/ martes 19 de julio de 2022

Vigilar y castigar

El título de lo que hoy escribo se remite a un libro que leí en mi paso por la maestría, hace alusión al nacimiento de la prisión, el autor es Michel Foucault., se necesita de estrategia y de políticas públicas en la prevención del delito.

Desafortunadamente el sistema ha sido rebasado y las penas no parecen inhibir la delincuencia que padecemos será en el mediano y largo plazo, pues hace falta un cambio de actitud más humana de cara con y para la sociedad y desde luego los estudios y las políticas públicas que lleven a buen puerto esta instancia que logre principalmente la confianza en la ciudadanía pero principalmente quienes tendrán la responsabilidad en el delicado tema de la procuración de justicia.

Cito el prólogo de libro de mi columna de opinión donde se advierte que a principios del siglo XIX las prisiones cual fortalezas se construían en los límites de las ciudades y a veces en el corazón de estas, se dice que se maravillaban de no castigar ya los cuerpos y de saber corregir en adelante a las almas. Aquellos muros, aquellos cerrojos, aquellas celdas figuraban una verdadera empresa en ortopedia social. Quienes robaban eran encarcelados, también aquellos que violaban o mataban.

Lo que sí, es que hoy no las penas no causan temor, dígase por la impunidad, por la corrupción, puesto no bajan los índices delictivos, sino que al contrario se dispararon, en el libro se advierten algunas interesantes preguntas: ¿De dónde proviene el curioso proyecto de encerrar para corregir, disciplinar, controlar, que traen consigo los códigos penales de la época moderna? ¿Es una herencia de las mazmorras medievales? O más bien, una tecnología novedosa: el desarrollo de un conjunto de procedimientos de coerción colectiva para dividir en zonas, medir, encauzar a los individuos y hacerlos a la vez dóciles y útiles.

Situación que contrasta con la realidad, ojalá que funcione el Sistema Estatal Anticorrupción, no hay fórmulas en esto, sino funcionarios comprometidos, que cumplan, que tengan el ánimo, la entrega, la preparación para tal empresa. Foucault advierte que la crítica ya no buscara más estructuras que tengan un valor universal, así como tampoco la pretensión de escapar del sistema. Pues se debe incentivar una investigación histórica que permita dar cuenta de los acontecimientos que nos condujeron a constituiros a reconocernos como sujetos de lo que hacemos, pensamos y decimos.

El título de lo que hoy escribo se remite a un libro que leí en mi paso por la maestría, hace alusión al nacimiento de la prisión, el autor es Michel Foucault., se necesita de estrategia y de políticas públicas en la prevención del delito.

Desafortunadamente el sistema ha sido rebasado y las penas no parecen inhibir la delincuencia que padecemos será en el mediano y largo plazo, pues hace falta un cambio de actitud más humana de cara con y para la sociedad y desde luego los estudios y las políticas públicas que lleven a buen puerto esta instancia que logre principalmente la confianza en la ciudadanía pero principalmente quienes tendrán la responsabilidad en el delicado tema de la procuración de justicia.

Cito el prólogo de libro de mi columna de opinión donde se advierte que a principios del siglo XIX las prisiones cual fortalezas se construían en los límites de las ciudades y a veces en el corazón de estas, se dice que se maravillaban de no castigar ya los cuerpos y de saber corregir en adelante a las almas. Aquellos muros, aquellos cerrojos, aquellas celdas figuraban una verdadera empresa en ortopedia social. Quienes robaban eran encarcelados, también aquellos que violaban o mataban.

Lo que sí, es que hoy no las penas no causan temor, dígase por la impunidad, por la corrupción, puesto no bajan los índices delictivos, sino que al contrario se dispararon, en el libro se advierten algunas interesantes preguntas: ¿De dónde proviene el curioso proyecto de encerrar para corregir, disciplinar, controlar, que traen consigo los códigos penales de la época moderna? ¿Es una herencia de las mazmorras medievales? O más bien, una tecnología novedosa: el desarrollo de un conjunto de procedimientos de coerción colectiva para dividir en zonas, medir, encauzar a los individuos y hacerlos a la vez dóciles y útiles.

Situación que contrasta con la realidad, ojalá que funcione el Sistema Estatal Anticorrupción, no hay fórmulas en esto, sino funcionarios comprometidos, que cumplan, que tengan el ánimo, la entrega, la preparación para tal empresa. Foucault advierte que la crítica ya no buscara más estructuras que tengan un valor universal, así como tampoco la pretensión de escapar del sistema. Pues se debe incentivar una investigación histórica que permita dar cuenta de los acontecimientos que nos condujeron a constituiros a reconocernos como sujetos de lo que hacemos, pensamos y decimos.