/ domingo 21 de abril de 2024

Escenarios / Percepción versus contención

Jamás hemos ocultado la realidad sobre la inseguridad que vive el estado, pero como si se tratara de una obsesiva fijación del INEGI sobre Zacatecas, con saña y maña que la gente interpreta sistemática insistencia en la marcación hasta la estigmatización de Fresnillo como el primer lugar de percepción de inseguridad y Zacatecas capital el tercero, la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) provoca el desplome de los sectores económico, comercial, turístico y cultural en una demoledora dimensión de daños, que han de repetirse denodados y extraordinarios esfuerzos para reencontrar la recuperación.

Está bastante claro que la inseguridad es el azote de toda economía y productividad, todas las versiones delincuenciales como homicidios, secuestros, robos, extorsiones, desapariciones, cobro de piso y las violentas confrontaciones criminales, son un fenómeno colectivamente devastador, porque detienen el proceso productivo, cancelan expectativas de crecimiento, paralizar el desarrollo y mantienen al estado en los rezagos y retrocesos que por décadas no ha dejado de soportar ni sufrir con severas afectaciones a los esfuerzos empresariales, acciones emprendedoras y, obviamente, a las clases medias y a los que nada tienen y de todo carecen, a los más jodidos.

Esa demonización que la negativa percepción provoca en Zacatecas, impone el suspenso en la estrategia de pacificación que la Mesa de Construcción de la Paz, a través del esfuerzo entre el Ejército mexicano, la Guardia Nacional y las corporaciones policiacas, estatales y municipales, ha logrado importantes resultados, como así los traduce Rosa Icela Rodríguez, la secretaria de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, que en la conferencia de prensa mañanera del martes pasado, informó la reducción de 70 por ciento de los homicidios dolosos y por consecuencia, colocó al estado en el sitio 20 de las 32 entidades, es decir, entre los 10 estados más seguros, abandonando las fatídicas etapas del Zacatecas entre los 5 primeros lugares en violencia e inseguridad. Ha sido acertada la ruta hacia la Paz, pero no ha sido fácil.

Bajan delitos, sigue la mala percepción

Bajo esta tesitura, la gran contradicción, es que, mientras bajan los delitos de alto impacto sigue la mala percepción, realidad que, aunque sea paradójica, es rechazada y repudiada por la sociedad, todos los sectores sociales y productivos coinciden en preguntarse sobre las metodologías que el INEG aplica y que no transparenta, como así lo denuncian la alcaldesa del Mineral, Rita Quiñones y los presidentes municipales con licencia, Saúl Monreal Ávila y Jorge Miranda Castro, porque de plano, esos “otros datos” reducen y hasta desvanecen las metas que hasta el momento se han alcanzado de blindaje con seguridad, como así lo demostraron los multitudinarios eventos de la Semana Santa, Festival Cultural de la Paz y hasta en la Feria de la Primavera 2024, En Jerez, Zacatecas.

Dicho de otro modo, la negativa percepción, que los sectores económicos y los funcionarios gubernamentales califican como reciclaje de datos y resultados, ahora en un contexto electoral, atoran la dinámica económica, siembran desconfianza social y extienden desinterés e indiferencia ciudadana ante las campañas y los comicios del domingo 2 de junio, otro riesgo o peligro que atenta contra el perfeccionamiento de la vida democrática. Esa maldita percepción promueve un horizonte de inestabilidad y un panorama de incertidumbre en momentos que objetiva y realmente se advierten y se sienten condiciones de mayor seguridad sustentada en los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que ha señalado a Zacatecas como el décimo estado con menos incidencia delictiva total.

Nunca ocultaremos la realidad

Frente a esas contradicciones,pues, y ante la obsesiva persecución del INEGI contra Fresnillo y Zacatecas capital o contra la integridad estatal, la sociedad, las instituciones y los gobiernos, tienen que escapar con todo y hacia adelante de ese vil estigma, porque esos datos y cifras oscurantistas no pueden hacer rehén a la economía, el turismo, la cultura y el desarrollo de Zacatecas, y la ruta trazada hacia la pacificación y la normalidad tiene que seguir hasta alcanzar la anhelada tranquilidad y paz que los zacatecanos exigen.

En resumidas cuentas, no se trata de ocultar una realidad, la inseguridad en Zacatecas está presente, afortunadamente, ya no en los índices de otros años. Poco a poco, el fenómeno de la criminalidad ha sido combatido por las corporaciones policiacas. El secretario de Seguridad, el general retirado, Arturo Medina Mayoral, y sus policías, apoyado por la Guardia Nacional y el Ejército mexicano, han logrado reducir la violencia en el Estado que, dicho sea de paso, nadie ha dicho que ha sido fácil o que ya se puede cantar victoria. Nadie ha dicho eso. Pero de que hay avances los hay. El camino seguirá siendo largo antes de levantar las banderas blancas.


