/ miércoles 24 de noviembre de 2021

TecnoGob │ Manejados por datos

Nuestra generación somos robots de carne y hueso: manejados por datos. Sin darnos cuenta, dejamos de tomar decisiones basados en la naturaleza: las lluvias contra la sequía; la siembra y la cosecha. Luego comenzamos a decidir basados en el huso horario: PM (post meridien) y AM (ante meridien) trabajar antes o después del almuerzo; dormimos después de la cena; sembramos antes del desayuno. Nuestra actividad se basada en las horas, los días, las estaciones, la manera de organizar la producción, el comercio, el transporte.

Hoy en día somos manejados por datos. Para demostrarlo nuestra vida cotidiana. La pequeña computadora personal que llamamos teléfono nos avisa que debemos caminar dos kilómetros; el tráfico nos hará perder 30 minutos y el desayuno debe contener 300 calorías para no subir de peso.

Por si fuera poco llegamos al trabajo y nuestra “productividad” se mide por la hora en que llegamos o nos vamos, cuánto dinero le dejamos a la empresa; cuantas ventas hicimos ese día. Aumentó nuestra participación de mercado un 30% y las ventas disminuyeron 60%.

Tenemos que tomar decisiones como despedir 10% de nuestro personal; aumentar las inversiones de la empresa basados en la cantidad de efectivo que tenemos en el banco. Queremos comprar una empresa pero desconocemos su ROI, el precio de sus activos. Pensamos en todos esos datos mientras vamos de regreso a casa.

En el televisor aparecen las noticias. El gobierno dice que la economía crecerá 5% el próximo año. El tipo de cambio subió 30 centavos. Murieron 200 personas más de COVID-19. El semáforo epidemiológico dice que estamos en color amarillo y se contagiaron dos mil personas más que ayer.

La historia gubernamental se centra en un número y una letra: 4T. No podemos comprobar ninguna cifra, no tenemos números para contrastar lo que se publica, carecemos de tiempo para hacer los cálculos y así tomamos decisiones. No vamos a comprar la empresa. Hay incertidumbre en las inversiones, el presupuesto gubernamental no será suficiente para impulsar la economía.

De regreso a la realidad, subimos de peso: dos kilogramos para ser exactos. La computadora que llevamos en la mano nos presenta una nueva dieta, el algoritmo ha decidido que debemos limitarnos a 300 calorías. Antes de dormir, tomamos el libro digital que leemos, nos falta un 10% para terminarlo, hemos sido disciplinados leyendo sin fallar un día.

Lo anterior demuestra que vivimos una economía de datos, producimos y consumimos datos. Decidimos en función de los datos. Es lo que se ha llamado la datificación de nuestra existencia. Para las computadoras somos un número más, un perfil en Facebook, que le va a producir dinero a su dueño y entre más datos (fotografías, textos, chats, videos) les mandemos más dinero ganará

En este campo de concentración invisible nos volvemos adictos a los datos: ¿Cuántos “likes” tienes? ¿Cuántos seguidores conseguiste hoy? ¿Cuánto dinero puedes crear siendo YouTuber? Muchos minutos le dedicamos diariamente a ingresar datos a nuestro teléfono, a esa computadora para decirle al mundo que existimos, estamos vivos y sanos, y compartir que al final somos datos y nos olvidamos de ser humanos. Esa es nuestra historia vida: somos manejados por datos. Volveremos al tema.

Nuestra generación somos robots de carne y hueso: manejados por datos. Sin darnos cuenta, dejamos de tomar decisiones basados en la naturaleza: las lluvias contra la sequía; la siembra y la cosecha. Luego comenzamos a decidir basados en el huso horario: PM (post meridien) y AM (ante meridien) trabajar antes o después del almuerzo; dormimos después de la cena; sembramos antes del desayuno. Nuestra actividad se basada en las horas, los días, las estaciones, la manera de organizar la producción, el comercio, el transporte.

Hoy en día somos manejados por datos. Para demostrarlo nuestra vida cotidiana. La pequeña computadora personal que llamamos teléfono nos avisa que debemos caminar dos kilómetros; el tráfico nos hará perder 30 minutos y el desayuno debe contener 300 calorías para no subir de peso.

Por si fuera poco llegamos al trabajo y nuestra “productividad” se mide por la hora en que llegamos o nos vamos, cuánto dinero le dejamos a la empresa; cuantas ventas hicimos ese día. Aumentó nuestra participación de mercado un 30% y las ventas disminuyeron 60%.

Tenemos que tomar decisiones como despedir 10% de nuestro personal; aumentar las inversiones de la empresa basados en la cantidad de efectivo que tenemos en el banco. Queremos comprar una empresa pero desconocemos su ROI, el precio de sus activos. Pensamos en todos esos datos mientras vamos de regreso a casa.

En el televisor aparecen las noticias. El gobierno dice que la economía crecerá 5% el próximo año. El tipo de cambio subió 30 centavos. Murieron 200 personas más de COVID-19. El semáforo epidemiológico dice que estamos en color amarillo y se contagiaron dos mil personas más que ayer.

La historia gubernamental se centra en un número y una letra: 4T. No podemos comprobar ninguna cifra, no tenemos números para contrastar lo que se publica, carecemos de tiempo para hacer los cálculos y así tomamos decisiones. No vamos a comprar la empresa. Hay incertidumbre en las inversiones, el presupuesto gubernamental no será suficiente para impulsar la economía.

De regreso a la realidad, subimos de peso: dos kilogramos para ser exactos. La computadora que llevamos en la mano nos presenta una nueva dieta, el algoritmo ha decidido que debemos limitarnos a 300 calorías. Antes de dormir, tomamos el libro digital que leemos, nos falta un 10% para terminarlo, hemos sido disciplinados leyendo sin fallar un día.

Lo anterior demuestra que vivimos una economía de datos, producimos y consumimos datos. Decidimos en función de los datos. Es lo que se ha llamado la datificación de nuestra existencia. Para las computadoras somos un número más, un perfil en Facebook, que le va a producir dinero a su dueño y entre más datos (fotografías, textos, chats, videos) les mandemos más dinero ganará

En este campo de concentración invisible nos volvemos adictos a los datos: ¿Cuántos “likes” tienes? ¿Cuántos seguidores conseguiste hoy? ¿Cuánto dinero puedes crear siendo YouTuber? Muchos minutos le dedicamos diariamente a ingresar datos a nuestro teléfono, a esa computadora para decirle al mundo que existimos, estamos vivos y sanos, y compartir que al final somos datos y nos olvidamos de ser humanos. Esa es nuestra historia vida: somos manejados por datos. Volveremos al tema.