/ domingo 19 de septiembre de 2021

La corrupción en la Seduzac

La corrupción es una de las causas de la ineficacia gubernativa y del desencanto democrático, pero también es una secuela del sistema político.

La primera década de este siglo ha dejado cambios relevantes en el acceso a la información y en la forma en que se evalúan y fiscalizan las tareas del gobierno, pero esos cambios no han logrado terminar con el problema principal en el ejercicio de los puestos públicos, ya que el uso discrecional del presupuesto sigue siendo motivo de disputa.

Comprender la corrupción no es cosa trivial. Mientras se siga creyendo que la corrupción es sólo causa de otros males y no una consecuencia de problemas que ameritan atención propia, pueden seguir repitiéndose los errores más frecuentes en la forma de afrontarla.

Esta semana apareció de manera pública cómo una mujer que se decía muy transparente quedó en evidencia de ser partícipe de actos de corrupción. Quien fuera secretaria de educación no pudo ocultar que fue integrante de una acción que corrompe todo el sistema político, al menos en el último gobierno priista.

Por mucho que se quiera lavar las manos, Alejandro Tello no puede permanecer al margen de la acción corrupta en la que Gema Mercado, quien durante cuatro años fue su secretaria de educación y le otorga una base de las más altas, a su propia sucesora, Lula de la Rosa Vázquez, y quien en ese tiempo, venía de ser parte de la oficina del propio gobernador.

La personalización de ese fenómeno intentó generar sistemas inmunes a la corrupción del Gobierno del último quinquenio, pero existen más actos que hoy intentan ocultar por todos los medios.

La acción descubierta en favor de Lula de la Rosa y otros exfuncionarios del gobierno tellista, destapan acciones contrarias a las perspectivas éticas y moralizantes con las que buscan dejar claro que no fueron corruptos o funcionarios sinvergüenzas.

En Zacatecas estamos ante un importante recorte en el presupuesto de egresos de la federación y que son consecuencia de lo que ha estado ocurriendo con el mal ejercicio del gasto y del recurso para la entidad.

Pero no es el único caso, ya que el viernes, en la casa del quien fuera subsecretario de educación media superior y superior de la entidad, Ubaldo Ávila en el municipio de Villanueva, los aun funcionarios de las escuelas normales, intentan modificar sus propias acciones para buscar proteger la corrupción que benefician a sus cuadros políticos.

Es tiempo que la nueva secretaria de la función pública les llame a cuentas y termine con la ineficacia gubernativa; si amerita sanción administrativa que paguen, y ameritan acciones resarcitorias, que cumplan, y si ameritan acción penal que los sometan. Zacatecas no aguanta más.


La corrupción es una de las causas de la ineficacia gubernativa y del desencanto democrático, pero también es una secuela del sistema político.

La primera década de este siglo ha dejado cambios relevantes en el acceso a la información y en la forma en que se evalúan y fiscalizan las tareas del gobierno, pero esos cambios no han logrado terminar con el problema principal en el ejercicio de los puestos públicos, ya que el uso discrecional del presupuesto sigue siendo motivo de disputa.

Comprender la corrupción no es cosa trivial. Mientras se siga creyendo que la corrupción es sólo causa de otros males y no una consecuencia de problemas que ameritan atención propia, pueden seguir repitiéndose los errores más frecuentes en la forma de afrontarla.

Esta semana apareció de manera pública cómo una mujer que se decía muy transparente quedó en evidencia de ser partícipe de actos de corrupción. Quien fuera secretaria de educación no pudo ocultar que fue integrante de una acción que corrompe todo el sistema político, al menos en el último gobierno priista.

Por mucho que se quiera lavar las manos, Alejandro Tello no puede permanecer al margen de la acción corrupta en la que Gema Mercado, quien durante cuatro años fue su secretaria de educación y le otorga una base de las más altas, a su propia sucesora, Lula de la Rosa Vázquez, y quien en ese tiempo, venía de ser parte de la oficina del propio gobernador.

La personalización de ese fenómeno intentó generar sistemas inmunes a la corrupción del Gobierno del último quinquenio, pero existen más actos que hoy intentan ocultar por todos los medios.

La acción descubierta en favor de Lula de la Rosa y otros exfuncionarios del gobierno tellista, destapan acciones contrarias a las perspectivas éticas y moralizantes con las que buscan dejar claro que no fueron corruptos o funcionarios sinvergüenzas.

En Zacatecas estamos ante un importante recorte en el presupuesto de egresos de la federación y que son consecuencia de lo que ha estado ocurriendo con el mal ejercicio del gasto y del recurso para la entidad.

Pero no es el único caso, ya que el viernes, en la casa del quien fuera subsecretario de educación media superior y superior de la entidad, Ubaldo Ávila en el municipio de Villanueva, los aun funcionarios de las escuelas normales, intentan modificar sus propias acciones para buscar proteger la corrupción que benefician a sus cuadros políticos.

Es tiempo que la nueva secretaria de la función pública les llame a cuentas y termine con la ineficacia gubernativa; si amerita sanción administrativa que paguen, y ameritan acciones resarcitorias, que cumplan, y si ameritan acción penal que los sometan. Zacatecas no aguanta más.