Nos leemos la próxima semana.

Jamás hemos ocultado la realidad sobre la inseguridad que vive el estado, pero como si se tratara de una obsesiva fijación del INEGI sobre Zacatecas, con saña y maña que la gente interpreta sistemática insistencia en la marcación hasta la estigmatización de Fresnillo como el primer lugar de percepción de inseguridad y Zacatecas capital el tercero, la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) provoca el desplome de los sectores económico, comercial, turístico y cultural en una demoledora dimensión de daños, que han de repetirse denodados y extraordinarios esfuerzos para reencontrar la recuperación.

Está bastante claro que la inseguridad es el azote de toda economía y productividad, todas las versiones delincuenciales como homicidios, secuestros, robos, extorsiones, desapariciones, cobro de piso y las violentas confrontaciones criminales, son un fenómeno colectivamente devastador, porque detienen el proceso productivo, cancelan expectativas de crecimiento, paralizar el desarrollo y mantienen al estado en los rezagos y retrocesos que por décadas no ha dejado de soportar ni sufrir con severas afectaciones a los esfuerzos empresariales, acciones emprendedoras y, obviamente, a las clases medias y a los que nada tienen y de todo carecen, a los más jodidos.

Esa demonización que la negativa percepción provoca en Zacatecas, impone el suspenso en la estrategia de pacificación que la Mesa de Construcción de la Paz, a través del esfuerzo entre el Ejército mexicano, la Guardia Nacional y las corporaciones policiacas, estatales y municipales, ha logrado importantes resultados, como así los traduce Rosa Icela Rodríguez, la secretaria de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, que en la conferencia de prensa mañanera del martes pasado, informó la reducción de 70 por ciento de los homicidios dolosos y por consecuencia, colocó al estado en el sitio 20 de las 32 entidades, es decir, entre los 10 estados más seguros, abandonando las fatídicas etapas del Zacatecas entre los 5 primeros lugares en violencia e inseguridad. Ha sido acertada la ruta hacia la Paz, pero no ha sido fácil.

Bajan delitos, sigue la mala percepción

Bajo esta tesitura, la gran contradicción, es que, mientras bajan los delitos de alto impacto sigue la mala percepción, realidad que, aunque sea paradójica, es rechazada y repudiada por la sociedad, todos los sectores sociales y productivos coinciden en preguntarse sobre las metodologías que el INEG aplica y que no transparenta, como así lo denuncian la alcaldesa del Mineral, Rita Quiñones y los presidentes municipales con licencia, Saúl Monreal Ávila y Jorge Miranda Castro, porque de plano, esos “otros datos” reducen y hasta desvanecen las metas que hasta el momento se han alcanzado de blindaje con seguridad, como así lo demostraron los multitudinarios eventos de la Semana Santa, Festival Cultural de la Paz y hasta en la Feria de la Primavera 2024, En Jerez, Zacatecas.

Dicho de otro modo, la negativa percepción, que los sectores económicos y los funcionarios gubernamentales califican como reciclaje de datos y resultados, ahora en un contexto electoral, atoran la dinámica económica, siembran desconfianza social y extienden desinterés e indiferencia ciudadana ante las campañas y los comicios del domingo 2 de junio, otro riesgo o peligro que atenta contra el perfeccionamiento de la vida democrática. Esa maldita percepción promueve un horizonte de inestabilidad y un panorama de incertidumbre en momentos que objetiva y realmente se advierten y se sienten condiciones de mayor seguridad sustentada en los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que ha señalado a Zacatecas como el décimo estado con menos incidencia delictiva total.

Nunca ocultaremos la realidad

Frente a esas contradicciones,pues, y ante la obsesiva persecución del INEGI contra Fresnillo y Zacatecas capital o contra la integridad estatal, la sociedad, las instituciones y los gobiernos, tienen que escapar con todo y hacia adelante de ese vil estigma, porque esos datos y cifras oscurantistas no pueden hacer rehén a la economía, el turismo, la cultura y el desarrollo de Zacatecas, y la ruta trazada hacia la pacificación y la normalidad tiene que seguir hasta alcanzar la anhelada tranquilidad y paz que los zacatecanos exigen.

En resumidas cuentas, no se trata de ocultar una realidad, la inseguridad en Zacatecas está presente, afortunadamente, ya no en los índices de otros años. Poco a poco, el fenómeno de la criminalidad ha sido combatido por las corporaciones policiacas. El secretario de Seguridad, el general retirado, Arturo Medina Mayoral, y sus policías, apoyado por la Guardia Nacional y el Ejército mexicano, han logrado reducir la violencia en el Estado que, dicho sea de paso, nadie ha dicho que ha sido fácil o que ya se puede cantar victoria. Nadie ha dicho eso. Pero de que hay avances los hay. El camino seguirá siendo largo antes de levantar las banderas blancas.


Nos leemos la próxima semana.