/ domingo 28 de junio de 2020

Crónica del poder | Hay morenistas que provocan hartazgo social

Tal parece que al seno del partido Morena la intolerancia no tiene límite, hay dirigentes que se odian de buena fé, liderazgos que atizan la división, cuadros que se desviven en el fraternal encono, como que a diario sienten la necesidad de madrearse, y con descaro y desenfado se exhiben construyendo una peligrosa exasperación, que ya se convierte en una barrera que interponen ante los ciudadanos que por ellos ya no votarán el próximo domingo 6 de junio de 2021. A eso llevan los zafarranchos, a debilitar al partido y vulnerar a la Cuarta Transformación.

Los degradantes episodios que ilustran caprichosos y prepotentes rompimientos, se suceden desde lo nacional a lo local, y no cesan en reproducir ese grave deterioro de su fuerza electoral, que puede llegar hasta el punto de revertir las victorias del 2018 y nulificar los cambios.

Apenas se había reunido Ricardo Monreal con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, para trazar la estrategia legislativa sobre las leyes del T - MEC, el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, cuando de forma absurda, grotesca e irracional, el intelectual y analista Jhon Ackerman, rabioso porque el Senador zacatecano le había concedido una entrevista al periodista Carlos Lorett de Mola, pidió a los senadores morenistas y casi les exigió que destituyeran a Monreal de la coordinación en la bancada del Senado de la República, una actitud acrítica que pronto encontró el rechazo de los Senadores que se manifestaron en apoyo de Ricardo.

El comportamiento equilibrado, mesurado y conciliador del exgobernador de Zacatecas, fue otra lección de unidad y coherencia, reaccionó con entereza y racionalidad al responder al desencajado y furioso Ackerman, esposo de Irma Eréndira Sandoval, la Secretaria de la Función Pública, que "nunca me voy a confrontar ni con morenistas ni con la oposición", y el intolerante quedó reducido al ridículo, hasta que entienda la necesidad de filtrar a su excepcional cerebro, que no debe perder de vista lo trascendente por lo efímero de una morbosa confrontación que provoca innecesarios daños a su partido y sobre todo a su Presidente, que admira como vulgar fanático.

Ubicados en Zacatecas, los morenistas no cantan mal las rancheras e igual exhiben sus diferencias de las formas más corrientes, vulgares y como caníbales. Ahí están los pronunciamientos y actitudes polarizantes de la síndica Ruth Calderón en contra del alcalde Ulises Mejía y todo por hacer un trabajo sucio para que éste no ascienda y evitar que a David Monreal le compita la candidatura. Éste es solo un botón de muestra, porque son muchas las rencillas, los rencores y descalificaciones que entre morenistas se prodigan.

Ciudadanos y militantes están hartos

Del degradante espectáculo que cotidianamente exhiben los morenistas, si antes así actuaban los priistas, ahora éstos están rebasados por los pleitos callejeros y las disputas por los espacios de poder que ostentan y que buscan conservar. Con su fragmentación sólo demuestran impotencia y que su vida política está totalmente en manos del Presidente y líder político, y que solo saben de adulación y simulación. Es por eso que RICARDO MONREAL, con honestidad reconoce que él y muchos de los morenistas que están en el ejercicio del poder, están ahí por LÓPEZ OBRADOR y su fuerza electoral de 2018, de manera que resulta inconcebible e imperdonable que prevalezcan esas canalladas de primitivismo político, que no pueden ser esencia ni carácter de la Cuarta Transformación.


Tal parece que al seno del partido Morena la intolerancia no tiene límite, hay dirigentes que se odian de buena fé, liderazgos que atizan la división, cuadros que se desviven en el fraternal encono, como que a diario sienten la necesidad de madrearse, y con descaro y desenfado se exhiben construyendo una peligrosa exasperación, que ya se convierte en una barrera que interponen ante los ciudadanos que por ellos ya no votarán el próximo domingo 6 de junio de 2021. A eso llevan los zafarranchos, a debilitar al partido y vulnerar a la Cuarta Transformación.

Los degradantes episodios que ilustran caprichosos y prepotentes rompimientos, se suceden desde lo nacional a lo local, y no cesan en reproducir ese grave deterioro de su fuerza electoral, que puede llegar hasta el punto de revertir las victorias del 2018 y nulificar los cambios.

Apenas se había reunido Ricardo Monreal con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, para trazar la estrategia legislativa sobre las leyes del T - MEC, el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, cuando de forma absurda, grotesca e irracional, el intelectual y analista Jhon Ackerman, rabioso porque el Senador zacatecano le había concedido una entrevista al periodista Carlos Lorett de Mola, pidió a los senadores morenistas y casi les exigió que destituyeran a Monreal de la coordinación en la bancada del Senado de la República, una actitud acrítica que pronto encontró el rechazo de los Senadores que se manifestaron en apoyo de Ricardo.

El comportamiento equilibrado, mesurado y conciliador del exgobernador de Zacatecas, fue otra lección de unidad y coherencia, reaccionó con entereza y racionalidad al responder al desencajado y furioso Ackerman, esposo de Irma Eréndira Sandoval, la Secretaria de la Función Pública, que "nunca me voy a confrontar ni con morenistas ni con la oposición", y el intolerante quedó reducido al ridículo, hasta que entienda la necesidad de filtrar a su excepcional cerebro, que no debe perder de vista lo trascendente por lo efímero de una morbosa confrontación que provoca innecesarios daños a su partido y sobre todo a su Presidente, que admira como vulgar fanático.

Ubicados en Zacatecas, los morenistas no cantan mal las rancheras e igual exhiben sus diferencias de las formas más corrientes, vulgares y como caníbales. Ahí están los pronunciamientos y actitudes polarizantes de la síndica Ruth Calderón en contra del alcalde Ulises Mejía y todo por hacer un trabajo sucio para que éste no ascienda y evitar que a David Monreal le compita la candidatura. Éste es solo un botón de muestra, porque son muchas las rencillas, los rencores y descalificaciones que entre morenistas se prodigan.

Ciudadanos y militantes están hartos

Del degradante espectáculo que cotidianamente exhiben los morenistas, si antes así actuaban los priistas, ahora éstos están rebasados por los pleitos callejeros y las disputas por los espacios de poder que ostentan y que buscan conservar. Con su fragmentación sólo demuestran impotencia y que su vida política está totalmente en manos del Presidente y líder político, y que solo saben de adulación y simulación. Es por eso que RICARDO MONREAL, con honestidad reconoce que él y muchos de los morenistas que están en el ejercicio del poder, están ahí por LÓPEZ OBRADOR y su fuerza electoral de 2018, de manera que resulta inconcebible e imperdonable que prevalezcan esas canalladas de primitivismo político, que no pueden ser esencia ni carácter de la Cuarta Transformación.