/ jueves 24 de febrero de 2022

México en el Índice de Democracia 2021

El 10 de febrero de 2022, la Unidad de Inteligencia (UI) del semanario inglés The Economist publicó su Índice de Democracia 2021, en el cual evalúa el estado de la democracia en el mundo, por medio de una escala de calificación de 0 a 10, siendo 10 la puntuación más alta.

La democracia en cada país es evaluada a partir de cinco categorías: proceso electoral y pluralismo; funcionamiento del gobierno; participación política; cultura política, y libertades civiles. Cada una incluye una serie de preguntas, cuyas respuestas, que son dadas por personas expertas de la propia UI, toman forma de calificación. Luego de asignar las calificaciones de cada categoría, las mismas personas caracterizan a cada país como democracia plena, democracia con defectos, régimen híbrido, o bien, régimen autoritario.

Para el Índice, México transitó de una democracia defectuosa, cuya calificación en 2020 fue de 6.07, a un régimen híbrido, cuya calificación fue de 5.57 en 2021.

En un régimen híbrido, según la mencionada publicación, las elecciones tienen irregularidades sustanciales que a menudo les impiden ser libres y justas; existe presión del Gobierno sobre partidos políticos y aspirantes; las debilidades son más frecuentes que en las democracias defectuosas; la corrupción tiende a ser generalizada, y el Estado de derecho y la sociedad civil, débiles; por lo general, hay acoso y presión sobre periodistas, además de que el Poder Judicial no es independiente.

La caracterización no deja de ser teórica, tecnocrática e inverosímil. Primero, porque las personas expertas para México, de acuerdo con la página electrónica del semanario, no se encuentran en nuestro país.

Segundo, porque, al ser tecnocrático, el análisis despolitiza (la tecnocracia es la negación de la política) las categorías referidas, estudiándolas en el vacío, como si no estuvieran influidas por diversos factores, como poderes fácticos; el neoliberalismo, que ha sumido a millones de personas en la pobreza en México, o la reivindicación de la soberanía —particularmente energética—, cuya recuperación es primordial para este Gobierno.

Y, tercero, porque en la realidad no existen regímenes políticos puros o democracias plenas, como los califica el semanario. Por ejemplo, aunque un país cuente con una cultura política participativa, puede tener tasas importantes de abstención en diferentes escrutinios.

Asimismo, el Índice señala que el presidente López Obrador siguió con sus esfuerzos para concentrar el poder; que busca una reforma integral de las autoridades electorales del país, pues considera que son sesgadas, están en contra de su administración y al servicio de la antidemocracia; que intensificó sus ataques contra los medios de comunicación y se volvió cada vez más intolerante con quienes lo critican, incluso entre sus aliados, además de que existe baja confianza ciudadana en el gobierno, entre otras aseveraciones.

Si algo ha caracterizado a esta administración federal es el respeto y la reivindicación de la democracia, ya que en el país se realizan elecciones libres y periódicas, sin compra de votos o fraudes electorales organizados desde el poder, con opciones políticas para elegir, con alternancias partidistas en los diferentes estados y municipios, y sin instrumentalización de los medios de comunicación para inducir el voto.

Los presuntos ataques a medios de comunicación son, en realidad, réplicas a informaciones manipuladas, infundadas o pagadas por intereses oligárquicos que se niegan a desaparecer. La supuesta intolerancia contra sus críticos es la contrargumentación ideológico-político-histórica a muchas expresiones clasistas, sectarias o antinacionales, o bien, el intercambio de ideas entre aliados, resultado de las naturales diferencias que pueden existir en cualquier movimiento democrático.

Si hubiera baja confianza en el Gobierno y en su trabajo, la ciudadanía, por ejemplo, no hubiera dado la victoria a MORENA en 11 de las 15 gubernaturas que se disputaron en las urnas en 2021.

Sin duda, la realidad mexicana es mucho más compleja de lo que plantea el análisis de la publicación londinense.


