/ miércoles 26 de junio de 2024

Crónica del poder / La unidad es integradora de todas las fuerzas políticas y sociales

Con toda certeza se puede asumir que entre los zacatecanos, nadie de entre los sectores productivos, empresariales y sociales, ni de entre las fuerzas políticas en los partidos, mucho menos desde las instituciones gubernamentales, los legisladores federales y locales, ni los presidentes municipales, ninguno exhibe resistencia o muestra negación ni regateo al llamado del gobernador David Monreal Ávila, a la unidad de todos los sectores sociales y actores políticos para consolidar el proceso de pacificación y acabar por fin con el ciclo de violencia que ha padecido el estado, porque debemos dejar atrás nuestras diferencias y tras las elecciones encarar juntos los retos y desafíos del desarrollo con bienestar.

Dicho así en el marco de la conmemoración de la Toma de Zacatecas hace 110 años, se advierte que el pueblo escucha, entiende y atiende la convocatoria a la unificación, confiados en que proceda la reciprocidad o correspondencia, de que el gobierno debe saber escuchar las opiniones y expresiones a fin de que se encuentren las mejores soluciones a los graves problemas que Zacatecas enfrenta, observar un mejor desempeño de las instituciones gubernamentales, para así contribuir al crecimiento económico y a la transformación social y cultural con estricto cumplimiento de los principios democráticos que los ciudadanos han mandatado a través de los votos del 2 de junio.

Para la sociedad, la gente en las comunidades y municipios, entre los ciudadanos que se movilizan en el nuevo pluralismo, sin la cohesión social no hay fortaleza política y sin la cohesión política, no hay fortaleza ni unidad, de manera que se ha interpretado que el llamado a la unidad es a todos sin excepción ni exclusión, es decir, no solo a los partidos en el poder, Morena, PT y Verde Ecologista, sino también a los opositores en el PAN, PRI y PRD, al Movimiento Ciudadano y los partidos locales; no puede haber indiferencia ante los académicos, los universitarios, los profesionistas, las organizaciones campesinas y sindicales, todos es todas y todos, la plena integración de las fuerzas sociales y políticas del estado.

Se confía y es de esperar, que pronto David Monreal Ávila se reuna con los senadores electos, los diputados federales que ganaron la elección, que sean llamados los diputados locales vigentes y a los electos que conformarán la 65 Legislatura, los 58 presidentes municipales, los magistrados del Poder Judicial, a los líderes o dirigentes de las cámaras empresariales; frente a ese llamado lanzado por el gobernador desde La Bufa, no caben arrogancias ni soberbias, convocar a las minorías y a quienes piensan diferente, requiere de un mayor esfuerzo, humildad en el ejercicio del poder y nitidez en la sinceridad, honestidad y respeto en el mensaje de unidad. Se puede y se tiene que lograr.

La nueva conformación política e ideológica del estado y los municipios, obligan a proceder con visión y convicción integradora, es claro que se registra una insurgencia ciudadana más informada y por ello crítica, y por consecuencia, más exigente y demandante del cumplimiento de los compromisos electorales de los candidatos ahora electos y que pronto habrán de asumir la corresponsabilidad de marchar y trabajar juntos, porque estos son tiempos de la nueva cultura política, social y democrática que aspira a consolidar una verdadera nueva gobernanza.

Con toda certeza se puede asumir que entre los zacatecanos, nadie de entre los sectores productivos, empresariales y sociales, ni de entre las fuerzas políticas en los partidos, mucho menos desde las instituciones gubernamentales, los legisladores federales y locales, ni los presidentes municipales, ninguno exhibe resistencia o muestra negación ni regateo al llamado del gobernador David Monreal Ávila, a la unidad de todos los sectores sociales y actores políticos para consolidar el proceso de pacificación y acabar por fin con el ciclo de violencia que ha padecido el estado, porque debemos dejar atrás nuestras diferencias y tras las elecciones encarar juntos los retos y desafíos del desarrollo con bienestar.

Dicho así en el marco de la conmemoración de la Toma de Zacatecas hace 110 años, se advierte que el pueblo escucha, entiende y atiende la convocatoria a la unificación, confiados en que proceda la reciprocidad o correspondencia, de que el gobierno debe saber escuchar las opiniones y expresiones a fin de que se encuentren las mejores soluciones a los graves problemas que Zacatecas enfrenta, observar un mejor desempeño de las instituciones gubernamentales, para así contribuir al crecimiento económico y a la transformación social y cultural con estricto cumplimiento de los principios democráticos que los ciudadanos han mandatado a través de los votos del 2 de junio.

Para la sociedad, la gente en las comunidades y municipios, entre los ciudadanos que se movilizan en el nuevo pluralismo, sin la cohesión social no hay fortaleza política y sin la cohesión política, no hay fortaleza ni unidad, de manera que se ha interpretado que el llamado a la unidad es a todos sin excepción ni exclusión, es decir, no solo a los partidos en el poder, Morena, PT y Verde Ecologista, sino también a los opositores en el PAN, PRI y PRD, al Movimiento Ciudadano y los partidos locales; no puede haber indiferencia ante los académicos, los universitarios, los profesionistas, las organizaciones campesinas y sindicales, todos es todas y todos, la plena integración de las fuerzas sociales y políticas del estado.

Se confía y es de esperar, que pronto David Monreal Ávila se reuna con los senadores electos, los diputados federales que ganaron la elección, que sean llamados los diputados locales vigentes y a los electos que conformarán la 65 Legislatura, los 58 presidentes municipales, los magistrados del Poder Judicial, a los líderes o dirigentes de las cámaras empresariales; frente a ese llamado lanzado por el gobernador desde La Bufa, no caben arrogancias ni soberbias, convocar a las minorías y a quienes piensan diferente, requiere de un mayor esfuerzo, humildad en el ejercicio del poder y nitidez en la sinceridad, honestidad y respeto en el mensaje de unidad. Se puede y se tiene que lograr.

La nueva conformación política e ideológica del estado y los municipios, obligan a proceder con visión y convicción integradora, es claro que se registra una insurgencia ciudadana más informada y por ello crítica, y por consecuencia, más exigente y demandante del cumplimiento de los compromisos electorales de los candidatos ahora electos y que pronto habrán de asumir la corresponsabilidad de marchar y trabajar juntos, porque estos son tiempos de la nueva cultura política, social y democrática que aspira a consolidar una verdadera nueva gobernanza.