/ sábado 12 de mayo de 2018

Más allá del TLC

Desde el año pasado, concretamente el 16 de agosto de 2017, inició la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y casi nueve meses después aún no se ha llegado a un acuerdo. Los delegados de los tres países han considerado que los próximos días serán clave para definir si el TLCAN estará listo este 2018. De no llegar a un consenso, las negociaciones se aplazarían debido a los calendarios electores tanto de México (julio), como de Estados Unidos (noviembre).

Aunque ciertamente no es el mejor escenario, el hecho de que ningún país se haya levantado de la mesa de negociaciones significa que a todos les interesa que el TLCAN continúe, aún si existen diferencias. Esto es así porque la otra alternativa, la imposición de aranceles, no sólo representaría una barrera para las exportaciones de México, sino que también afectaría las importaciones y exportaciones de miles de empresas estadounidenses.

Recordemos que nuestro país es el segundo mayor socio comercial de Estados Unidos, con un monto récord de 557 mil millones de dólares de intercambio en 2017. Esto ha sido posible gracias al libre comercio que, a diferencia de los aranceles, fomenta el intercambio comercial, la competitividad industrial y la cooperación internacional.

Por eso no es extraño que diversos empresarios y políticos de nuestro vecino del norte, en particular la industria automotriz que mantiene una gran sinergia entre ambos países, estén más que a favor de continuar el TLCAN. Sin embargo, la política poco flexible del presidente estadounidense Trump no ha facilitado un mayor acercamiento en las negociaciones.

Lo anterior nos lleva a considerar acertada la postura del secretario de Economía Ildefonso Guajardo, quien ha señalado que no se puede sacrificar la calidad y el balance del acuerdo por cuestiones de tiempo. En un acuerdo de tales dimensiones, lo más importante no es firmar pronto, sino llegar a un buen pacto. Por eso, la negociación del TLC no debe convertirse en una carrera, en un pulso de fuerzas, o peor, en una guerra comercial, sino en una cooperación que beneficie a los tres países.

Incluso en el caso de que no se pueda formalizar un nuevo tratado, nuestro país debe continuar impulsando y fomentando la cooperación internacional en materia económica e industrial, ya que la diversidad de socios comerciales beneficia la estabilidad de nuestra economía. Por ello son bienvenidas las recientes gestiones de nuestro país en la modernización del Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea (TLCUE), el acercamiento con China, y la firma del Tratado TransPacífico (TPP).

En resumen, no se trata de luchar como enemigos, sino de pactar alianzas como socios, en beneficio de nuestro país y de todos los mexicanos.

rcastm@hotmail.com

facebook.com/RodCastMir

twitter.com/rodcastm

*Vicepresidente Nacional de Innovación y Desarrollo Tecnológico – CANACINTRA

Desde el año pasado, concretamente el 16 de agosto de 2017, inició la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y casi nueve meses después aún no se ha llegado a un acuerdo. Los delegados de los tres países han considerado que los próximos días serán clave para definir si el TLCAN estará listo este 2018. De no llegar a un consenso, las negociaciones se aplazarían debido a los calendarios electores tanto de México (julio), como de Estados Unidos (noviembre).

Aunque ciertamente no es el mejor escenario, el hecho de que ningún país se haya levantado de la mesa de negociaciones significa que a todos les interesa que el TLCAN continúe, aún si existen diferencias. Esto es así porque la otra alternativa, la imposición de aranceles, no sólo representaría una barrera para las exportaciones de México, sino que también afectaría las importaciones y exportaciones de miles de empresas estadounidenses.

Recordemos que nuestro país es el segundo mayor socio comercial de Estados Unidos, con un monto récord de 557 mil millones de dólares de intercambio en 2017. Esto ha sido posible gracias al libre comercio que, a diferencia de los aranceles, fomenta el intercambio comercial, la competitividad industrial y la cooperación internacional.

Por eso no es extraño que diversos empresarios y políticos de nuestro vecino del norte, en particular la industria automotriz que mantiene una gran sinergia entre ambos países, estén más que a favor de continuar el TLCAN. Sin embargo, la política poco flexible del presidente estadounidense Trump no ha facilitado un mayor acercamiento en las negociaciones.

Lo anterior nos lleva a considerar acertada la postura del secretario de Economía Ildefonso Guajardo, quien ha señalado que no se puede sacrificar la calidad y el balance del acuerdo por cuestiones de tiempo. En un acuerdo de tales dimensiones, lo más importante no es firmar pronto, sino llegar a un buen pacto. Por eso, la negociación del TLC no debe convertirse en una carrera, en un pulso de fuerzas, o peor, en una guerra comercial, sino en una cooperación que beneficie a los tres países.

Incluso en el caso de que no se pueda formalizar un nuevo tratado, nuestro país debe continuar impulsando y fomentando la cooperación internacional en materia económica e industrial, ya que la diversidad de socios comerciales beneficia la estabilidad de nuestra economía. Por ello son bienvenidas las recientes gestiones de nuestro país en la modernización del Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea (TLCUE), el acercamiento con China, y la firma del Tratado TransPacífico (TPP).

En resumen, no se trata de luchar como enemigos, sino de pactar alianzas como socios, en beneficio de nuestro país y de todos los mexicanos.

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*Vicepresidente Nacional de Innovación y Desarrollo Tecnológico – CANACINTRA