/ domingo 5 de marzo de 2023

La nueva etapa de la UAZ

A los éxitos alcanzados por el Rector Rubén Ibarra Reyes la semana anterior, que en pocos días lo convirtió en uno de los referentes de liderazgo político en Zacatecas, al exigir le sea devuelta la seguridad y la confianza a la población, se le agrega un paso importante para terminar con los viejos cacicazgos políticos.

Logró conjurar una huelga que no tenía elementos suficientes para desestabilizar la Universidad; legitimó la ampliación de su mandato por tres meses para volver a los periodos de cuatro años; y ahora, como golpe determinante, la Auditoría Superior de la Federación dictamina a la UAZ “de forma positiva” en el ejercicio fiscal 2021.

En la revisión a los cerca de dos mil 500 millones de pesos ejercidos durante el 2021 en los diversos fondos aplicados, la Auditoría Superior de la Federación los encontró “Sin observaciones”, obteniendo un porcentaje de 99.5 por ciento de efectividad en sus controles internos.

Resalta el control férreo de las finanzas por parte del Rector, quien ha sido cuestionado por generar un ajuste en todas las áreas, y especialmente, le ha quitado el control del manejo de los recursos a intereses ajenos de la institución.

En pocas palabras, terminó con los cacicazgos que ejercían figuras como Alfredo Femat y “El Grupo Universidad”, que ahora intenta controlar Antonio Guzmán Fernández.

Otras de las grandes fortalezas con las que cuenta la Universidad, es el Comité de Adquisiciones, mismo que preside el Rector y que ha logrado sacar del control a los caciques externos que ya no tienen posibilidades de manejar los recursos.

Con los resultados de la Auditoría practicada a nivel federal, la Universidad si puede pensar en una correcta administración, que se caracterice por la disciplina financiera, el control del gasto, manejo responsable de las finanzas, y lo mejor, no tener adeudos con el personal docente y administrativo de la institución.

Por vez primera en muchos años, el 2022 cerró prácticamente en cero la deuda interna con los trabajadores, y además, las prestaciones van al corriente.

Terminaron los viejos cacicazgos.

Hoy como hace muchos años no ocurría, el Rector es quien tiene el control político, administrativo, laboral y financiero de la UAZ. Su liderazgo parece que toma forma dentro de la institución y se proyecta hacia afuera, tal y como ocurrió con la marcha de la semana anterior.

Por ahora, existen las condiciones para que en poco tiempo se pueda concretar una negociación que disminuya hasta en 800 millones de pesos la deuda con el ISSSTE, si las cosas avanzan en esa ruta, la sanidad financiera asoma por las ventas de la rectoría, lo que dará un respiro impresionante que permita pensar en el crecimiento de la plantilla reconocida y la ampliación acordada de la matricula atendida.

A los éxitos alcanzados por el Rector Rubén Ibarra Reyes la semana anterior, que en pocos días lo convirtió en uno de los referentes de liderazgo político en Zacatecas, al exigir le sea devuelta la seguridad y la confianza a la población, se le agrega un paso importante para terminar con los viejos cacicazgos políticos.

Logró conjurar una huelga que no tenía elementos suficientes para desestabilizar la Universidad; legitimó la ampliación de su mandato por tres meses para volver a los periodos de cuatro años; y ahora, como golpe determinante, la Auditoría Superior de la Federación dictamina a la UAZ “de forma positiva” en el ejercicio fiscal 2021.

En la revisión a los cerca de dos mil 500 millones de pesos ejercidos durante el 2021 en los diversos fondos aplicados, la Auditoría Superior de la Federación los encontró “Sin observaciones”, obteniendo un porcentaje de 99.5 por ciento de efectividad en sus controles internos.

Resalta el control férreo de las finanzas por parte del Rector, quien ha sido cuestionado por generar un ajuste en todas las áreas, y especialmente, le ha quitado el control del manejo de los recursos a intereses ajenos de la institución.

En pocas palabras, terminó con los cacicazgos que ejercían figuras como Alfredo Femat y “El Grupo Universidad”, que ahora intenta controlar Antonio Guzmán Fernández.

Otras de las grandes fortalezas con las que cuenta la Universidad, es el Comité de Adquisiciones, mismo que preside el Rector y que ha logrado sacar del control a los caciques externos que ya no tienen posibilidades de manejar los recursos.

Con los resultados de la Auditoría practicada a nivel federal, la Universidad si puede pensar en una correcta administración, que se caracterice por la disciplina financiera, el control del gasto, manejo responsable de las finanzas, y lo mejor, no tener adeudos con el personal docente y administrativo de la institución.

Por vez primera en muchos años, el 2022 cerró prácticamente en cero la deuda interna con los trabajadores, y además, las prestaciones van al corriente.

Terminaron los viejos cacicazgos.

Hoy como hace muchos años no ocurría, el Rector es quien tiene el control político, administrativo, laboral y financiero de la UAZ. Su liderazgo parece que toma forma dentro de la institución y se proyecta hacia afuera, tal y como ocurrió con la marcha de la semana anterior.

Por ahora, existen las condiciones para que en poco tiempo se pueda concretar una negociación que disminuya hasta en 800 millones de pesos la deuda con el ISSSTE, si las cosas avanzan en esa ruta, la sanidad financiera asoma por las ventas de la rectoría, lo que dará un respiro impresionante que permita pensar en el crecimiento de la plantilla reconocida y la ampliación acordada de la matricula atendida.