/ lunes 26 de octubre de 2020

Elecciones 2020

Las elecciones estatales del pasado domingo 18 en Coahuila e Hidalgo, proporcionan lecciones que los partidos políticos y clase política deben analizar muy bien para tener nueva interpretación de movilidad del voto.

Oficialmente en Coahuila el PRI gana todas las 16 diputaciones locales alcanzando el 49.1% de la votación total, Morena el 19.7% y el PAN un 10.2%; en el estado de Hidalgo se eligieron 84 Ayuntamientos de los cuales el PRI triunfó en 32 (38.1%), PRD 7 (8.3%), Morena 6 (7.1%), PRD-PAN 6 (7.1%), PT-PVEM-Morena-Nueva Alianza 5 (6.0%), PES 5 (6.0%), PAN 5 (6.0%), Nueva Alianza 5 (6.0%), PT 4 (4.8%), PVEM 3 (3.6%), Movimiento Ciudadano 3 (3.6%), Podemos 2 (2.4%) y un independiente (1.2%). Observando que el PRI tiene mayor logro electoral, seguido de Morena y en tercera posición el PAN.

Es complejo explicar este cambio en resultados electorales respecto a la elección federal 2018 porque muchos aspectos coinciden en dos eventos de un mismo componente electoral y en la preparación a elecciones federales intermedias en 2021 donde se medirán las principales corrientes ideológicas y políticas nacionales para establecer un modelo de gobernanza y gobernabilidad.

Entre los múltiples factores están:

1. La personalidad de los candidatos y candidatas más que las siglas partidistas, por ende se debe seleccionar muy bien quienes ocupan las candidaturas.

2. Ya no estaba en las boletas el efecto López Obrador quien capitalizó el hartazgo ciudadano en 2018. Pero a casi dos años de su gobierno parece disminuir su aceptación ciudadana por efecto de guerra mediática en su contra y errores de su partido, debe agregarse el impacto mediático de grupos de presión como FRENAAA.

3. Morena no está resultando ser el partido de la esperanza, sus fuertes pleitos internos como también la inmadurez de sus militantes en cargos gubernamentales le generan menor aceptación.

4. Existe clara diferencia en número de votantes cuando son elecciones federales respecto a estatales.

5. Aún es impreciso conocer el efecto electoral por pandemia del COVID-19 por tanto se desdibuja la cantidad de votos duros para cada partido.

6. También es impreciso el efecto electoral causado por el crimen organizado que en varias ocasiones ha influido electoralmente, ejemplos sobran.

7. Ambos estados tienen predominancia empresarial y priísta.

8. Funcionamiento de maquinaria de ingeniería electoral.

Los partidos tienen mucho que recapacitar y aprender sobre la cada vez más incierta decisión ciudadana y adecuarse a ésta.


Las elecciones estatales del pasado domingo 18 en Coahuila e Hidalgo, proporcionan lecciones que los partidos políticos y clase política deben analizar muy bien para tener nueva interpretación de movilidad del voto.

Oficialmente en Coahuila el PRI gana todas las 16 diputaciones locales alcanzando el 49.1% de la votación total, Morena el 19.7% y el PAN un 10.2%; en el estado de Hidalgo se eligieron 84 Ayuntamientos de los cuales el PRI triunfó en 32 (38.1%), PRD 7 (8.3%), Morena 6 (7.1%), PRD-PAN 6 (7.1%), PT-PVEM-Morena-Nueva Alianza 5 (6.0%), PES 5 (6.0%), PAN 5 (6.0%), Nueva Alianza 5 (6.0%), PT 4 (4.8%), PVEM 3 (3.6%), Movimiento Ciudadano 3 (3.6%), Podemos 2 (2.4%) y un independiente (1.2%). Observando que el PRI tiene mayor logro electoral, seguido de Morena y en tercera posición el PAN.

Es complejo explicar este cambio en resultados electorales respecto a la elección federal 2018 porque muchos aspectos coinciden en dos eventos de un mismo componente electoral y en la preparación a elecciones federales intermedias en 2021 donde se medirán las principales corrientes ideológicas y políticas nacionales para establecer un modelo de gobernanza y gobernabilidad.

Entre los múltiples factores están:

1. La personalidad de los candidatos y candidatas más que las siglas partidistas, por ende se debe seleccionar muy bien quienes ocupan las candidaturas.

2. Ya no estaba en las boletas el efecto López Obrador quien capitalizó el hartazgo ciudadano en 2018. Pero a casi dos años de su gobierno parece disminuir su aceptación ciudadana por efecto de guerra mediática en su contra y errores de su partido, debe agregarse el impacto mediático de grupos de presión como FRENAAA.

3. Morena no está resultando ser el partido de la esperanza, sus fuertes pleitos internos como también la inmadurez de sus militantes en cargos gubernamentales le generan menor aceptación.

4. Existe clara diferencia en número de votantes cuando son elecciones federales respecto a estatales.

5. Aún es impreciso conocer el efecto electoral por pandemia del COVID-19 por tanto se desdibuja la cantidad de votos duros para cada partido.

6. También es impreciso el efecto electoral causado por el crimen organizado que en varias ocasiones ha influido electoralmente, ejemplos sobran.

7. Ambos estados tienen predominancia empresarial y priísta.

8. Funcionamiento de maquinaria de ingeniería electoral.

Los partidos tienen mucho que recapacitar y aprender sobre la cada vez más incierta decisión ciudadana y adecuarse a ésta.