/ domingo 7 de abril de 2024

Política de altura

En días pasados salió a la luz un video donde se ve a Juan Pablo Sánchez Gálvez, hijo de la candidata presidencial Xóchitl Gálvez, mostrando actitudes discriminatorias y racistas en contra de trabajadores de un antro. Situación que nos obliga a replantear la forma en la que se hace la política en el país y a trabajar para erradicar el discurso clasista que tiene cierto sector y que realiza prejuicios sociales. Somos un país de desigualdades, no podemos permitir acciones que perpetúan estas violencias.

Si bien es cierto, dicha situación es reprobable y se deben asumir responsabilidades y consecuencias, se deben buscar los mecanismos para eliminar todo tipo de discriminación; sin embargo, este video salió a la luz en tiempos electorales, representando un tipo de guerra sucia, repercutiendo directamente en nuestra democracia mexicana.

Por ello, relevantes y oportunos los comentarios de la doctora Beatriz Gutiérrez Müller, quien señala que “Los padres, los hijos, los familiares NO somos responsables de los actos de ellos; solo de los nuestros. Los errores, las equivocaciones o delitos de alguien de la familia, así como sus aciertos, victorias o magnanimidades no son transferibles ni hereditarias”. Además, el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió no involucrar a los familiares durante las campañas electorales, situación que replicó Claudia Sheinbaum. En sus palabras “Con los hijos no, quienes estamos en la contienda somos las candidatas y el candidato”.

Las campañas políticas son el espacio y herramienta de las y los aspirantes a un puesto de elección popular para mostrar propuestas, visiones y proyectos políticos. Las campañas deben de ser limpias, sin denostaciones y libres de ataques personales. El respeto es fundamental en cualquier ámbito de la vida, y la política no es una excepción. De hecho, es especialmente importante en este ámbito, ya que las decisiones tomadas por las y los actores políticos tienen un impacto directo en la vida de las personas. El respeto es primordial para garantizar que todas y todos se sientan bienvenidos e incluidos, independientemente de sus creencias o afiliaciones políticas.

Es tiempo de plantear y escuchar propuestas, de abonar a la construcción de un Estado donde se respeten los derechos humanos. Ante los ataques, el diálogo; ante las descalificaciones, propuestas; ante el insulto, el respeto. La democracia es esencial para el desarrollo de nuestro gobierno y para la vida pública de los ciudadanos. Necesitamos elecciones seguras para que todos se sientan bienvenidos en las próximas elecciones y el electorado decida el rumbo del país.

En días pasados salió a la luz un video donde se ve a Juan Pablo Sánchez Gálvez, hijo de la candidata presidencial Xóchitl Gálvez, mostrando actitudes discriminatorias y racistas en contra de trabajadores de un antro. Situación que nos obliga a replantear la forma en la que se hace la política en el país y a trabajar para erradicar el discurso clasista que tiene cierto sector y que realiza prejuicios sociales. Somos un país de desigualdades, no podemos permitir acciones que perpetúan estas violencias.

Si bien es cierto, dicha situación es reprobable y se deben asumir responsabilidades y consecuencias, se deben buscar los mecanismos para eliminar todo tipo de discriminación; sin embargo, este video salió a la luz en tiempos electorales, representando un tipo de guerra sucia, repercutiendo directamente en nuestra democracia mexicana.

Por ello, relevantes y oportunos los comentarios de la doctora Beatriz Gutiérrez Müller, quien señala que “Los padres, los hijos, los familiares NO somos responsables de los actos de ellos; solo de los nuestros. Los errores, las equivocaciones o delitos de alguien de la familia, así como sus aciertos, victorias o magnanimidades no son transferibles ni hereditarias”. Además, el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió no involucrar a los familiares durante las campañas electorales, situación que replicó Claudia Sheinbaum. En sus palabras “Con los hijos no, quienes estamos en la contienda somos las candidatas y el candidato”.

Las campañas políticas son el espacio y herramienta de las y los aspirantes a un puesto de elección popular para mostrar propuestas, visiones y proyectos políticos. Las campañas deben de ser limpias, sin denostaciones y libres de ataques personales. El respeto es fundamental en cualquier ámbito de la vida, y la política no es una excepción. De hecho, es especialmente importante en este ámbito, ya que las decisiones tomadas por las y los actores políticos tienen un impacto directo en la vida de las personas. El respeto es primordial para garantizar que todas y todos se sientan bienvenidos e incluidos, independientemente de sus creencias o afiliaciones políticas.

Es tiempo de plantear y escuchar propuestas, de abonar a la construcción de un Estado donde se respeten los derechos humanos. Ante los ataques, el diálogo; ante las descalificaciones, propuestas; ante el insulto, el respeto. La democracia es esencial para el desarrollo de nuestro gobierno y para la vida pública de los ciudadanos. Necesitamos elecciones seguras para que todos se sientan bienvenidos en las próximas elecciones y el electorado decida el rumbo del país.