Con una actitud triunfalista, en la que no se podía ocultar el odio, la venganza, la ironía y la prepotencia de poder, la Cámara de diputados canceló las pensiones económicas a los expresidentes de la República: Luis Echevarría Álvarez, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto. Se incluyen las viudas de José López Portillo y de Miguel de la Madrid.
Esta primera lectura es el epítome expresado por la periodista del Sol de México, Catalina Noriega: “LA VENGANZA ES LA MAS DULCE DE LOS MANJARES” (las mayúsculas son mías) desde mi punto de vista como un axioma que está presente en la vida social de todos los modelos políticos. En el caso que nos ocupa la medida fue de tipo psicológico y contra el estómago o sea la sobrevivencia. Con seguridad vendrán más venganzas contra la “mafia del poder” -que ya se va- y la que llega también ya se ubica en la picota por sus contradicciones.
De paso se agrega la venganza, al todavía gobierno de Peña Nieto, de mandar a la basura más de cien mil millones de pesos por la clausura del aeropuerto en Texcoco; en la que prevaleció la necedad arropada por una vacilada “consulta” pueril, un total engaño y falta de respeto a la gente pensante.
El próximo gobierno pinta entre confusiones, contradicciones, de tribus al interior, desde la dirigencia partidista (que se supone es la que ostenta el poder y dar línea en la toma de decisiones) hasta involucrar al que manda y lo obligan a dar manotazos en la mesa, proyección que se entiende que ya lo tienen hasta el copete. El próximo Presidente ordena una cosa y el senado (al parecer que presume de autónomo) otra, no hay retroalimentación, es la filosofía de la Chimostrufia “como dicen una cosa dicen otra”. O sea, juegan “al teléfono descompuesto”, ¿y la sociedad?...
Por último Lic, Ricardo Monreal, amigo de siempre, “al jefe, al patrón, al patriarca, al presidente no se le rebasa jamás en carretera”.