/ viernes 8 de diciembre de 2023

Crónica del poder | Grandes políticos que no han agigantado a Zacatecas

Desde la hegemonía priista de la Revolución hasta la hegemonía morenista de la Transformación, se ha observado un activismo de notables zacatecanos en la vida política nacional, que han dado prestigio y puesto en alto el nombre de Zacatecas, pero no han sido una fuerza colectiva capaz de poner en alto el desarrollo social y cultural, ni de potenciar el crecimiento económico, mucho menos han logrado consolidar una clase política congruente y consecuente con la grandeza del estado, al contrario, han sido inútiles los esfuerzos individuales, aunque se registren relevantes o trascendentes, como también han sido estériles el conjunto de sus ideas, porque siempre han transcurrido sin cohesión y sin articulación para gobernar y legislar en beneficio de una población que nomás no sale de sus rezagos y atrasos ilustrativos de pobreza.

En la historia política resalta el nombre de Leobardo Reynoso allá por los 50s, presidente del Cámara de Diputados y tras gobernar el estado, convertido en cacique de estancamiento, un liderazgo para solo distribuir los poderes estatal y municipales entre fieles compadres y leales amigos durante la extensión de los gobiernos de José Minero Roque y Francisco E. García, hasta que José Rodríguez Elías logró contenerlo, y éste se proyectó como director del Banco Ejidal, no sin antes haber propiciado la transición del Instituto de Ciencias de Zacatecas a Universidad Autónoma de Zacatecas.

Contundencia gubernamental

Pasaron los gobiernos de Pedro Ruiz González, Fernando Pámanes Escobedo y José Guadalupe Cervantes Corona, como transiciones que estancaron por sus confrontaciones; sobrevino al gobierno estatal Genaro Borrego Estrada y saltó a los escenarios nacionales con Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI y Director del Instituto Mexicano del Seguro Social, desde la Confederación de Trabajadores de México, la CTM de Fidel Velázquez, irrumpió la contundencia gubernamental de Arturo Romo Gutiérrez, para abrir cauce a la UNESCO que dictó la declaración del Centro Histórico de Zacatecas como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

La alternancia de 1998 impulso a Ricardo Monreal Ávila como fuerza perredista y plataforma para un formidable crecimiento político, 3 veces diputados federal y tres ocasiones senador de la República, hasta resaltar como fuerte aspirante a la candidatura presidencial por Morena, a la que no lo dejo llegar el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero el zacatecano registró una imagen de liderazgo nacional, junto a Rocío Nahle García, que de Secretaria de Energía en el gobierno de la Cuarta Transformación, avanzó a Veracruz como candidata a gobernadora, personajes pues, que como zacatecanos han edificado un perfil político de clase nacional.

Amalia García Medina y Miguel Alonso Reyes, ambos gobernantes del estado, ahora trascienden, ella que también fue presidenta del Partido de la Revolución Democrática, ahora diputada federal por el Partido Movimiento Ciudadano y señalada como aspirante a la candidatura presidencial 2024 y él, secretario de Operación Política del Comité Ejecutivo Nacional del PRI. Y vertiginoso ha sido el paso de Jorge Álvarez Máynez, ahora como Secretario General de Movimiento Ciudadano, Coordinador de la Bancada Naranja en la Cámara de Diputados y también perfilado como posible candidato presidencial. En el Partido Verde Ecologista de México, mucho ha crecido Carlos Puente Haro, ahora coordinador de su fracción en la Cámara de Diputados. Sucesión de intereses que no han agigantado a Zacatecas.

Desde la hegemonía priista de la Revolución hasta la hegemonía morenista de la Transformación, se ha observado un activismo de notables zacatecanos en la vida política nacional, que han dado prestigio y puesto en alto el nombre de Zacatecas, pero no han sido una fuerza colectiva capaz de poner en alto el desarrollo social y cultural, ni de potenciar el crecimiento económico, mucho menos han logrado consolidar una clase política congruente y consecuente con la grandeza del estado, al contrario, han sido inútiles los esfuerzos individuales, aunque se registren relevantes o trascendentes, como también han sido estériles el conjunto de sus ideas, porque siempre han transcurrido sin cohesión y sin articulación para gobernar y legislar en beneficio de una población que nomás no sale de sus rezagos y atrasos ilustrativos de pobreza.

En la historia política resalta el nombre de Leobardo Reynoso allá por los 50s, presidente del Cámara de Diputados y tras gobernar el estado, convertido en cacique de estancamiento, un liderazgo para solo distribuir los poderes estatal y municipales entre fieles compadres y leales amigos durante la extensión de los gobiernos de José Minero Roque y Francisco E. García, hasta que José Rodríguez Elías logró contenerlo, y éste se proyectó como director del Banco Ejidal, no sin antes haber propiciado la transición del Instituto de Ciencias de Zacatecas a Universidad Autónoma de Zacatecas.

Contundencia gubernamental

Pasaron los gobiernos de Pedro Ruiz González, Fernando Pámanes Escobedo y José Guadalupe Cervantes Corona, como transiciones que estancaron por sus confrontaciones; sobrevino al gobierno estatal Genaro Borrego Estrada y saltó a los escenarios nacionales con Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI y Director del Instituto Mexicano del Seguro Social, desde la Confederación de Trabajadores de México, la CTM de Fidel Velázquez, irrumpió la contundencia gubernamental de Arturo Romo Gutiérrez, para abrir cauce a la UNESCO que dictó la declaración del Centro Histórico de Zacatecas como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

La alternancia de 1998 impulso a Ricardo Monreal Ávila como fuerza perredista y plataforma para un formidable crecimiento político, 3 veces diputados federal y tres ocasiones senador de la República, hasta resaltar como fuerte aspirante a la candidatura presidencial por Morena, a la que no lo dejo llegar el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero el zacatecano registró una imagen de liderazgo nacional, junto a Rocío Nahle García, que de Secretaria de Energía en el gobierno de la Cuarta Transformación, avanzó a Veracruz como candidata a gobernadora, personajes pues, que como zacatecanos han edificado un perfil político de clase nacional.

Amalia García Medina y Miguel Alonso Reyes, ambos gobernantes del estado, ahora trascienden, ella que también fue presidenta del Partido de la Revolución Democrática, ahora diputada federal por el Partido Movimiento Ciudadano y señalada como aspirante a la candidatura presidencial 2024 y él, secretario de Operación Política del Comité Ejecutivo Nacional del PRI. Y vertiginoso ha sido el paso de Jorge Álvarez Máynez, ahora como Secretario General de Movimiento Ciudadano, Coordinador de la Bancada Naranja en la Cámara de Diputados y también perfilado como posible candidato presidencial. En el Partido Verde Ecologista de México, mucho ha crecido Carlos Puente Haro, ahora coordinador de su fracción en la Cámara de Diputados. Sucesión de intereses que no han agigantado a Zacatecas.