/ sábado 16 de junio de 2018

Todo apunta a un autosecuestro

Los presuntos secuestradores informaron al padre el lugar donde debían verse para que le entregaran a su hijo, sin solicitar nada a cambio.

Zacatecas, Zac.- “Llegó muy asustado y con mucha hambre”, dijo visiblemente emocionado y con la voz entrecortada Joaquín García Soto, al anunciar que su hijo, secuestrado 15 días atrás, ya estaba en su casa.

Dio a conocer que fue a través de una llamada telefónica la mañana de ayer viernes que los presuntos secuestradores le informaron el lugar en donde debían verse para que le entregaran a su hijo, sin solicitar nada a cambio.

Expuso que su hijo no presentaba ningún tipo de lesiones físicas, sin embargo, “llegó muy asustado y con mucha hambre”, dijo que las autoridades continúan recabando la información correspondiente sobre el caso.

Joaquín García Díaz estudiante de la Unidad Académica de Contaduría y Administración (UACyA) de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) desapareció el 30 de mayo.

Su padre, Joaquín García Soto, confirmó que ya se encuentra en casa. “Ya apareció, aquí lo tengo y se encuentra bien”.

Sollozando, comentó que el hecho que su hijo se encuentre con vida los tiene “muy contentos”, y que se debe, sobre todo, a la difusión que hicieran los medios de comunicación.

Todo apunta a un autosecuestro

Por la inconsistencia en las declaraciones de los hechos, no se descarta que el estudiante de la Unidad Académica de Contaduría y Administración (UACyA) de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Joaquín García Díaz, haya planeado todo y hubiera simulado su presunto secuestro para esconder su probable responsabilidad de haber extraído los 64 mil pesos que la familia tenía como ahorros y que la madre afirmó sacaron de su casa, lo que derivaría en un autosecuestro.

A decir de sus padres, Joaquín García Díaz fue secuestrado desde el pasado 30 de mayo, y regresó a su casa este 15 de junio sano y salvo, sin que hasta el momento exista algún indicio de que efectivamente fuera privado de manera ilegal de su libertad.

De las versiones que se tienen, se desprende que ni el padre ni la madre presenciaron el momento en que el estudiante fue privado de la libertad en su propio domicilio.

Cuando la madre llegó a su casa, encontró que la casa estaba desordenada y que faltaban 64 mil pesos que ella tenía guardados.

Tras detectar los hechos, la madre contactó telefónicamente a la novia del hijo, quien le manifestó que Joaquín se había comunicado con ella para decirle que dos hombres armados lo habían sacado de su casa, lo habían obligado a sacar pertenencias de su domicilio, entre ellas dinero que tenía guardado el padre y se lo llevaron secuestrado.

De todo lo anterior nada les consta a los padres, pues sólo saben lo que la novia les contó.

Ella afirmó que su novio le llamó hasta en tres ocasiones para decirle lo que le estaba sucediendo.

El padre de la víctima informó que su hijo tenía algunas deudas de préstamos en Banco Azteca y otros lugares, razón por la que tuvo una discusión.

Le pidió dinero y le dijo que lo ocupaba para algunos viajes organizados por la misma escuela.

El padre de la víctima informó a las 05:06 horas recibió una llamada a su teléfono celular del número 4492206871; y respondió la voz de una persona adulta que le preguntó si conocía a Joaquín.

El padre dijo que era su hijo, y entonces el hombre le mencionó que el joven estaba en la "Central de Autobuses" de la Ciudad de Aguascalientes pidiendo que lo cuidara y que no lo dejara ir hasta que llegaran por él.

Al buscarlo en el lugar se le localizó tranquilo y se regresaron a Zacatecas, y refiere el padre que en el transcurso del camino no tuvieron ninguna conversación.

Al hablar con él comentó que los secuestradores lo tuvieron en cautiverio cuatro días en un mismo lugar, y después lo llevaron a otros sitios, como centros comerciales y plazas comerciales, pero dijo que por el miedo no sabía dónde estaba.

Mencionó que uno de los días que estuvo en Aguascalientes en el centro comercial, se encontró a un amigo de nombre Omar, pero los secuestradores le pidieron que actuara de manera normal para no hacerle daño a su familia, siendo hasta el 14 de junio que los secuestradores lo llevaron a la central de autobuses y le dijeron que ya se fuera.

Joaquín afirma que le dieron dinero para comprar un teléfono y un par de zapatos tenis; que lo llevaron a diversos puntos y lo dejaban solo, que estuvo al cuidado de una señora con una niña y que incluso estuvo en lugares públicos como plazas comerciales y lo que podría ser una Central de Camiones.

El modus operandi de un secuestro es diferente, pues los victimarios en ese tipo de casos mantienen a las víctimas sin contacto con la familia o amigos; de inmediato, a la víctima la despojan de celular, tabletas electrónicas y computadoras; jamás llevan a la víctima a lugares públicos por temor a que sean identificados por algún conocido o denuncien ante autoridades la situación en que se encuentran; de inmediato establecen y mantienen contacto con la familia para exigir el pago del rescate.

Todo parece indicar que Joaquín decidió irse de paseo con el dinero que extrajo de su casa, pero antes, desordenó el domicilio para hacer creer a los padres la narración que le hizo a la novia.

Una vez que se dio cuenta de que su fotografía había aparecido en los medios de comunicación, decidió dar por terminada su aventura y solicitó ayuda de alguna persona en Aguascalientes para que les hablara a sus padres y les dijera que lo tenían secuestrado en la Central Camionera de esa ciudad, donde esperó hasta el arribo de su padre.

