las aulas o a los laboratorios: “Nos debemos a la sociedad, la ciencia no se puede quedar encerrada (…) es importante vincular el conocimiento con la población para generar un cambio”.
Conocimiento que salva vidas
Cuando no se dedica a su familia, su principal preocupación es la población expuesta al exceso de arsénico o flúor. Su investigación se enfoca en el impacto que tiene en la salud, la alta concentración de estos minerales en el agua de zonas mineras. Mencionó que los niños de municipios como Zacatecas y Ojocaliente, tiene niveles por encima de los que deberían tener los adultos.
Advirtió que si los menores de edad siguen expuestos a esos contaminantes, a la larga podrían tener mayores probabilidades de desarrollar alguna enfermedad como algún tipo de cáncer o afectaciones en la piel.
Refirió que en el caso del flúor el efecto más visible es manchas en los dientes aunque también hay estudios que dicen que disminuye el coeficiente intelectual, e incluso que las madres heredan su historial de exposiciones a sus hijos.
También desarrolla una investigación en San Luis Potosí y Zacatecas, que relaciona la contaminación minera y el uso de químicos en el cultivo, con el incremento de casos de leucemia o cáncer: “Mi objetivo no es generar pánico en la población, sino crear una herramienta para buscar alternativas de protección para la niñez y evitar que se enfermen”.
No temo morir: policía
Yacarandai Monserrat Vargas, tiene cinco años como elemento activo de la Dirección General de Seguridad Pública (DGSP) del municipio de Zacatecas. Pese a las dificultades a las que enfrenta en “un mundo de hombres” y a las negativas de su propia familia, la joven ha escalado y hoy funge como encargada de la Unidad de Género.
Está casada desde hace cuatro años, su esposo es también policía y en algún momento le gustaría ser madre. Pese al peligro latente que hoy en día representa formar parte de una corporación de seguridad, Yacarandai aseguró “en mi trabajo no temo morir, lo que me da miedo es no poder llegar a despedirme de mi familia”.
Cabe señalar que de los nueve policías de su corporación que han sido asesinados en la última década, dos eran mujeres.
Yacarandai, quien estudió hasta la preparatoria, tiene como principal inspiración a su padre: “es policía y fue mi motivación desde niña, él tiene más de 20 años laborando y yo quería ser como él (…) yo quería ayudar a la sociedad, aportar algo, como mi papá”.
Recuerda que el proceso de capacitación y selección fue difícil: “Aún vivimos en un mundo muy machista”, dónde aun es subestimada la capacidad de las mujeres. Por ejemplo, a ellas no se les permite apoyar en los enfrentamientos armados: “La justificación es que no nos quieren arriesgar, pero yo puedo hacer lo mismo que un hombre, las mujeres tenemos las mismas capacidades”.
Dijo que le gustaría ver a más mujeres dentro de las corporaciones, y para ello reconoce que falta más apertura institucional y educación de género. Actualmente dicha corporación cuenta con 63 mujeres, quienes representan el 29% del total.
Dentro de su trabajo en la unidad de género, Yacarandai ha sido testigo de muchos casos de violencia de género: “Me han tocado casos en que ella está toda golpeada, y los hijos llorando, pero dice que no pasa nada… a veces nos preguntan ¿porque no hacemos nada?, pero hay muchas mujeres que por más que las maltratan, no denuncian”.
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Informó que la unidad de género que está a su cargo, llega a atender hasta 100 reportes por violencia familiar en un fin de semana; “los días más tranquilos” son de lunes a miércoles.
Aprovechó para hablar sobre el movimiento feminista y la marcha que se realiza el 8 de marzo, en la que le toca estar “del otro lado” ofreciendo seguridad: “Siento tristeza por las agresiones contra nosotras, porque hay muchas compañeras que apoyamos la lucha, yo estoy de este lado porque me toca obedecer órdenes, pero no por portar un uniforme somos menos mujeres, queremos que nos dejen de ver como enemigas”.
Yacarandai quisiera seguir creciendo profesionalmente dentro de la corporación y poder llegar a tener una dirección o una secretaría, desde donde pueda tomar las decisiones que haga la diferencia.
Mujeres en la industria del mezcal
María Janette Lamas López es una exitosa empresaria que encabeza la Asociación de Mujeres del Mezcal, en el estado de Zacatecas, tierra pionera en la producción de esta bebida espirituosa que históricamente no tenía representación ni un enfoque de género.
Zacatecas es uno de los nueve estados con la denominación de origen, donde se tiene el registro de 933 centros productores de agave que surte a 22 fábricas de mezcal, en su gran mayoría encabezadas por hombres, según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
Janette es socia de la Casa Mezcal Huitzila, empresa con más de 50 años en el mercado que supera la producción anual de 500 mil litros al año. Se ha colocado como una de las marcas de bebidas de agave más prestigiadas en estados como Durango, San Luis Potosí, Jalisco y Aguascalientes.
Reconoce que aunque es difícil abrirse camino en un sector dominado por hombres, el trabajo de las 12 mujeres que conforman la asociación ha roto paradigmas: “No estamos aquí para quitarle su lugar al hombre, sino para trabajar en conjunto”, dice a El Sol de Zacatecas.
A Janette le apasionó desde niña el proceso del mezcal, por lo que decidió seguir apoyando el negocio familiar desde lo administrativo, y aunque dice no haber enfrentado el machismo en Zacatecas, representantes de otros capítulos de la asociación, le refieren esa problemática en sus estados.
Acepta que aún no es bien visto que una mujer plante agave porque se considera una actividad exclusiva del hombre, por lo que opinó que falta sensibilizar a la sociedad sobre su habilidad para ejercer trabajos que les han sido vedados históricamente:
El machismo es algo que ocurre no solo en México, sino en diferentes países, pero la mujer no busca desbancar a los hombres, sino trabajar en conjunto en sectores dominados por los hombres, como en la agroindustria
Mezcal más allá de las fronteras
En las décadas recientes ha ido en crecimiento la participación de las empresarias en la industria mezcalera, aunque su organización formal es reciente. Fue hasta el 11 de diciembre del 2021 cuando la primera mesa directiva de la Asociación de Mujeres del Mezcal rindió protestas, dando cabida también a productores de otros destilados como tequila y sotol.
La mayoría de las integrantes tienen sus empresas en Jerez, Huitzila, Trinidad García de la Cadena, Tlaltenango, Teúl de González Ortega, Juchipila, Milpillas.
En un año de trabajo, la Asociación realizó una gira para promover los mezcales zacatecanos en el Forum for Women Entrepreneurs, celebrado en Ámsterdam, y con el mismo objetivo se visitó Francia y Bélgica.
Entre los objetivo de la organización, está la promoción comercial, capacitación, asistencia técnica e investigación académica, además de trabajar en acciones de fomento a la salud, acceso a la vivienda, proyectos productivos, y promoción de rutas turísticas y gastronómicas de las regiones mezcaleras.
║ Con información de Ana Vacio│Rafael de Santiago | El Sol de Zacatecas
