/ viernes 15 de mayo de 2020

Crónica del poder │ Actuar con prudencia ante la crisis

México y Zacatecas viven momentos que solo admiten actuar con racionalidad, sensibilidad y humanismo, la pandemia a diario provoca recuentos mortales que empujan hacia un despertar de sufrimientos en familia y comunidades, y ya sabemos que después de ésta crisis que acumula gravedad y fatalidad a la económica e inseguridad, ya nada será igual para todos y lo más decepcionante es que ya se han registrado más de un millón de desempleados, lo que seguramente supera a los otros datos que luego brotan con enojos.

Lo que más indigna, es que haya una batalla política en medio de la crisis sanitaria, un combate que no es de unidad contra la propagación o los contagios, sino que se ilustra de forma degradante por la confrontación de intereses económicos y políticos, y la polarización de posiciones ideológicas, comportamientos que también cada día se intensifican y arrecian para aniquilar a los adversarios, así sean correligionarios o de otros partidos, dejando atrás la urgente estrategia de la convergencia y coincidencia de todas las fuerzas para vencer la pandemia que azota y avanza incontenible.

Frente a ese panorama de división y de diferencias al parecer irreconciliables, el diálogo que Ricardo Monreal ha sostenido con los empresarios del Consejo Coordinador Empresarial liderado por Carlos Salazar Lomelí, es sin duda, un paso de real acercamiento y entendimiento entre los intereses políticos y económicos, que han de tener como objetivo central y prioritario, superar la pandemia, restaurar la economía, recuperar el crecimiento y apuntalar el desarrollo.

Obvio, la actitud del zacatecano Coordinador de la bancada de Morena en el Senado, es consecuencia de su reciente entrevista con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, un diálogo que ya tiene efectos inmediatos, como las opiniones favorables y de respaldo del sector empresarial al Plan Presidencial de regreso a la Nueva Normalidad, y claro, el exgobernador se reafirma como el más hábil operador político de la Cuarta Transformación, astucia tan oportuna y eficaz para éstos momentos críticos que hay que alejar de toda sospecha autoritaria y del fantasma de la militarización que vuelve a renacer.

En este contexto, en Zacatecas no se cantan mal las rancheras políticas y los dirigentes de partidos, como Gustavo Uribe del PRI, el partido en el poder estatal y supuesto aliado de Alejandro Tello, ya arremete con estrategia para conflictuar en el proceso electoral e incluso fracturar a los cuatro aspirantes a la candidatura gubernamental, Claudia Ayana, Adolfo Bonilla, Carlos Peña y Roberto Luévano y así ganar tiempos en la configuración de otra opción que responda a intereses más vulnerables y debilitados, para dar vía libre a los aspirantes del Morena y sus aliados. Una atmósfera que si más se calienta, tiene que sobrevenir una figura más sólida, prestigiada e inteligente, que supere división, conflictos internos y la sumisa medianía que están acostumbrados a soportar.

Imprudencia e irresponsabilidad

Se advierten ante la crisis sanitaria cada vez más envolvente y con efectos fatales. Es increíble que no haya prudencia entre políticos y que, en lugar de aportar solidaridad, fortalezas y energías al combate contra las crisis del coronavirus, la precariedad económica y la creciente inseguridad, mejor se dediquen a atizar una caldera que al rato puede ser incontrolable. La gente, la sociedad, las familias y las comunidades en todos los horizontes y rincones del estado, exigen la concentración de fuerzas para ganar la batalla al virus maldito

México y Zacatecas viven momentos que solo admiten actuar con racionalidad, sensibilidad y humanismo, la pandemia a diario provoca recuentos mortales que empujan hacia un despertar de sufrimientos en familia y comunidades, y ya sabemos que después de ésta crisis que acumula gravedad y fatalidad a la económica e inseguridad, ya nada será igual para todos y lo más decepcionante es que ya se han registrado más de un millón de desempleados, lo que seguramente supera a los otros datos que luego brotan con enojos.

Lo que más indigna, es que haya una batalla política en medio de la crisis sanitaria, un combate que no es de unidad contra la propagación o los contagios, sino que se ilustra de forma degradante por la confrontación de intereses económicos y políticos, y la polarización de posiciones ideológicas, comportamientos que también cada día se intensifican y arrecian para aniquilar a los adversarios, así sean correligionarios o de otros partidos, dejando atrás la urgente estrategia de la convergencia y coincidencia de todas las fuerzas para vencer la pandemia que azota y avanza incontenible.

Frente a ese panorama de división y de diferencias al parecer irreconciliables, el diálogo que Ricardo Monreal ha sostenido con los empresarios del Consejo Coordinador Empresarial liderado por Carlos Salazar Lomelí, es sin duda, un paso de real acercamiento y entendimiento entre los intereses políticos y económicos, que han de tener como objetivo central y prioritario, superar la pandemia, restaurar la economía, recuperar el crecimiento y apuntalar el desarrollo.

Obvio, la actitud del zacatecano Coordinador de la bancada de Morena en el Senado, es consecuencia de su reciente entrevista con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, un diálogo que ya tiene efectos inmediatos, como las opiniones favorables y de respaldo del sector empresarial al Plan Presidencial de regreso a la Nueva Normalidad, y claro, el exgobernador se reafirma como el más hábil operador político de la Cuarta Transformación, astucia tan oportuna y eficaz para éstos momentos críticos que hay que alejar de toda sospecha autoritaria y del fantasma de la militarización que vuelve a renacer.

En este contexto, en Zacatecas no se cantan mal las rancheras políticas y los dirigentes de partidos, como Gustavo Uribe del PRI, el partido en el poder estatal y supuesto aliado de Alejandro Tello, ya arremete con estrategia para conflictuar en el proceso electoral e incluso fracturar a los cuatro aspirantes a la candidatura gubernamental, Claudia Ayana, Adolfo Bonilla, Carlos Peña y Roberto Luévano y así ganar tiempos en la configuración de otra opción que responda a intereses más vulnerables y debilitados, para dar vía libre a los aspirantes del Morena y sus aliados. Una atmósfera que si más se calienta, tiene que sobrevenir una figura más sólida, prestigiada e inteligente, que supere división, conflictos internos y la sumisa medianía que están acostumbrados a soportar.

Imprudencia e irresponsabilidad

Se advierten ante la crisis sanitaria cada vez más envolvente y con efectos fatales. Es increíble que no haya prudencia entre políticos y que, en lugar de aportar solidaridad, fortalezas y energías al combate contra las crisis del coronavirus, la precariedad económica y la creciente inseguridad, mejor se dediquen a atizar una caldera que al rato puede ser incontrolable. La gente, la sociedad, las familias y las comunidades en todos los horizontes y rincones del estado, exigen la concentración de fuerzas para ganar la batalla al virus maldito