/ domingo 25 de abril de 2021

Manejo de crisis

El manejo de crisis es, casi siempre, una circunstancia que todo candidato o partido político debe contemplar como parte de las áreas de oportunidad para que la oferta política sea exitosa.

En la lucha política, un candidato a gobernador, como en el caso de Zacatecas, no puede permanecer pasivo cuando se enfrenta a un escándalo político, y más, cuando el mismo propició la circunstancia adversa en la que se encuentra.

Manejar una crisis, como la que enfrenta David Monreal en esta última semana, supone dos cosas, la primera que pasa por la aceptación del error político y tratar de enmendarlo de inmediato, cosa que no ocurrió, sino que por el contrario, la profundizó con la negativa absoluta en un programa de radio.

Y en segundo lugar, hoy el candidato de la coalición “Juntos Haremos Historia” tiene que jugar contra el tiempo y en contra la imagen negativa que se construyó a sí mismo en los últimos cinco días.

Hoy la candidatura de David Monreal atraviesa por una severa crisis interna y externa, que no logra controlar los golpes que se pudo evitar si se mantiene ecuánime. Dejó un enorme vacío comunicacional que llevó a una debacle importante, que puede, incluso, poner en riesgo el camino andado hasta el momento.

Esta crisis personal, que derivó en una crisis del candidato y de su equipo de campaña, obligó a un repliegue importante de su cuarto de guerra, que motivó la presencia inmediata del coordinador de la bancada de MORENA en el Senado, Ricardo Monreal, como si fuera el único que puede sacar del atolladero al candidato a gobernador.

La crisis política del equipo de David Monreal trajo como consecuencia un desorden que hoy, propicia inseguridad, y han generado un pensamiento colectivo de especulaciones y juicios exagerados, pero que han mostrado que no existen estrategias o protocolos de acción que cambien la situación por una menos difícil de digerir.

No hubo atención rápida, no se bajó al origen de la crisis, que por ahora, ha sido interna, y tampoco se combatió de manera activa generando información y no confrontación. Quedó un sentimiento de abandono y seguramente los números en las mediciones lo reflejarán en estos días.

Nos encontramos, entonces, en un punto de quiebre en las campañas de Zacatecas. La crisis que se vive en una campaña y la ausencia de acciones para capitalizarla a favor de los de enfrente, es un momento propicio para construir una narrativa que refuerce la imagen y la figura de los candidatos.

Hoy la comunicación es un proceso circular al que se enfrentan los candidatos y los partidos, se enfrentan a una nueva ciudadanía que siente una necesidad constante de ser escuchada, más allá de ser informada. Las encuestas, insisto, no hacen ganadores. Las acciones si desacreditan candidatos.

El manejo de crisis es, casi siempre, una circunstancia que todo candidato o partido político debe contemplar como parte de las áreas de oportunidad para que la oferta política sea exitosa.

En la lucha política, un candidato a gobernador, como en el caso de Zacatecas, no puede permanecer pasivo cuando se enfrenta a un escándalo político, y más, cuando el mismo propició la circunstancia adversa en la que se encuentra.

Manejar una crisis, como la que enfrenta David Monreal en esta última semana, supone dos cosas, la primera que pasa por la aceptación del error político y tratar de enmendarlo de inmediato, cosa que no ocurrió, sino que por el contrario, la profundizó con la negativa absoluta en un programa de radio.

Y en segundo lugar, hoy el candidato de la coalición “Juntos Haremos Historia” tiene que jugar contra el tiempo y en contra la imagen negativa que se construyó a sí mismo en los últimos cinco días.

Hoy la candidatura de David Monreal atraviesa por una severa crisis interna y externa, que no logra controlar los golpes que se pudo evitar si se mantiene ecuánime. Dejó un enorme vacío comunicacional que llevó a una debacle importante, que puede, incluso, poner en riesgo el camino andado hasta el momento.

Esta crisis personal, que derivó en una crisis del candidato y de su equipo de campaña, obligó a un repliegue importante de su cuarto de guerra, que motivó la presencia inmediata del coordinador de la bancada de MORENA en el Senado, Ricardo Monreal, como si fuera el único que puede sacar del atolladero al candidato a gobernador.

La crisis política del equipo de David Monreal trajo como consecuencia un desorden que hoy, propicia inseguridad, y han generado un pensamiento colectivo de especulaciones y juicios exagerados, pero que han mostrado que no existen estrategias o protocolos de acción que cambien la situación por una menos difícil de digerir.

No hubo atención rápida, no se bajó al origen de la crisis, que por ahora, ha sido interna, y tampoco se combatió de manera activa generando información y no confrontación. Quedó un sentimiento de abandono y seguramente los números en las mediciones lo reflejarán en estos días.

Nos encontramos, entonces, en un punto de quiebre en las campañas de Zacatecas. La crisis que se vive en una campaña y la ausencia de acciones para capitalizarla a favor de los de enfrente, es un momento propicio para construir una narrativa que refuerce la imagen y la figura de los candidatos.

Hoy la comunicación es un proceso circular al que se enfrentan los candidatos y los partidos, se enfrentan a una nueva ciudadanía que siente una necesidad constante de ser escuchada, más allá de ser informada. Las encuestas, insisto, no hacen ganadores. Las acciones si desacreditan candidatos.