Transcurre el máximo ceremonial de la iglesia católica, la Semana Santa. Ayer la crucifixión del Señor Jesús de Nazaret, una profunda tradición que ni la maldita pandemia logra opacar en el escenario popular. Hoy el Sábado de Gloria, aún con momentos de devoción de la gente de fe inquebrantable, sin duda lo van a celebrar "como Dios manda", sin límites a los valores morales y sociales, habrá quema de Judas, las más en la imaginación, sin la impresionante magnitud de Jerez, porque la tenacidad de los católicos que también asumen lo profano, imponen grandeza a la efeméride universal.
En contraste, acá abajo entre los simples mortales, convertidos en los ciudadanos que el 6 de junio van a votar para cambiar la historia del país y del estado, cunde y se extiende incontenible y hasta pavoroso, el Señor de esta sufriente realidad, Don Andrés
de Macuspana, que en este día continuará con su afán de lichamiento de sus adversarios, neoliberales o críticos, que si ayer los crucificó, hoy los colgará como a Judas el traidor y en esa racha, van también los periodistas, comunicadores, analistas e intelectuales, ante los cuales ejerce poder absoluto y a todos los deja más que perplejos, asustados, intimidados, amenazados, pero también impresionados, impactados, encantados y seducidos.
El Sábado de Gloria le viene como anillo al dedo y como el gran sacrificador azteca, hace de su "mañanera" una verdadera piedra de sacrificios y patíbulo, y tras exaltar sus obras transformadoras e incansable lucha contra la corrupción, gozará la ejecución de los ya cadáveres políticos Carlos Salinas, Vicente Fox, Felipe Calderón, y Enrique Peña y junto a ellos aniquilará a los cómplices, a Carlos Loret de Mola, Víctor Trujillo "Brozo", Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín; a los periódicos New York Times, El País, Reforma, El Universal, y a los conservadores Ricardo de Hoyos, Ricardo Anaya, Diego Fernández de Cevallos, Francisco Javier Cabeza de Vaca, hasta con Lorenzo Córdova y Ciro Murayama alcanza la cargada.
Y si de ejecutar traidores se trata, aquí en Zacatecas los de Morena van a colgar a José Narro Céspedes, Luis Medina Lizalde, Ulises Mejía; a Verónica Díaz y Julieta del Río, las innombrables; y claro, más lucidez darán al linchamiento de Julio César Chávez un judas que incurre en flagrante provocación al mandar a las instalaciones del PRI, a manifestantes injuriosos, altaneros, ofensivos e insidiosos, acto de desesperación y debilidad política que puede llegar a la violencia; así, el pésimo gobernante de Guadalupe y experto comunicador, dejará de dañar a su candidato David Monreal. En el PRI van a colgar del poste más alto, a Roberto Luévano y a Nanis Romo; en el PAN, Lupita Medina no escapará de la turba iracunda y vengativa; en el PT, las víctimas serán Alfredo Femat y Antonio Guzmán, por convertir a la UAZ en vulgar plataforma político electoral; Edgar Rivera será arrastrado hasta el IEEZ; y Raymundo Carrillo, tatemado en Jerez.
Verdugos y ahorcados en este día
Son todo un misterio que a diario se reafirma como imponente y prepotente fenómeno político, son el sarcasmo, la ira colectiva, los memes fatales, una tradición que en Sábado de Gloria y en Jerez, alcanzaba sublimación escandalosa, y que ahora la pandemia del COVID19 ha sido y es el verdugo ejecutor de cientos, de miles de mexicanos y zacatecanos que no guardan distancia de los contagios, no cumplen con las medidas sanitarias más elementales y continúan con las multitudinarias celebraciones. Y ahora tienen que ver con el arranque mañana de las campañas electorales, que por fortuna serán a distancia, aunque sigan las promesas y los sueños.