El 10 de febrero de 2022, la Unidad de Inteligencia (UI) del semanario inglés The Economist publicó su Índice de Democracia 2021, en el cual evalúa el estado de la democracia en el mundo, por medio de una escala de calificación de 0 a 10, siendo 10 la puntuación más alta.

La democracia en cada país es evaluada a partir de cinco categorías: proceso electoral y pluralismo; funcionamiento del gobierno; participación política; cultura política, y libertades civiles. Cada una incluye una serie de preguntas, cuyas respuestas, que son dadas por personas expertas de la propia UI, toman forma de calificación. Luego de asignar las calificaciones de cada categoría, las mismas personas caracterizan a cada país como democracia plena, democracia con defectos, régimen híbrido, o bien, régimen autoritario.

Para el Índice, México transitó de una democracia defectuosa, cuya calificación en 2020 fue de 6.07, a un régimen híbrido, cuya calificación fue de 5.57 en 2021.

En un régimen híbrido, según la mencionada publicación, las elecciones tienen irregularidades sustanciales que a menudo les impiden ser libres y justas; existe presión del Gobierno sobre partidos políticos y aspirantes; las debilidades son más frecuentes que en las democracias defectuosas; la corrupción tiende a ser generalizada, y el Estado de derecho y la sociedad civil, débiles; por lo general, hay acoso y presión sobre periodistas, además de que el Poder Judicial no es independiente.

La caracterización no deja de ser teórica, tecnocrática e inverosímil. Primero, porque las personas expertas para México, de acuerdo con la página electrónica del semanario, no se encuentran en nuestro país.

Segundo, porque, al ser tecnocrático, el análisis despolitiza (la tecnocracia es la negación de la política) las categorías referidas, estudiándolas en el vacío, como si no estuvieran influidas por diversos factores, como poderes fácticos; el neoliberalismo, que ha sumido a millones de personas en la pobreza en México, o la reivindicación de la soberanía —particularmente energética—, cuya recuperación es primordial para este Gobierno.

Y, tercero, porque en la realidad no existen regímenes políticos puros o democracias plenas, como los califica el semanario. Por ejemplo, aunque un país cuente con una cultura política participativa, puede tener tasas importantes de abstención en diferentes escrutinios.

Asimismo, el Índice señala que el presidente López Obrador siguió con sus esfuerzos para concentrar el poder; que busca una reforma integral de las autoridades electorales del país, pues considera que son sesgadas, están en contra de su administración y al servicio de la antidemocracia; que intensificó sus ataques contra los medios de comunicación y se volvió cada vez más intolerante con quienes lo critican, incluso entre sus aliados, además de que existe baja confianza ciudadana en el gobierno, entre otras aseveraciones.

Si algo ha caracterizado a esta administración federal es el respeto y la reivindicación de la democracia, ya que en el país se realizan elecciones libres y periódicas, sin compra de votos o fraudes electorales organizados desde el poder, con opciones políticas para elegir, con alternancias partidistas en los diferentes estados y municipios, y sin instrumentalización de los medios de comunicación para inducir el voto.

Los presuntos ataques a medios de comunicación son, en realidad, réplicas a informaciones manipuladas, infundadas o pagadas por intereses oligárquicos que se niegan a desaparecer. La supuesta intolerancia contra sus críticos es la contrargumentación ideológico-político-histórica a muchas expresiones clasistas, sectarias o antinacionales, o bien, el intercambio de ideas entre aliados, resultado de las naturales diferencias que pueden existir en cualquier movimiento democrático.

Si hubiera baja confianza en el Gobierno y en su trabajo, la ciudadanía, por ejemplo, no hubiera dado la victoria a MORENA en 11 de las 15 gubernaturas que se disputaron en las urnas en 2021.

Sin duda, la realidad mexicana es mucho más compleja de lo que plantea el análisis de la publicación londinense.