/ domingo 10 de mayo de 2020

Cieneguillas: dolor de cabeza

Grave situación enfrenta, el ahora fiscal autónomo de Zacatecas con la evasión, esta semana, de 12 reos “de alta peligrosidad” del Centro Regional de Readaptación Social de Cieneguillas.

Simplemente se fueron por un túnel de una dimensión impresionante en su extensión (al menos 45 metros), que para lograr el objetivo, no pudieron cavar solamente desde el interior del centro penitenciario, sino que se requirió una sofisticada red de ingeniería desde el exterior, para lograr el objetivo.

Grave situación la que enfrenta el fiscal, habida cuenta que tiene que dar respuesta inmediata en la recaptura de los peligrosos reos evadidos; pero además, de no localizarlos y reaprenderlos, tendrá que iniciar procesos de carácter penal en contra de varios funcionarios gubernamentales que estaban al frente de la custodia del centro penitenciario. Alguien tiene que responder por la comisión de los delitos.

El Cereso de Cieneguillas funciona en pésimas condiciones. Existe un alto nivel de inseguridad para su personal y es una cárcel propicia para que los presos, de cualquier grupo del crimen organizado tomen el control y mando en su interior.

Predominan la corrupción y el miedo entre los funcionarios y trabajadores del sistema penitenciario, que provocan una deficiente operación, y existen múltiples carencias de infraestructura, personal y equipamiento.

El Cereso es tan difícil de controlar y dirigir, que se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza para los distintos gobiernos estatales, desde su construcción en tiempos de Genaro Borrego, hasta el actual de Alejandro Tello; ha costado carreras políticas y se ha procesado a gente inocente.

Cieneguillas dejó de ser un centro de reinserción social para convertirse en la cárcel favorita para las fugas masivas. Cieneguillas marcó el rumbo político de Amalia García y su secretario de gobierno Carlos Pinto.

Terminó con la carrera policial de Alejandro Rojas Chalico, entonces secretario de seguridad pública del perredista gobierno estatal y mandó a prisión a Francisco Luna Ortiz, director entonces del CERESO. Esa cárcel fue un lastre para ese gobierno.

Para la fuga de esta semana, sustituyeron al director del Centro penitenciario y se nombró un nuevo director del que no se dieron a conocer sus datos profesionales ni su identidad. Primer director sin rostro, lo que habla de la grave peligrosidad del centro penitenciario.

Pero no basta con la destitución del director para que todo se olvide, el Fiscal General de Justicia debe representar a la sociedad zacatecana y no estar del lado de las autoridades que caminan en un mar de corrupción, impunidad, cohecho y todo lo que se acumulé. Esperamos resultados.

Por cierto, el director de Comunicación del gobierno de Amalia García es el mismo que ahora tiene la responsabilidad en el gobierno de Alejandro Tello. Cieneguillas, sin duda, políticamente un dolor de cabeza.

Grave situación enfrenta, el ahora fiscal autónomo de Zacatecas con la evasión, esta semana, de 12 reos “de alta peligrosidad” del Centro Regional de Readaptación Social de Cieneguillas.

Simplemente se fueron por un túnel de una dimensión impresionante en su extensión (al menos 45 metros), que para lograr el objetivo, no pudieron cavar solamente desde el interior del centro penitenciario, sino que se requirió una sofisticada red de ingeniería desde el exterior, para lograr el objetivo.

Grave situación la que enfrenta el fiscal, habida cuenta que tiene que dar respuesta inmediata en la recaptura de los peligrosos reos evadidos; pero además, de no localizarlos y reaprenderlos, tendrá que iniciar procesos de carácter penal en contra de varios funcionarios gubernamentales que estaban al frente de la custodia del centro penitenciario. Alguien tiene que responder por la comisión de los delitos.

El Cereso de Cieneguillas funciona en pésimas condiciones. Existe un alto nivel de inseguridad para su personal y es una cárcel propicia para que los presos, de cualquier grupo del crimen organizado tomen el control y mando en su interior.

Predominan la corrupción y el miedo entre los funcionarios y trabajadores del sistema penitenciario, que provocan una deficiente operación, y existen múltiples carencias de infraestructura, personal y equipamiento.

El Cereso es tan difícil de controlar y dirigir, que se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza para los distintos gobiernos estatales, desde su construcción en tiempos de Genaro Borrego, hasta el actual de Alejandro Tello; ha costado carreras políticas y se ha procesado a gente inocente.

Cieneguillas dejó de ser un centro de reinserción social para convertirse en la cárcel favorita para las fugas masivas. Cieneguillas marcó el rumbo político de Amalia García y su secretario de gobierno Carlos Pinto.

Terminó con la carrera policial de Alejandro Rojas Chalico, entonces secretario de seguridad pública del perredista gobierno estatal y mandó a prisión a Francisco Luna Ortiz, director entonces del CERESO. Esa cárcel fue un lastre para ese gobierno.

Para la fuga de esta semana, sustituyeron al director del Centro penitenciario y se nombró un nuevo director del que no se dieron a conocer sus datos profesionales ni su identidad. Primer director sin rostro, lo que habla de la grave peligrosidad del centro penitenciario.

Pero no basta con la destitución del director para que todo se olvide, el Fiscal General de Justicia debe representar a la sociedad zacatecana y no estar del lado de las autoridades que caminan en un mar de corrupción, impunidad, cohecho y todo lo que se acumulé. Esperamos resultados.

Por cierto, el director de Comunicación del gobierno de Amalia García es el mismo que ahora tiene la responsabilidad en el gobierno de Alejandro Tello. Cieneguillas, sin duda, políticamente un dolor de cabeza.