Ulises es un personaje conocido. El primero en representarlo fue Homero en la Odisea. Desde entonces todos los héroes, ficticios y verídicos, se basan en este arquetipo: el viaje de un hombre que intenta llegar a casa contra todas las adversidades posibles
La guerra de Troya terminó después de diez años. Ulises fue uno de los principales guerreros que le dieron la victoria a los griegos, pero a pesar de eso, cuando los sobrevivientes se dispusieron a regresar a sus hogares, los dioses lo castigaron y lo desviaron de la ruta que lo llevaría a Ítaca.
Su figura contrasta con la de Néstor. Catalogado como el más prudente de los griegos. Néstor fue el primero en regresar a su hogar por contar con el favor de los dioses, por nunca contrariarlos, por disciplinarse. Contrasta incluso con la de Menelao, el hombre que provocó la guerra, y que para regresar a su tierra tuvo que someterse a los dioses.
Ulises, cuenta Homero, ofendió a Poseidón por haber dejado ciego a su hijo, Polifemo. Por eso el dios del Mar le negó la posibilidad de regresar con Penélope, su esposa, y Telémaco, su hijo. Quienes, ante su ausencia, sufrieron el asedio de un centenar de hombres que buscaron usurpar su lugar.
Ulises resistió, y aunque no era el favorito de los dioses, sí contaba con el apoyo de los hombres y mujeres que en él reconocían los méritos que había forjado a base de su esfuerzo y no de la zalamería. Había incluso deidades, como Atenea, que se enfrentaron al gran Zeus para defender al héroe, para exigir que se reconociera que se estaba cometiendo una injusticia en su contra; un exceso.
Spoiler: al final Ulises venció a los mismos dioses y a los hombres en su contra, logrando regresar a Ítaca.
¿Quién recuerda a Néstor?, ¿a Menelao?, ¿a quienes buscaban quedarse con el reino de Ulises? Sin duda se trata de personajes importantes en la literatura, pero el personaje que realmente logró vencer la guillotina del tiempo y los siglos es Ulises, y muy pocos más.
¿Por qué? Porque a pesar de que los tiempos cambian, de que los siglos pasan y las realidades son diferentes, la esencia del ser humano se mantiene constante: solemos ponernos del lado de los llamados “underdogs”: aquellos que el poder presiona, busca aplastar y frenar.
Hoy, ante nosotros hay otra odisea. Las de 2024 serán las elecciones presidenciales más importantes de este siglo. Esos serán los comicios en los que la democracia se podrá consolidar o dar paso a una regresión en donde se imponga la política de élites.
Dentro de MORENA al menos hay cuatro aspirantes. ¿Quién es Ulises y quienes los seguidores ciegos de los dioses? ¿Qué tan justo y razonable será Zeus? ¿Quién ganará la contienda?
En Zacatecas, guste o no, ya tenemos respuesta a estas interrogantes, y fuera de filias y fobias, ya tenemos a nuestro Ulises, ahora habrá que ayudarle a llegar a Ítaca.