/ lunes 27 de septiembre de 2021

Crónica del poder │Privan incertidumbre e inestabilidad

Han transcurrido 2 semanas del gobierno davidista monrealista y 12 días del conflicto magisterial, de pensionados y jubilados por falta de pagos, inusitado arranque de la cuarta transformación en Zacatecas e inicio sin precedente de un sexenio gubernamental, aderezado además con la crisis pandémica y los crecientes flagelos de violencia e inseguridad, situación en verdad histórica porque no está contenida de cambios alentadores ni de expectativas de renovación, cuando menos hasta el momento; y desde la sociedad y los gobernados se exhiben desánimo, condiciones de pesimismo, ausencia de solidaridad, presiones desmedidas, manifestaciones de irracionalidad; hay dudas que se extienden acerca de los apoyos desde el gobierno federal y se genera una atmósfera de incertidumbre y confusión.

Cuando no hace mucho Alejandro Tello clamaba por ayuda al Presidente López Obrador y a la Secretaría de Hacienda, aquí sostuvimos como así fue, que los recursos ya no llegarían y que sí comenzarían a ser canalizados al inicio del gobierno de David Monreal, como no sucede, al menos todavía no. Inexplicable e injusto, porque la lealtad del monrealismo es invariable y es total, pero tal parece que otra vez Zacatecas está en la cola de la fila de la caridad y lo que no cambia es el fervor de la fidelidad al Presidente y con abierta lucha contra la corrupción de los gobiernos antecesores. Sin embargo, por lo que sea que se prolongue el compromiso de entrega de recursos al estado, la gente, los vecinos, los campesinos, los maestros, los pensionados, las familias pobres o jodidas son las víctimas de esa inmoral entretención.

Entre la gente, entre los gobernados hay sobresaltos, dudas e interrogantes. ¿Por qué y para qué permitir, propiciar, hasta estimular tanto deterioro gubernamental, que luego tendrá que revertir hasta convencer de un absurdo juego de poder? En el conflicto por la falta de pagos se ha llegado demasiado lejos, más que por las marchas, los bloqueos y tomas de oficinas, son los efectos negativos que se producen y reproducen para generar repudio, encono, decepción, desasosiego y rechazo a las instituciones. Hasta se han registrado injurias e insultos al gobernante y su familia, en las benditas y ahora malditas redes sociales hay numerosos testimonios.

Mantener ese ambiente de desconfianza, intranquilidad e inestabilidad, puede llevar a situaciones de ingobernabilidad y empujar a la gente hacia una descomposición política y social frente a los gobiernos federal, estatal y municipales, no que no debe ser y se debe atajar con el cumplimiento de los compromisos desde la federación, para que esos beneficios sean distribuídos en favor de los sectores necesitados y urgidos de superar la impronta de la emergencia social que David Monreal busca e insiste en atacar y pronto superar.

Urge que David Monreal demuestre que el apoyo presidencial es real, contante y sonante. Mucho se ha machacado sobre esa óptima relación, sobre ese prometido y esperado apoyo que la gente no ve ni siente en los hechos. Ya existen signos de desconfianza y ausencia de credibilidad, solo recordemos esa fotografía en la primera plana de El Sol de Zacatecas del viernes anterior, cuando amas de casa, maestras, pensionadas y jubiladas, encaran al gobernador y le exigen su pago y DAVID se ve con las manos vacías como diciendo, ¿qué hago? ¡ Me dejaron un estado quebrado, saqueado, no hay para pagarles y no voy a pedir prestado ! El escenario es dramático y la realidad, peor, desesperante para el gobierno y los gobernados. Zacatecas no merece vivir así, en la miseria y de la caridad de la Federación.

Han transcurrido 2 semanas del gobierno davidista monrealista y 12 días del conflicto magisterial, de pensionados y jubilados por falta de pagos, inusitado arranque de la cuarta transformación en Zacatecas e inicio sin precedente de un sexenio gubernamental, aderezado además con la crisis pandémica y los crecientes flagelos de violencia e inseguridad, situación en verdad histórica porque no está contenida de cambios alentadores ni de expectativas de renovación, cuando menos hasta el momento; y desde la sociedad y los gobernados se exhiben desánimo, condiciones de pesimismo, ausencia de solidaridad, presiones desmedidas, manifestaciones de irracionalidad; hay dudas que se extienden acerca de los apoyos desde el gobierno federal y se genera una atmósfera de incertidumbre y confusión.

Cuando no hace mucho Alejandro Tello clamaba por ayuda al Presidente López Obrador y a la Secretaría de Hacienda, aquí sostuvimos como así fue, que los recursos ya no llegarían y que sí comenzarían a ser canalizados al inicio del gobierno de David Monreal, como no sucede, al menos todavía no. Inexplicable e injusto, porque la lealtad del monrealismo es invariable y es total, pero tal parece que otra vez Zacatecas está en la cola de la fila de la caridad y lo que no cambia es el fervor de la fidelidad al Presidente y con abierta lucha contra la corrupción de los gobiernos antecesores. Sin embargo, por lo que sea que se prolongue el compromiso de entrega de recursos al estado, la gente, los vecinos, los campesinos, los maestros, los pensionados, las familias pobres o jodidas son las víctimas de esa inmoral entretención.

Entre la gente, entre los gobernados hay sobresaltos, dudas e interrogantes. ¿Por qué y para qué permitir, propiciar, hasta estimular tanto deterioro gubernamental, que luego tendrá que revertir hasta convencer de un absurdo juego de poder? En el conflicto por la falta de pagos se ha llegado demasiado lejos, más que por las marchas, los bloqueos y tomas de oficinas, son los efectos negativos que se producen y reproducen para generar repudio, encono, decepción, desasosiego y rechazo a las instituciones. Hasta se han registrado injurias e insultos al gobernante y su familia, en las benditas y ahora malditas redes sociales hay numerosos testimonios.

Mantener ese ambiente de desconfianza, intranquilidad e inestabilidad, puede llevar a situaciones de ingobernabilidad y empujar a la gente hacia una descomposición política y social frente a los gobiernos federal, estatal y municipales, no que no debe ser y se debe atajar con el cumplimiento de los compromisos desde la federación, para que esos beneficios sean distribuídos en favor de los sectores necesitados y urgidos de superar la impronta de la emergencia social que David Monreal busca e insiste en atacar y pronto superar.

Urge que David Monreal demuestre que el apoyo presidencial es real, contante y sonante. Mucho se ha machacado sobre esa óptima relación, sobre ese prometido y esperado apoyo que la gente no ve ni siente en los hechos. Ya existen signos de desconfianza y ausencia de credibilidad, solo recordemos esa fotografía en la primera plana de El Sol de Zacatecas del viernes anterior, cuando amas de casa, maestras, pensionadas y jubiladas, encaran al gobernador y le exigen su pago y DAVID se ve con las manos vacías como diciendo, ¿qué hago? ¡ Me dejaron un estado quebrado, saqueado, no hay para pagarles y no voy a pedir prestado ! El escenario es dramático y la realidad, peor, desesperante para el gobierno y los gobernados. Zacatecas no merece vivir así, en la miseria y de la caridad de la Federación.