/ martes 26 de septiembre de 2023

Crisis y sostenibilidad

Zacatecas, al igual que muchas otras entidades del norte del país, enfrenta una grave crisis de sequía que no sólo amenaza su economía local, sino también la estabilidad económica del país. Esta prolongada situación, ha devastado los recursos hídricos de la región, provocando la disminución en la producción agrícola y ganadera, y afectando directamente a miles de familias que dedican su vida en dichas labores.

La sequía en nuestro Estado no es un problema nuevo, sin embargo, su recurrencia e intensidad en los últimos años ha alcanzado niveles críticos. Actividades que históricamente han sido el motor económico de la entidad, como lo son la agricultura y la ganadería, actualmente se encuentran en estado de emergencia. Su impacto es tan profundo, que otros sectores como la agroindustria, la alimentación y el turismo, también presentan severas afectaciones. Aunado a ello, la problemática trasciende a nivel nacional, pues Zacatecas es un importante productor de alimentos para el país y la disminución en la producción repercute en los precios en toda la República. Esto se traduce en un aumento de los costos de vida para todos los mexicanos, lo que perjudica de manera significativa a las familias de bajos ingresos que representan un alto porcentaje de la población.

Ante tal contingencia, la intervención del gobierno mexicano – en todos sus niveles –, resulta fundamental debido a los alcances que este contexto implica en la seguridad alimentaria, la economía, la salud pública, el medio ambiente y la estabilidad social. La gestión adecuada de esta crisis es esencial para el bienestar de la población y el futuro sostenible de México. Por ello, ahora es cuando las autoridades competentes al caso, debieran estar atendiendo con eficacia, los múltiples riesgos que trae consigo la falta de agua; no sólo porque se trata de un mal conocido que con el tiempo se sigue agravando, sino también, porque este padecimiento constituye una de las principales amenazas para el progreso y equilibrio en el país. El Estado tiene la responsabilidad de implementar políticas y medidas que aborden la crisis de sequía de manera integral. Planes que puedan atender de forma urgente e inmediata, los desastres que surgen ante las condiciones climáticas. Esto incluye la inversión en infraestructura, la promoción de prácticas sostenibles, la educación en la sociedad, la colaboración con expertos en la materia y la preservación de los recursos naturales.

Sólo a través de un enfoque multidisciplinario y un compromiso firme que involucre la participación de todos, se podrá afrontar este desafío de manera efectiva y así salvaguardar la estabilidad de México en todos los ámbitos. Es imperante se destinen recursos suficientes en el Presupuesto de 2024 para atender dicha realidad. La hora de actuar es ahora y el éxito de nuestras acciones repercutirá en las generaciones venideras.

Zacatecas, al igual que muchas otras entidades del norte del país, enfrenta una grave crisis de sequía que no sólo amenaza su economía local, sino también la estabilidad económica del país. Esta prolongada situación, ha devastado los recursos hídricos de la región, provocando la disminución en la producción agrícola y ganadera, y afectando directamente a miles de familias que dedican su vida en dichas labores.

La sequía en nuestro Estado no es un problema nuevo, sin embargo, su recurrencia e intensidad en los últimos años ha alcanzado niveles críticos. Actividades que históricamente han sido el motor económico de la entidad, como lo son la agricultura y la ganadería, actualmente se encuentran en estado de emergencia. Su impacto es tan profundo, que otros sectores como la agroindustria, la alimentación y el turismo, también presentan severas afectaciones. Aunado a ello, la problemática trasciende a nivel nacional, pues Zacatecas es un importante productor de alimentos para el país y la disminución en la producción repercute en los precios en toda la República. Esto se traduce en un aumento de los costos de vida para todos los mexicanos, lo que perjudica de manera significativa a las familias de bajos ingresos que representan un alto porcentaje de la población.

Ante tal contingencia, la intervención del gobierno mexicano – en todos sus niveles –, resulta fundamental debido a los alcances que este contexto implica en la seguridad alimentaria, la economía, la salud pública, el medio ambiente y la estabilidad social. La gestión adecuada de esta crisis es esencial para el bienestar de la población y el futuro sostenible de México. Por ello, ahora es cuando las autoridades competentes al caso, debieran estar atendiendo con eficacia, los múltiples riesgos que trae consigo la falta de agua; no sólo porque se trata de un mal conocido que con el tiempo se sigue agravando, sino también, porque este padecimiento constituye una de las principales amenazas para el progreso y equilibrio en el país. El Estado tiene la responsabilidad de implementar políticas y medidas que aborden la crisis de sequía de manera integral. Planes que puedan atender de forma urgente e inmediata, los desastres que surgen ante las condiciones climáticas. Esto incluye la inversión en infraestructura, la promoción de prácticas sostenibles, la educación en la sociedad, la colaboración con expertos en la materia y la preservación de los recursos naturales.

Sólo a través de un enfoque multidisciplinario y un compromiso firme que involucre la participación de todos, se podrá afrontar este desafío de manera efectiva y así salvaguardar la estabilidad de México en todos los ámbitos. Es imperante se destinen recursos suficientes en el Presupuesto de 2024 para atender dicha realidad. La hora de actuar es ahora y el éxito de nuestras acciones repercutirá en las generaciones venideras.