Zacatecas, Zac.- “Llegó muy asustado y con mucha hambre”, dijo visiblemente emocionado y con la voz entrecortada Joaquín García Soto, al anunciar que su hijo, secuestrado 15 días atrás, ya estaba en su casa.

Dio a conocer que fue a través de una llamada telefónica la mañana de ayer viernes que los presuntos secuestradores le informaron el lugar en donde debían verse para que le entregaran a su hijo, sin solicitar nada a cambio.

Expuso que su hijo no presentaba ningún tipo de lesiones físicas, sin embargo, “llegó muy asustado y con mucha hambre”, dijo que las autoridades continúan recabando la información correspondiente sobre el caso.

Joaquín García Díaz estudiante de la Unidad Académica de Contaduría y Administración (UACyA) de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) desapareció el 30 de mayo.

Su padre, Joaquín García Soto, confirmó que ya se encuentra en casa. “Ya apareció, aquí lo tengo y se encuentra bien”.

Sollozando, comentó que el hecho que su hijo se encuentre con vida los tiene “muy contentos”, y que se debe, sobre todo, a la difusión que hicieran los medios de comunicación.

Todo apunta a un autosecuestro

Por la inconsistencia en las declaraciones de los hechos, no se descarta que el estudiante de la Unidad Académica de Contaduría y Administración (UACyA) de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Joaquín García Díaz, haya planeado todo y hubiera simulado su presunto secuestro para esconder su probable responsabilidad de haber extraído los 64 mil pesos que la familia tenía como ahorros y que la madre afirmó sacaron de su casa, lo que derivaría en un autosecuestro.

A decir de sus padres, Joaquín García Díaz fue secuestrado desde el pasado 30 de mayo, y regresó a su casa este 15 de junio sano y salvo, sin que hasta el momento exista algún indicio de que efectivamente fuera privado de manera ilegal de su libertad.

De las versiones que se tienen, se desprende que ni el padre ni la madre presenciaron el momento en que el estudiante fue privado de la libertad en su propio domicilio.

Cuando la madre llegó a su casa, encontró que la casa estaba desordenada y que faltaban 64 mil pesos que ella tenía guardados.

Tras detectar los hechos, la madre contactó telefónicamente a la novia del hijo, quien le manifestó que Joaquín se había comunicado con ella para decirle que dos hombres armados lo habían sacado de su casa, lo habían obligado a sacar pertenencias de su domicilio, entre ellas dinero que tenía guardado el padre y se lo llevaron secuestrado.

De todo lo anterior nada les consta a los padres, pues sólo saben lo que la novia les contó.

Ella afirmó que su novio le llamó hasta en tres ocasiones para decirle lo que le estaba sucediendo.

El padre de la víctima informó que su hijo tenía algunas deudas de préstamos en Banco Azteca y otros lugares, razón por la que tuvo una discusión.

Le pidió dinero y le dijo que lo ocupaba para algunos viajes organizados por la misma escuela.

El padre de la víctima informó a las 05:06 horas recibió una llamada a su teléfono celular del número 4492206871; y respondió la voz de una persona adulta que le preguntó si conocía a Joaquín.

El padre dijo que era su hijo, y entonces el hombre le mencionó que el joven estaba en la "Central de Autobuses" de la Ciudad de Aguascalientes pidiendo que lo cuidara y que no lo dejara ir hasta que llegaran por él.

Al buscarlo en el lugar se le localizó tranquilo y se regresaron a Zacatecas, y refiere el padre que en el transcurso del camino no tuvieron ninguna conversación.

Al hablar con él comentó que los secuestradores lo tuvieron en cautiverio cuatro días en un mismo lugar, y después lo llevaron a otros sitios, como centros comerciales y plazas comerciales, pero dijo que por el miedo no sabía dónde estaba.

Mencionó que uno de los días que estuvo en Aguascalientes en el centro comercial, se encontró a un amigo de nombre Omar, pero los secuestradores le pidieron que actuara de manera normal para no hacerle daño a su familia, siendo hasta el 14 de junio que los secuestradores lo llevaron a la central de autobuses y le dijeron que ya se fuera.

Joaquín afirma que le dieron dinero para comprar un teléfono y un par de zapatos tenis; que lo llevaron a diversos puntos y lo dejaban solo, que estuvo al cuidado de una señora con una niña y que incluso estuvo en lugares públicos como plazas comerciales y lo que podría ser una Central de Camiones.

El modus operandi de un secuestro es diferente, pues los victimarios en ese tipo de casos mantienen a las víctimas sin contacto con la familia o amigos; de inmediato, a la víctima la despojan de celular, tabletas electrónicas y computadoras; jamás llevan a la víctima a lugares públicos por temor a que sean identificados por algún conocido o denuncien ante autoridades la situación en que se encuentran; de inmediato establecen y mantienen contacto con la familia para exigir el pago del rescate.

Todo parece indicar que Joaquín decidió irse de paseo con el dinero que extrajo de su casa, pero antes, desordenó el domicilio para hacer creer a los padres la narración que le hizo a la novia.

Una vez que se dio cuenta de que su fotografía había aparecido en los medios de comunicación, decidió dar por terminada su aventura y solicitó ayuda de alguna persona en Aguascalientes para que les hablara a sus padres y les dijera que lo tenían secuestrado en la Central Camionera de esa ciudad, donde esperó hasta el arribo de su padre.

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