/ miércoles 20 de marzo de 2024

Crónica del poder / Listos escenarios de convivencia al sano bullicio y algarabía

A punto de alcanzar la semana santa que en Zacatecas se convierte en cultural, tradicional y muy arraigado concepto de promoción y difusión de la imagen del estado y sus pueblos mágicos, que son todos los 58, aparecen indicadores que van superando las negativas cifras de la maldita percepción que tanto ha lesionado la economía, el turismo y el bienestar de las familias de aquí y de allá que año con año han agendado presencia festiva, de convivencia, de intercambio de experiencias culturales y que son días solo infectados por las campañas electorales que no logran intensidad ni cobertura que distraiga las actividades sociales con plena recreación.

Los flujos de migrantes que son básico ingrediente en esta etapa, ya se extienden hacia los cañones y el centro norte del estado, así por ejemplo, en Jerez ya se vive un vigoroso y anticipado movimiento turístico precisamente sustentado por las familias que ya ingresaron desde los Estados Unidos y que llegan atraídos por la Feria de Primavera que arrancará el Sábado de Gloria de cabalgatas y quemas de judas; hay pues júbilos adelantados que permiten atisbar mejoramiento en las condiciones económicas y expectativas turísticas.

Sin embargo, el tema que los visitantes traen en boga y que no sueltan, es la inseguridad, porque los eventos de violencia continúan aunque vienen a menos, pero como son de gran impacto social, reproducen resquemores, temores y miedos, angustias a las que ya se acostumbran y decididos están a impedir sean afectados los sentimientos de amistad, fraternidad y fidelidad a sus familias aquí, sin dejar de gritar sus exigencias para que las autoridades extremen medidas que garanticen seguridad en sus comunidades y en los escenarios de convivencia multitudinaria, para lo cual ya están planificadas estrategias de blindaje que han resultado efectivas y confiables.

En estas condiciones ya alentadoras para turistas y visitantes, migrantes y vecinos, aún con la inestabilidad política por las elecciones y los cuadros desgarradores que no cesan, hay convencimiento sobre buenas expectativas y ya miden los factores o ventajas hacia un balance de equilibrio económico que puedan generar la Semana Santa, el Festival Cultural de la Paz, que ya arranca el 23 de marzo y la Feria de Primavera que iniciará el Sábado de Gloria, acontecimientos que indudablemente, crean una atmósfera donde la paz social y la convivencia pacífica van a prevalecer en los horizontes y rincones del estado, sólo aparentemente soterrados por la violencia.

No obstante que se perciben júbilos y efusividad moderados para éstos escenarios tan llenos de tradición y convivencia familiar y migrante, las expectativas que anuncian desde la Secretaría de Turismo de Le Roy Barragán, no deben ser excesos de optimismo, sobredimensionar anticipadamente las cifras de ocupación hotelera, por siempre equivocadas e infladas, son innecesarias, porque al final del recuento sobre las fiestas y afluencias, sobreviene la decepción y los lamentos, para otra vez demostrar que las estrategias de promoción y difusión del estado y sus eventos culturales, son fallidas, no logran los objetivos ni metas, la afluencia de visitantes es la de siempre y no hay la irrupción de nuevos grupos o corrientes turísticas atraídos por la novedosa creatividad de las tecnologías que no saben utilizar.

A punto de alcanzar la semana santa que en Zacatecas se convierte en cultural, tradicional y muy arraigado concepto de promoción y difusión de la imagen del estado y sus pueblos mágicos, que son todos los 58, aparecen indicadores que van superando las negativas cifras de la maldita percepción que tanto ha lesionado la economía, el turismo y el bienestar de las familias de aquí y de allá que año con año han agendado presencia festiva, de convivencia, de intercambio de experiencias culturales y que son días solo infectados por las campañas electorales que no logran intensidad ni cobertura que distraiga las actividades sociales con plena recreación.

Los flujos de migrantes que son básico ingrediente en esta etapa, ya se extienden hacia los cañones y el centro norte del estado, así por ejemplo, en Jerez ya se vive un vigoroso y anticipado movimiento turístico precisamente sustentado por las familias que ya ingresaron desde los Estados Unidos y que llegan atraídos por la Feria de Primavera que arrancará el Sábado de Gloria de cabalgatas y quemas de judas; hay pues júbilos adelantados que permiten atisbar mejoramiento en las condiciones económicas y expectativas turísticas.

Sin embargo, el tema que los visitantes traen en boga y que no sueltan, es la inseguridad, porque los eventos de violencia continúan aunque vienen a menos, pero como son de gran impacto social, reproducen resquemores, temores y miedos, angustias a las que ya se acostumbran y decididos están a impedir sean afectados los sentimientos de amistad, fraternidad y fidelidad a sus familias aquí, sin dejar de gritar sus exigencias para que las autoridades extremen medidas que garanticen seguridad en sus comunidades y en los escenarios de convivencia multitudinaria, para lo cual ya están planificadas estrategias de blindaje que han resultado efectivas y confiables.

En estas condiciones ya alentadoras para turistas y visitantes, migrantes y vecinos, aún con la inestabilidad política por las elecciones y los cuadros desgarradores que no cesan, hay convencimiento sobre buenas expectativas y ya miden los factores o ventajas hacia un balance de equilibrio económico que puedan generar la Semana Santa, el Festival Cultural de la Paz, que ya arranca el 23 de marzo y la Feria de Primavera que iniciará el Sábado de Gloria, acontecimientos que indudablemente, crean una atmósfera donde la paz social y la convivencia pacífica van a prevalecer en los horizontes y rincones del estado, sólo aparentemente soterrados por la violencia.

No obstante que se perciben júbilos y efusividad moderados para éstos escenarios tan llenos de tradición y convivencia familiar y migrante, las expectativas que anuncian desde la Secretaría de Turismo de Le Roy Barragán, no deben ser excesos de optimismo, sobredimensionar anticipadamente las cifras de ocupación hotelera, por siempre equivocadas e infladas, son innecesarias, porque al final del recuento sobre las fiestas y afluencias, sobreviene la decepción y los lamentos, para otra vez demostrar que las estrategias de promoción y difusión del estado y sus eventos culturales, son fallidas, no logran los objetivos ni metas, la afluencia de visitantes es la de siempre y no hay la irrupción de nuevos grupos o corrientes turísticas atraídos por la novedosa creatividad de las tecnologías que no saben utilizar.