/ lunes 11 de junio de 2018

Las utopías de los candidatos

Luego de un receso prolongado, de las actividades periodísticas, por motivos de salud, situación que cada día se observan avances favorables de acuerdo a las valoraciones de los médicos del IMSS y del ISSSTE, respectivamente y a quienes desde este medio les manifiesto mi agradecimiento por su profesionalismo ético.

De igual manera a mi familia que ha estado al pendiente segundo a segundo de la evolución y convalecencia; asimismo a mis compañeros académicos y trabajadores de la Universidad Pedagógica Nacional por su apoyo incondicional y a los amigos que se han dignado visitarme y manifestarme su solidaridad y buenos deseos de recuperación.

La entrega la he titulado como Las Utopías de los candidatos para estar ad hoc con los ríos de informaciones cargadas de injurias, amenazas, burlas, propuestas irrealizables y venganzas (“la venganza es la más dulce de los manjares”: Catalina Noriega, periodista).

Jerárquicamente todos se comprometen a cambiar a México, acabar con la corrupción,derogar la Reforma Educativa, la Energética, repartir más de 500 mil millones de pesos entre los jóvenes “ninis”, ancianos y gente pobre (para acabar con la pobreza), construcción de carreteras en todo el país (como si fuera enchílame la otra), aumentar los salarios a los trabajadores, bajar sueldos a los funcionarios, reformar el Artículo 3o Constitucional para incluir la educación gratuita en el nivel superior o sea en las universidades.

Algunos que se quieren sacrificar por México ya ordenan como mandatarios, se les olvida que del plato a la boca se cae la sopa. Lo razonable es que primero obtengan el triunfo y luego a mandar; en términos campiranos para hacer caldo de liebre primero hay que cazarla. Una ocurrencia que ha causado polémica en el país utópico es otorgar amnistía a los delincuentes versus crimen organizado, o sea las cárceles desaparecerán, ahora “trabajarán” con absoluta libertad impunemente.

Utopía término acuñado por Tomás Moro, quien describe una sociedad ideal y por tanto inexistente, es una República imaginada, en ella se extermina la cleptocracia gobiernos de pueblos que se dedican al robo, se dedican a la enriquecimiento personal ya las distintas formas de corrupciónpolítica; se manifiesta de muchas maneras, como escándalos financieros millonarios, blanqueo de dinero, evasión de capitales y distintas formas de clientelismo.

El gobierno de los ladrones parte de un régimen capitalista o comunista, de un sistema democrático o dictatorial, de un gobierno de derecha o de izquierda, de un país rico o pobre. Esto tiene consecuencias, como no votar en las elecciones y no confiar en ningún partido. Sobre esto último el Ingeniero, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, al rechazar el cargo de dirigir PEMEX (que le ofreció un habitante de Utopía) declaró no tener ninguna preferencia por algún partido o candidato.

Finalmente erradicar la corrupción está en chino, el filósofo Platón, siglo IV a.C. argumentó que todos los sistemas políticos son corruptos por naturaleza y que el gobiernodebía recaer en una clase educada para esa actividad.

Apostilla: Ricardo Monreal y Marcelo E., obedientes desde el síndrome de Estocolmo


Luego de un receso prolongado, de las actividades periodísticas, por motivos de salud, situación que cada día se observan avances favorables de acuerdo a las valoraciones de los médicos del IMSS y del ISSSTE, respectivamente y a quienes desde este medio les manifiesto mi agradecimiento por su profesionalismo ético.

De igual manera a mi familia que ha estado al pendiente segundo a segundo de la evolución y convalecencia; asimismo a mis compañeros académicos y trabajadores de la Universidad Pedagógica Nacional por su apoyo incondicional y a los amigos que se han dignado visitarme y manifestarme su solidaridad y buenos deseos de recuperación.

La entrega la he titulado como Las Utopías de los candidatos para estar ad hoc con los ríos de informaciones cargadas de injurias, amenazas, burlas, propuestas irrealizables y venganzas (“la venganza es la más dulce de los manjares”: Catalina Noriega, periodista).

Jerárquicamente todos se comprometen a cambiar a México, acabar con la corrupción,derogar la Reforma Educativa, la Energética, repartir más de 500 mil millones de pesos entre los jóvenes “ninis”, ancianos y gente pobre (para acabar con la pobreza), construcción de carreteras en todo el país (como si fuera enchílame la otra), aumentar los salarios a los trabajadores, bajar sueldos a los funcionarios, reformar el Artículo 3o Constitucional para incluir la educación gratuita en el nivel superior o sea en las universidades.

Algunos que se quieren sacrificar por México ya ordenan como mandatarios, se les olvida que del plato a la boca se cae la sopa. Lo razonable es que primero obtengan el triunfo y luego a mandar; en términos campiranos para hacer caldo de liebre primero hay que cazarla. Una ocurrencia que ha causado polémica en el país utópico es otorgar amnistía a los delincuentes versus crimen organizado, o sea las cárceles desaparecerán, ahora “trabajarán” con absoluta libertad impunemente.

Utopía término acuñado por Tomás Moro, quien describe una sociedad ideal y por tanto inexistente, es una República imaginada, en ella se extermina la cleptocracia gobiernos de pueblos que se dedican al robo, se dedican a la enriquecimiento personal ya las distintas formas de corrupciónpolítica; se manifiesta de muchas maneras, como escándalos financieros millonarios, blanqueo de dinero, evasión de capitales y distintas formas de clientelismo.

El gobierno de los ladrones parte de un régimen capitalista o comunista, de un sistema democrático o dictatorial, de un gobierno de derecha o de izquierda, de un país rico o pobre. Esto tiene consecuencias, como no votar en las elecciones y no confiar en ningún partido. Sobre esto último el Ingeniero, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, al rechazar el cargo de dirigir PEMEX (que le ofreció un habitante de Utopía) declaró no tener ninguna preferencia por algún partido o candidato.

Finalmente erradicar la corrupción está en chino, el filósofo Platón, siglo IV a.C. argumentó que todos los sistemas políticos son corruptos por naturaleza y que el gobiernodebía recaer en una clase educada para esa actividad.

Apostilla: Ricardo Monreal y Marcelo E., obedientes desde el síndrome de Estocolmo


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