/ miércoles 3 de abril de 2024

Incendios y sequías, la alerta

Incendios forestales en diversas zonas del país causaron preocupación en la población y en los medios de comunicación la semana pasada. Incendios que coinciden con la sequía por la que está atravesando el país. Ambos son fenómenos naturales que afectan a la población y causan un deterioro ambiental. Ante estas catástrofes tenemos que cambiar nuestra relación con el medio ambiente.

De acuerdo con cifras de la Comisión Nacional Forestal, del 22 al 28 de marzo se presentaron 22 incendios forestales en un total de casi 906 hectáreas. Para darnos una idea, el área incendiada equivaldría a aproximadamente 1,260 canchas del Estadio Azteca. Entre los estados con mayor superficie quemada se encuentran nuestro estado junto con Durango, Colima, Tlaxcala y Veracruz. En este último estado, por ejemplo, varias familias de las comunidades de Palo Verde, El Nicho y Chicahuaxtla tuvieron que ser evacuadas y transportadas a albergues. Además, los incendios afectaron cultivos de aguacate hass, laurel, limones y árboles, así como a los campesinos que se dedican al cultivo de estas tierras. En Michoacán se incendió el Cerro del Águila, el cual se encuentra al sur de la ciudad de Morelia. En Zaragoza, Nuevo León, y en Ixtlahuacán de los Membrillos, Jalisco, también se presentaron incendios. En nuestro Estado, el incendio más significativo ocurrió en Monte Escobedo pero de acuerdo con el Gobierno del Estado dicho incendio fue sofocado.

En el acumulado, las cifras son más estremecedoras. Del primero de enero al 28 de marzo de este 2024 se han registrado 1,091 incendios forestales en 26 estados de la República, en una superficie de 37,408 hectáreas, lo que equivaldría a que casi la totalidad de la superficie del municipio de Calera se hubiera incendiado. De ese tamaño es la magnitud de la afectación.

Los incendios forestales son más propensos a que ocurran en zonas donde no hay lluvias y los vientos y las altas temperaturas se conjuntan. A mayor sequía, mayor es el riesgo de un incendio. También influyen el cambio climático, el cambio del uso de suelo, la deforestación y la pérdida de vegetación, factores que provocan que la superficie terrestre no capte el agua.

A finales de febrero, el 56.54% del país tenía condiciones de sequía moderada a excepcional, en las zonas centro sur, noroeste y norte del país es en donde se acentuó esta situación. Por su parte, en el 55.6% del territorio zacatecano se tenía algún tipo de sequía. Lo anterior se reflejó en que las presas de nuestro estado se encontrarán a un 39% de su capacidad. La falta de agua debido a la sequía afecta así nuestra vida diaria, las actividades agrícolas y ganaderas y las industriales y comerciales.

Los incendios y la sequía nos deben llevar a replantear nuestra relación con el medio ambiente. En la medida en que cuidemos nuestro entorno, los riesgos ambientales podrán reducirse. Pensemos en el medio ambiente, pensemos verde.

Incendios forestales en diversas zonas del país causaron preocupación en la población y en los medios de comunicación la semana pasada. Incendios que coinciden con la sequía por la que está atravesando el país. Ambos son fenómenos naturales que afectan a la población y causan un deterioro ambiental. Ante estas catástrofes tenemos que cambiar nuestra relación con el medio ambiente.

De acuerdo con cifras de la Comisión Nacional Forestal, del 22 al 28 de marzo se presentaron 22 incendios forestales en un total de casi 906 hectáreas. Para darnos una idea, el área incendiada equivaldría a aproximadamente 1,260 canchas del Estadio Azteca. Entre los estados con mayor superficie quemada se encuentran nuestro estado junto con Durango, Colima, Tlaxcala y Veracruz. En este último estado, por ejemplo, varias familias de las comunidades de Palo Verde, El Nicho y Chicahuaxtla tuvieron que ser evacuadas y transportadas a albergues. Además, los incendios afectaron cultivos de aguacate hass, laurel, limones y árboles, así como a los campesinos que se dedican al cultivo de estas tierras. En Michoacán se incendió el Cerro del Águila, el cual se encuentra al sur de la ciudad de Morelia. En Zaragoza, Nuevo León, y en Ixtlahuacán de los Membrillos, Jalisco, también se presentaron incendios. En nuestro Estado, el incendio más significativo ocurrió en Monte Escobedo pero de acuerdo con el Gobierno del Estado dicho incendio fue sofocado.

En el acumulado, las cifras son más estremecedoras. Del primero de enero al 28 de marzo de este 2024 se han registrado 1,091 incendios forestales en 26 estados de la República, en una superficie de 37,408 hectáreas, lo que equivaldría a que casi la totalidad de la superficie del municipio de Calera se hubiera incendiado. De ese tamaño es la magnitud de la afectación.

Los incendios forestales son más propensos a que ocurran en zonas donde no hay lluvias y los vientos y las altas temperaturas se conjuntan. A mayor sequía, mayor es el riesgo de un incendio. También influyen el cambio climático, el cambio del uso de suelo, la deforestación y la pérdida de vegetación, factores que provocan que la superficie terrestre no capte el agua.

A finales de febrero, el 56.54% del país tenía condiciones de sequía moderada a excepcional, en las zonas centro sur, noroeste y norte del país es en donde se acentuó esta situación. Por su parte, en el 55.6% del territorio zacatecano se tenía algún tipo de sequía. Lo anterior se reflejó en que las presas de nuestro estado se encontrarán a un 39% de su capacidad. La falta de agua debido a la sequía afecta así nuestra vida diaria, las actividades agrícolas y ganaderas y las industriales y comerciales.

Los incendios y la sequía nos deben llevar a replantear nuestra relación con el medio ambiente. En la medida en que cuidemos nuestro entorno, los riesgos ambientales podrán reducirse. Pensemos en el medio ambiente, pensemos verde.