/ domingo 3 de mayo de 2020

Salud mental en reclusión

En nuestro país existe un serio rezago en la atención a la salud mental de los mexicanos. Dos de cada diez personas, sufren de algún trastorno mental y solo una de cinco reciben tratamiento. Con la finalidad de garantizar una cobertura integral a todos los mexicanos, el pasado 20 de noviembre presenté una iniciativa ante el pleno del Senado de la República.

Sin embargo, con la llegada del coronavirus, nuestras relaciones interpersonales se alteraron significativamente. Permanecer aislado por un período prolongado, provoca estrés, depresión, ansiedad, miedo, claustrofobia entre otras alteraciones.

A lo largo de esta cuarentena se han registrado en todo el país 116 mil llamadas de emergencia para reportar violencia familiar o de pareja, abuso sexual, acoso y violaciones. Para simplificar, diariamente se reciben 2 mil llamadas. Mientras que el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, contabiliza 155 mujeres violentadas cada hora. Los citados datos explican la magnitud del problema.

Frente a la complejidad de lo que implica esta reclusión obligatoria para mantenernos a salvo del Covid-19, comparto algunas recomendaciones:

Establecer un plan diario de actividades permitirá mantenernos ocupados. Dejar de mirar, leer o escuchar noticias negativas en redes sociales y medios de comunicación. La información con contenido negativo, puede afectarnos. Se sugiere dejar de observar redes sociales de manera frecuente e incluso antes de dormir.

Indispensable realizar ejercicio y actividades que disfrutemos como leer, ver película, visitas virtuales a sitios de interés o escuchar música. Caso contrario, evitar el consumo del alcohol o cualquier tipo de drogas.

Los pensamientos negativos nos pueden conducir a un estado de depresión. En tal sentido, debemos fomentar una actitud positiva, por lo que es trascedente conservar la casa aseada, nuestra limpieza personal y no quedarnos en cama todo el día.

La comunicación es un tema vital. Debemos dialogar con otras personas para compartir nuestras preocupaciones y nuestro estado de ánimo, particularmente si nos encontramos solos. Hoy la tecnología nos da la oportunidad de interactuar a través de videoconferencias o llamadas.

Fundamental evitar las discusiones o controversias sobre temas políticos y religiosos. Para reducir la ansiedad, se aconseja recurrir a juegos de mesa, la pintura, la danza o la meditación.

Muchos estados cuentan con aplicaciones o líneas telefónicas de ayuda donde nos pueden orientar en casos de emergencia. Fortalecer nuestra salud emocional también representa vencer el Covid-19.

En nuestro país existe un serio rezago en la atención a la salud mental de los mexicanos. Dos de cada diez personas, sufren de algún trastorno mental y solo una de cinco reciben tratamiento. Con la finalidad de garantizar una cobertura integral a todos los mexicanos, el pasado 20 de noviembre presenté una iniciativa ante el pleno del Senado de la República.

Sin embargo, con la llegada del coronavirus, nuestras relaciones interpersonales se alteraron significativamente. Permanecer aislado por un período prolongado, provoca estrés, depresión, ansiedad, miedo, claustrofobia entre otras alteraciones.

A lo largo de esta cuarentena se han registrado en todo el país 116 mil llamadas de emergencia para reportar violencia familiar o de pareja, abuso sexual, acoso y violaciones. Para simplificar, diariamente se reciben 2 mil llamadas. Mientras que el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, contabiliza 155 mujeres violentadas cada hora. Los citados datos explican la magnitud del problema.

Frente a la complejidad de lo que implica esta reclusión obligatoria para mantenernos a salvo del Covid-19, comparto algunas recomendaciones:

Establecer un plan diario de actividades permitirá mantenernos ocupados. Dejar de mirar, leer o escuchar noticias negativas en redes sociales y medios de comunicación. La información con contenido negativo, puede afectarnos. Se sugiere dejar de observar redes sociales de manera frecuente e incluso antes de dormir.

Indispensable realizar ejercicio y actividades que disfrutemos como leer, ver película, visitas virtuales a sitios de interés o escuchar música. Caso contrario, evitar el consumo del alcohol o cualquier tipo de drogas.

Los pensamientos negativos nos pueden conducir a un estado de depresión. En tal sentido, debemos fomentar una actitud positiva, por lo que es trascedente conservar la casa aseada, nuestra limpieza personal y no quedarnos en cama todo el día.

La comunicación es un tema vital. Debemos dialogar con otras personas para compartir nuestras preocupaciones y nuestro estado de ánimo, particularmente si nos encontramos solos. Hoy la tecnología nos da la oportunidad de interactuar a través de videoconferencias o llamadas.

Fundamental evitar las discusiones o controversias sobre temas políticos y religiosos. Para reducir la ansiedad, se aconseja recurrir a juegos de mesa, la pintura, la danza o la meditación.

Muchos estados cuentan con aplicaciones o líneas telefónicas de ayuda donde nos pueden orientar en casos de emergencia. Fortalecer nuestra salud emocional también representa vencer el Covid-19.