/ domingo 28 de junio de 2020

La violencia: Pandemia inatacable

El que Zacatecas se encuentre entre las diez entidades con mayor número de homicidios doloso, con mayor tasa de extorsión y secuestro evidencia la ausencia de una ruta clara en la prevención del delito. Que Zacatecas forme parte de las 11 entidades a las que el gobierno de los Estados Unidos recomienda a sus ciudadanos no viajar por la incidencia delictiva es más grave que la pandemia de coronavirus.

El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública confirma que Zacatecas se encuentra en semáforo naranja de las zonas de riesgo alto para viajar debido a los ataques y robos de las bandas de la delincuencia, que de acuerdo a la versión de las autoridades estatales, son cinco grupos los que se disputan “la plaza” por el control del trasiego y venta de enervantes.

Apenas este viernes 26 de junio, los cuerpos de 14 personas fueron localizados en la carretera federal 45 rumbo a Durango, en el municipio de Fresnillo. Otro más fue encontrado en la comunidad de Río Frío en Calera; Apenas el viernes, al menos cinco jóvenes más fueron ejecutados en los municipios de Zacatecas, Guadalupe y Río Grande. La violencia no para, está como el coronavirus, en lugar de aplanarse se incrementa. Es la pandemia inatacable.

Aunque duela, hay que decir que de enero a mayo de este año, Zacatecas registró 352 homicidios dolosos, es decir, 111 asesinatos más que los reportados en el mismo periodo del año anterior. La entidad registra, también, una tasa de 15.84 asesinatos por cada 100 mil habitantes, superando por mucho la media nacional de este delito que es de 9.53

Pero no hay a quien acudir, porque el 20 de febrero pasado, apenas un mes antes de que iniciara el confinamiento por la pandemia de COVID-19, el gobernador Alejandro Tello reconoció que más de la mitad de los 58 alcaldes viven bajo amenaza de algún grupo delictivo. Reconoce que hay “cinco grupos delincuenciales peleando por el tráfico, por la venta, por el control de regiones y por todos es sabido”.

Totalmente de acuerdo, pero parece que quien menos lo sabe es la autoridad.

Por ahora, el Secretario de Seguridad Pública está convertido en levantamuertos y en estadístico experto en contabilidad. Le quiere quitar el trabajo al Fiscal General de Justicia o a la secretaria de Educación, por aquello que es experta en matemática aplicada. En tanto el estado, en materia de seguridad cayéndose a pedazos.

No basta la crisis sanitaria por COVID-19; la crisis económica que la anterior trae aparejada; el desempleo y la falta de oportunidades que permanentemente existen en la entidad; agregue la pandemia de la violencia, que por ahora, para el gobierno de Zacatecas es inatacable.

El que Zacatecas se encuentre entre las diez entidades con mayor número de homicidios doloso, con mayor tasa de extorsión y secuestro evidencia la ausencia de una ruta clara en la prevención del delito. Que Zacatecas forme parte de las 11 entidades a las que el gobierno de los Estados Unidos recomienda a sus ciudadanos no viajar por la incidencia delictiva es más grave que la pandemia de coronavirus.

El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública confirma que Zacatecas se encuentra en semáforo naranja de las zonas de riesgo alto para viajar debido a los ataques y robos de las bandas de la delincuencia, que de acuerdo a la versión de las autoridades estatales, son cinco grupos los que se disputan “la plaza” por el control del trasiego y venta de enervantes.

Apenas este viernes 26 de junio, los cuerpos de 14 personas fueron localizados en la carretera federal 45 rumbo a Durango, en el municipio de Fresnillo. Otro más fue encontrado en la comunidad de Río Frío en Calera; Apenas el viernes, al menos cinco jóvenes más fueron ejecutados en los municipios de Zacatecas, Guadalupe y Río Grande. La violencia no para, está como el coronavirus, en lugar de aplanarse se incrementa. Es la pandemia inatacable.

Aunque duela, hay que decir que de enero a mayo de este año, Zacatecas registró 352 homicidios dolosos, es decir, 111 asesinatos más que los reportados en el mismo periodo del año anterior. La entidad registra, también, una tasa de 15.84 asesinatos por cada 100 mil habitantes, superando por mucho la media nacional de este delito que es de 9.53

Pero no hay a quien acudir, porque el 20 de febrero pasado, apenas un mes antes de que iniciara el confinamiento por la pandemia de COVID-19, el gobernador Alejandro Tello reconoció que más de la mitad de los 58 alcaldes viven bajo amenaza de algún grupo delictivo. Reconoce que hay “cinco grupos delincuenciales peleando por el tráfico, por la venta, por el control de regiones y por todos es sabido”.

Totalmente de acuerdo, pero parece que quien menos lo sabe es la autoridad.

Por ahora, el Secretario de Seguridad Pública está convertido en levantamuertos y en estadístico experto en contabilidad. Le quiere quitar el trabajo al Fiscal General de Justicia o a la secretaria de Educación, por aquello que es experta en matemática aplicada. En tanto el estado, en materia de seguridad cayéndose a pedazos.

No basta la crisis sanitaria por COVID-19; la crisis económica que la anterior trae aparejada; el desempleo y la falta de oportunidades que permanentemente existen en la entidad; agregue la pandemia de la violencia, que por ahora, para el gobierno de Zacatecas es inatacable.