/ jueves 5 de noviembre de 2020

Entre las cuerdas

Tanto en el boxeo como en la lucha libre, si nos ponemos a observar y analizar un poco cómo es que se presentan estos espectáculos deportivos, podremos obtener una visión general de todo lo que acontece, mirándolo como un aglutinado de eventos que suceden al mismo tiempo y en muchas de las ocasiones provocadas por una misma acción de los atletas o como resultado de la contienda que se está presenciando, podemos dividir los aspectos que están a nuestra simple vista, uno de ellos son las reacciones que realizan los espectadores o público asistente, son infinitamente variables, pero las conductas que más se presentan son el aplaudir, abuchear, alentar e incluso ofender o molestar al o los contrarios del equipo al que se apoya.

Todo este cúmulo de acciones y reacciones en los espectadores nos dibuja un esquema de valores que se conjugan en el actuar de los protagonistas y los espectadores, manejando aspectos relacionados con lo psicosocial, ético, moral, estético, químico, biológico etc., los fenómenos que se desarrollan dentro del espectáculo y la competencia misma esta de cierta manera relacionados y subordinados a las expectativas y objetivos que se han trazado para las competencias, objetivos que son precisos, como el triunfo, el alcanzar un record, obtener el campeonato o una medalla, y al mismo tiempo los aficionados hacen suyos los objetivos y fines que persigue el atleta, es por ello que se le alienta o se rechaza a los contrarios. También los espectadores, durante este proceso pueden navegar por la situación y obtener un resultado favorable a sus expectativas o un resultado inesperado que influye directamente en su conducta futura, ya sea en el aspecto positivo, pero de igual manera puede ser en el aspecto negativo.

Sabemos que una de las características de los combates que se realizan, son la incertidumbre o el desconocimiento del desarrollo de la contienda y el resultado que surgirá al terminar el combate, característica que hace llamativo el convertir el deporte en espectáculo, pero que puede provocar determinada violencia si es que no se sabe manejar todo ese tipo de sentimientos y experiencias que son provocadas por el resultado deportivo, podemos ver aparecer con una victoria, reacciones de alegría, sentimientos que se quieren compartir con el atleta, familia, amigos etc., Y en el caso contrario, al ser la derrota la que se hace presente, el ánimo decae, hay irritabilidad, frustración, depresión o abatimiento, incluso se puede presentar el fenómeno conocido como intolerancia a la derrota.

En la asociación Estatal de Boxeo de Aficionados se trata, por todos los medios posibles que todas esas reacciones negativas que se hacen presentes en cada una de las competencias, torneos o dual metes, no sean motivo de violencia, e ir educando a los boxeadores, entrenadores y demás participantes a saber manejar todas esas situaciones para que no aparezca en ningún momento cualquier tipo de violencia. En el caso de la lucha libre, es diferente ya que muchas de esas conductas forman parte del mismo ambiente pero claro, sin llegar a transgredir los límites permitidos.

Tanto en el boxeo como en la lucha libre, si nos ponemos a observar y analizar un poco cómo es que se presentan estos espectáculos deportivos, podremos obtener una visión general de todo lo que acontece, mirándolo como un aglutinado de eventos que suceden al mismo tiempo y en muchas de las ocasiones provocadas por una misma acción de los atletas o como resultado de la contienda que se está presenciando, podemos dividir los aspectos que están a nuestra simple vista, uno de ellos son las reacciones que realizan los espectadores o público asistente, son infinitamente variables, pero las conductas que más se presentan son el aplaudir, abuchear, alentar e incluso ofender o molestar al o los contrarios del equipo al que se apoya.

Todo este cúmulo de acciones y reacciones en los espectadores nos dibuja un esquema de valores que se conjugan en el actuar de los protagonistas y los espectadores, manejando aspectos relacionados con lo psicosocial, ético, moral, estético, químico, biológico etc., los fenómenos que se desarrollan dentro del espectáculo y la competencia misma esta de cierta manera relacionados y subordinados a las expectativas y objetivos que se han trazado para las competencias, objetivos que son precisos, como el triunfo, el alcanzar un record, obtener el campeonato o una medalla, y al mismo tiempo los aficionados hacen suyos los objetivos y fines que persigue el atleta, es por ello que se le alienta o se rechaza a los contrarios. También los espectadores, durante este proceso pueden navegar por la situación y obtener un resultado favorable a sus expectativas o un resultado inesperado que influye directamente en su conducta futura, ya sea en el aspecto positivo, pero de igual manera puede ser en el aspecto negativo.

Sabemos que una de las características de los combates que se realizan, son la incertidumbre o el desconocimiento del desarrollo de la contienda y el resultado que surgirá al terminar el combate, característica que hace llamativo el convertir el deporte en espectáculo, pero que puede provocar determinada violencia si es que no se sabe manejar todo ese tipo de sentimientos y experiencias que son provocadas por el resultado deportivo, podemos ver aparecer con una victoria, reacciones de alegría, sentimientos que se quieren compartir con el atleta, familia, amigos etc., Y en el caso contrario, al ser la derrota la que se hace presente, el ánimo decae, hay irritabilidad, frustración, depresión o abatimiento, incluso se puede presentar el fenómeno conocido como intolerancia a la derrota.

En la asociación Estatal de Boxeo de Aficionados se trata, por todos los medios posibles que todas esas reacciones negativas que se hacen presentes en cada una de las competencias, torneos o dual metes, no sean motivo de violencia, e ir educando a los boxeadores, entrenadores y demás participantes a saber manejar todas esas situaciones para que no aparezca en ningún momento cualquier tipo de violencia. En el caso de la lucha libre, es diferente ya que muchas de esas conductas forman parte del mismo ambiente pero claro, sin llegar a transgredir los límites permitidos.

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