/ sábado 23 de marzo de 2024

Crónica del poder / Luis Donaldo Colosio, un candidato demócrata y transformador

Hoy hace justamente 30 años, tres décadas han pasado sin olvidar la vivencia de la violencia política que no acaba, México todavía sentía los impactos del fraude electoral del 88 y no salía del azoro por la entrada del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y el Canadá y se mantenía profundamente alterado por la insurrección en Chiapas del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, cuando sorprendente y más contundente a los mexicanos los envolvió la tragedia de Lomas Taurinas en Tijuana, el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, en pleno apogeo de su campaña electoral por la Presidencia de la República, por un México sin violencia, con justicia y tras la reforma del poder.

En esa tarde del 23 de marzo de 1994, el gobernador Arturo Romo Gutiérrez estaba en su despacho de Palacio de Gobierno, cuando Guillermo Ulloa Carreón, el Presidente estatal del PRI, irrumpió para darle la infausta noticia, fueron momentos de tormentosa e inquietante espera, hasta que ya por la noche más larga, Liébano Sáenz anunció la muerte del candidato presidencial, hecho que sacudió a la Nación y que pronto Alfonso Durazo Montaño el hoy gobernador morenista de Sonora, lanzaría la primera versión, " fue un crimen orquestado desde el poder" Carlos Salinas de Gortari era el Presidente de la República.

Ahora, 30 años después, desde el poder se insiste en actualizar la versión de que hubo un segundo tirador y exigen retomar la investigación, mientras el asesino Mario Aburto Martínez está a punto de su libertad por cumplir sentencia y bajo el argumento de haber sido torturado y, sin despojarse de su dolor, Luis Donaldo Colosio Riojas, el hijo, hoy Presidente Municipal de Monterrey, con licencia por haber sido postulado candidato a Senador por el Partido Movimiento Ciudadano, pide al propio Presidente Andrés Manuel López Obrador, dejar que Luis Donaldo Colosio Murrieta descanse en paz, que no se haga politiquería electoral para distraer al país del actual proceso electoral.

La evocación del magnicidio es inevitable y más cuando en aquel escenario de hace 30 años, transcurría una campaña electoral en medio de condiciones de violencia por la insurrección indígena en Chiapas y el narcotráfico, condiciones que acercan semejanza y que provocan el más conmovedor llamado desde la sociedad para que cese la violencia y sean alcanzada la verdadera pacificación del estado y del país, un clamor que por fortuna ha sido escuchado y se han lanzado estrategias más efectivas que involucran a todos y a todas, porque no solo es responsabilidad del Estado garantizar la seguridad, sino que la sociedad y los ciudadanos han de participar comprometidos.

En aquellos momentos, Luis Donaldo Colosio Murrieta iba adelante en las encuestas y la hegemonía del PRI se reafirmaba bajo su liderazgo y con un discurso de convencimiento entre los mexicanos que desde el Monumento a la Revolución y 15 días antes desde el Cerro de La Bufa, convocaba a una reforma del poder y aquel grito lleno de veracidad y convicción por cumplir, "los mexicanos como los zacatecanos, tienen hambre y sed de justicia" que como hace 30 años, ahora sigue vigente, gran oportunidad que los comicios del 2 de junio, sean de enorme movilización democrática para todos juntos lograr un mejor país y un estado en crecimiento acelerado. Este será el mejor homenaje a Luis Donaldo Colosio Murrieta, un candidato demócrata que lo fue, y gran transformador.

Hoy hace justamente 30 años, tres décadas han pasado sin olvidar la vivencia de la violencia política que no acaba, México todavía sentía los impactos del fraude electoral del 88 y no salía del azoro por la entrada del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y el Canadá y se mantenía profundamente alterado por la insurrección en Chiapas del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, cuando sorprendente y más contundente a los mexicanos los envolvió la tragedia de Lomas Taurinas en Tijuana, el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, en pleno apogeo de su campaña electoral por la Presidencia de la República, por un México sin violencia, con justicia y tras la reforma del poder.

En esa tarde del 23 de marzo de 1994, el gobernador Arturo Romo Gutiérrez estaba en su despacho de Palacio de Gobierno, cuando Guillermo Ulloa Carreón, el Presidente estatal del PRI, irrumpió para darle la infausta noticia, fueron momentos de tormentosa e inquietante espera, hasta que ya por la noche más larga, Liébano Sáenz anunció la muerte del candidato presidencial, hecho que sacudió a la Nación y que pronto Alfonso Durazo Montaño el hoy gobernador morenista de Sonora, lanzaría la primera versión, " fue un crimen orquestado desde el poder" Carlos Salinas de Gortari era el Presidente de la República.

Ahora, 30 años después, desde el poder se insiste en actualizar la versión de que hubo un segundo tirador y exigen retomar la investigación, mientras el asesino Mario Aburto Martínez está a punto de su libertad por cumplir sentencia y bajo el argumento de haber sido torturado y, sin despojarse de su dolor, Luis Donaldo Colosio Riojas, el hijo, hoy Presidente Municipal de Monterrey, con licencia por haber sido postulado candidato a Senador por el Partido Movimiento Ciudadano, pide al propio Presidente Andrés Manuel López Obrador, dejar que Luis Donaldo Colosio Murrieta descanse en paz, que no se haga politiquería electoral para distraer al país del actual proceso electoral.

La evocación del magnicidio es inevitable y más cuando en aquel escenario de hace 30 años, transcurría una campaña electoral en medio de condiciones de violencia por la insurrección indígena en Chiapas y el narcotráfico, condiciones que acercan semejanza y que provocan el más conmovedor llamado desde la sociedad para que cese la violencia y sean alcanzada la verdadera pacificación del estado y del país, un clamor que por fortuna ha sido escuchado y se han lanzado estrategias más efectivas que involucran a todos y a todas, porque no solo es responsabilidad del Estado garantizar la seguridad, sino que la sociedad y los ciudadanos han de participar comprometidos.

En aquellos momentos, Luis Donaldo Colosio Murrieta iba adelante en las encuestas y la hegemonía del PRI se reafirmaba bajo su liderazgo y con un discurso de convencimiento entre los mexicanos que desde el Monumento a la Revolución y 15 días antes desde el Cerro de La Bufa, convocaba a una reforma del poder y aquel grito lleno de veracidad y convicción por cumplir, "los mexicanos como los zacatecanos, tienen hambre y sed de justicia" que como hace 30 años, ahora sigue vigente, gran oportunidad que los comicios del 2 de junio, sean de enorme movilización democrática para todos juntos lograr un mejor país y un estado en crecimiento acelerado. Este será el mejor homenaje a Luis Donaldo Colosio Murrieta, un candidato demócrata que lo fue, y gran transformador.