/ lunes 4 de marzo de 2019

Educación en cuarta transformación

La educación es un elemento clave que genera el desarrollo de un país y por ende motivo de disputa ideológica entre actores con diferente proyecto de nación pues conlleva formar el tipo de ciudadanos necesarios para el trabajo, en su participación pasiva o activa en política, capaces de definir el tipo de economía deseable, medidas de protección ambiental y ecológica, tipo de interacción en sociedad y relaciones ciudadanía-gobierno.

Los aztecas y mayas en sus escuelas y hogar formaban al tipo de personas que su sociedad necesitaba, igual el belicoso imperio romano o la antigua pensante sociedad griega. Similarmente lo idearon quienes diseñaron e implementaron política educativa cuando nuestra independencia, en la reforma juarista, en visión posterior a la guerra civil de 1910, durante el régimen de Lázaro Cárdenas y también en el neoliberalismo económico fortalecido durante los sexenios de Carlos Salinas de Gortari hasta Enrique Peña Nieto. Incluso inciden organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) con sus recomendaciones (ver https://www.oecd.org/education/school/46216786.pdf).

Ahora el presidente López Obrador propone una nueva estructura socioeconómica y gubernamental para México, es desde ideología socialdemócrata que establece pensar el desarrollo centrado en las personas sobre todo en las desfavorecidas económica y socialmente, para lo local, concebido internamente y no desde el extranjero. Para ello se precisa tener una visión del desarrollo diferente al imperante modelo económico neoliberal que ha generado pobreza, corrupción y un gobierno elitista que invariablemente apoyaba bastante al gran capital a expensas de microempresas y del campesinado. Para un cambio al respecto se precisa eliminar mecanismos de corrupción, mejorar la calidad de vida del 60% de mexicanos que viven en pobreza y reorientar el gasto público para crear nuevas condiciones de verdadero desarrollo humano sustentable. Estos nuevos factores habrán de equilibrarse con las poderosas fuerzas del capitalismo financiero y del libre mercado en la referida economía neoliberal. Lograr este equilibrio no es tan fácil pues hay quienes pretenden conservar sus privilegios, luchan porque no proceda y fracase cualquier intento de cambio estructural desde el gobierno federal tendiente a que la ciudadanía en vulnerabilidad social y económica mejore en sus ingresos y socialmente.

En este contexto está la propuesta de reestructuración educativa, donde el profesorado con alta responsabilidad y patriotismo sea agente de su propio cambio sustentado en sus derechos laborales asociados a la calidad de enseñar y en lograr un aprendizaje del alumnado para trascendencia desde ahora. La nueva educación mexicana debe estar circunscrita a la sociedad del conocimiento 5.0, a la revolución industrial 4.0 y una visión humana en el siglo XXI. Esta debe ser la filosofía educativa en la 4T.

La educación es un elemento clave que genera el desarrollo de un país y por ende motivo de disputa ideológica entre actores con diferente proyecto de nación pues conlleva formar el tipo de ciudadanos necesarios para el trabajo, en su participación pasiva o activa en política, capaces de definir el tipo de economía deseable, medidas de protección ambiental y ecológica, tipo de interacción en sociedad y relaciones ciudadanía-gobierno.

Los aztecas y mayas en sus escuelas y hogar formaban al tipo de personas que su sociedad necesitaba, igual el belicoso imperio romano o la antigua pensante sociedad griega. Similarmente lo idearon quienes diseñaron e implementaron política educativa cuando nuestra independencia, en la reforma juarista, en visión posterior a la guerra civil de 1910, durante el régimen de Lázaro Cárdenas y también en el neoliberalismo económico fortalecido durante los sexenios de Carlos Salinas de Gortari hasta Enrique Peña Nieto. Incluso inciden organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) con sus recomendaciones (ver https://www.oecd.org/education/school/46216786.pdf).

Ahora el presidente López Obrador propone una nueva estructura socioeconómica y gubernamental para México, es desde ideología socialdemócrata que establece pensar el desarrollo centrado en las personas sobre todo en las desfavorecidas económica y socialmente, para lo local, concebido internamente y no desde el extranjero. Para ello se precisa tener una visión del desarrollo diferente al imperante modelo económico neoliberal que ha generado pobreza, corrupción y un gobierno elitista que invariablemente apoyaba bastante al gran capital a expensas de microempresas y del campesinado. Para un cambio al respecto se precisa eliminar mecanismos de corrupción, mejorar la calidad de vida del 60% de mexicanos que viven en pobreza y reorientar el gasto público para crear nuevas condiciones de verdadero desarrollo humano sustentable. Estos nuevos factores habrán de equilibrarse con las poderosas fuerzas del capitalismo financiero y del libre mercado en la referida economía neoliberal. Lograr este equilibrio no es tan fácil pues hay quienes pretenden conservar sus privilegios, luchan porque no proceda y fracase cualquier intento de cambio estructural desde el gobierno federal tendiente a que la ciudadanía en vulnerabilidad social y económica mejore en sus ingresos y socialmente.

En este contexto está la propuesta de reestructuración educativa, donde el profesorado con alta responsabilidad y patriotismo sea agente de su propio cambio sustentado en sus derechos laborales asociados a la calidad de enseñar y en lograr un aprendizaje del alumnado para trascendencia desde ahora. La nueva educación mexicana debe estar circunscrita a la sociedad del conocimiento 5.0, a la revolución industrial 4.0 y una visión humana en el siglo XXI. Esta debe ser la filosofía educativa en la 4T.