/ viernes 14 de diciembre de 2018

La Corte y la honrosa medianía

Temas trascendentes de interés nacional preceden estas líneas. Eventos propios del debate público que remiten a la propuesta de Benito Juárez: La honrosa medianía o el deber ser de un funcionario público.

Vayamos por partes.

Tras la apertura de Los Pinos al público, desde el Senado solicité que la Secretaría de Cultura del gobierno federal, informe como se recibieron los 18 inmuebles de este complejo y conocer el destino de los cerca de 48 mil objetos e incluidas 163 obras de arte.

También he requerido a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la Secretaría de la Función Pública y la Auditoría Superior de la Federación investiguen y de encontrarfaltantes e irregularidades, deslindar responsabilidades.

Hoy los mexicanos pueden constatar la opulencia y frivolidad en que vivieron 14 expresidentes.

En contraste, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, admitió recurso de inconstitucionalidad presentado por senadores opositores, acción que invalida la aplicación de la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos.

Por lo anterior, se impide bajar salarios al Poder Judicial y ganar menos que el Presidente de la República.

Llama la atención la inédita manifestación pública de hace unos días de los impartidores de justicia para defender su peculio y el silencio de hace meses sobre el nepotismo al interior del Poder Judicial documentado porMexicanos contra la Corrupción.

Mientras la ciudadanía exige fin a los excesos, en contra parte, tenemos la resistencia a renunciar a los privilegios onerosos.

Si bien es cierto que el Artículo 94 de la Constitución Mexicana se lee que ministros, magistrados, jueces y consejeros, “no podrá ser disminuida (la remuneración) durante su encargo”, los doctos en leyes argumentan la intromisión del Poder Ejecutivo a través del Poder Legislativo hacia el Poder Judicial.

Hace 166 años Benito Juárez expuso: “Bajo el sistema federativo los funcionarios públicos no pueden disponer de las rentas sin responsabilidad; no pueden gobernar a impulsos de una voluntad caprichosa, sino con sujeción a las leyes; no pueden improvisar fortunas ni entregarse al ocio y a la disipación, si no consagrarse asiduamente al trabajo, resignándose a vivir en la honrosa medianía que proporciona la retribución que la ley haya señalado”.

Sin embargo, la Corte ignora al hijo predilecto de Guelatao, mientras que en la palestra pública se debate la razón jurídica frente a la honrosa medianía. Las descomunales remuneraciones frente a millones de mexicanos que viven en la pobreza sin posibilidad de tener un salario decoroso y dotar de condiciones mínimamente dignas a los suyos.

¿Bajar salarios a los impartidores de justicia es atentar contra su autonomía o una causa justa?

Lo legal frente a lo ético.

El lector, tiene la última palabra.

Temas trascendentes de interés nacional preceden estas líneas. Eventos propios del debate público que remiten a la propuesta de Benito Juárez: La honrosa medianía o el deber ser de un funcionario público.

Vayamos por partes.

Tras la apertura de Los Pinos al público, desde el Senado solicité que la Secretaría de Cultura del gobierno federal, informe como se recibieron los 18 inmuebles de este complejo y conocer el destino de los cerca de 48 mil objetos e incluidas 163 obras de arte.

También he requerido a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la Secretaría de la Función Pública y la Auditoría Superior de la Federación investiguen y de encontrarfaltantes e irregularidades, deslindar responsabilidades.

Hoy los mexicanos pueden constatar la opulencia y frivolidad en que vivieron 14 expresidentes.

En contraste, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, admitió recurso de inconstitucionalidad presentado por senadores opositores, acción que invalida la aplicación de la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos.

Por lo anterior, se impide bajar salarios al Poder Judicial y ganar menos que el Presidente de la República.

Llama la atención la inédita manifestación pública de hace unos días de los impartidores de justicia para defender su peculio y el silencio de hace meses sobre el nepotismo al interior del Poder Judicial documentado porMexicanos contra la Corrupción.

Mientras la ciudadanía exige fin a los excesos, en contra parte, tenemos la resistencia a renunciar a los privilegios onerosos.

Si bien es cierto que el Artículo 94 de la Constitución Mexicana se lee que ministros, magistrados, jueces y consejeros, “no podrá ser disminuida (la remuneración) durante su encargo”, los doctos en leyes argumentan la intromisión del Poder Ejecutivo a través del Poder Legislativo hacia el Poder Judicial.

Hace 166 años Benito Juárez expuso: “Bajo el sistema federativo los funcionarios públicos no pueden disponer de las rentas sin responsabilidad; no pueden gobernar a impulsos de una voluntad caprichosa, sino con sujeción a las leyes; no pueden improvisar fortunas ni entregarse al ocio y a la disipación, si no consagrarse asiduamente al trabajo, resignándose a vivir en la honrosa medianía que proporciona la retribución que la ley haya señalado”.

Sin embargo, la Corte ignora al hijo predilecto de Guelatao, mientras que en la palestra pública se debate la razón jurídica frente a la honrosa medianía. Las descomunales remuneraciones frente a millones de mexicanos que viven en la pobreza sin posibilidad de tener un salario decoroso y dotar de condiciones mínimamente dignas a los suyos.

¿Bajar salarios a los impartidores de justicia es atentar contra su autonomía o una causa justa?

Lo legal frente a lo ético.

El lector, tiene la última palabra.