/ lunes 2 de abril de 2018

Inicio de proceso electoral 2018

Oficialmente comienza el proceso electoral 2018, aunque en realidad ya tiene varios meses. Una vez más el pueblo mexicano desea una campaña diferente a las que la clase política nos tienen acostumbrados: sin propuestas verdaderamente estratégicas, formatos sin innovación, guerra sucia entre candidatos(as), con mucha ingeniería electoral y cara, uso exagerado de mercadotecnia cual si vendieran un saco de papas o productos de belleza para ocultar realidades. La diferencia es que este año hay mayor uso de las redes sociales y de sistemas computacionales que ya operan desde centros informáticos bien resguardados ante elector común, será el proceso electoral más caro en la historia de México.

Por tercera ocasión compite Andrés Manuel López Obrador. En su primer campaña ganó pero le fue arrebatado el triunfo por el sistema político mexicano, ahora nuevamente va arriba en encuestas incluyendo a la Presidencia de la República que es la más certera y confiable, observamos que la historia se repite contra AMLO. Le desfavorece que la élite económica y política del país, la que realmente decide el rumbo de la nación, no está a su favor, pero tiene parte del voto de castigo al régimen.

El panista Ricardo Anaya Cortés es rehén de sus acciones por mal uso de recurso financiero y que logró su candidatura presidencial a costa de todo y todos por ello la inconformidad de importante segmento de sus compañeros (as) panistas, incluso hay deserciones que restan presencia cualitativa y cuantitativa. Los referidos sondeos le ubican en segundo lugar. Tiene la desventaja que a su lado está un perredismo en declive en varias regiones del país y aún con intensas pugnas internas.

En tercer sitio, aunque leemos que paulatinamente aumenta su aceptación, está José Antonio Meade Kuribreña, un burócrata de élite que sirvió al régimen panista y ahora al priísta, se sabe que parte del PRI no está del todo conforme pues por primera vez en la historia de ese partido no tiene un militante priísta como candidato presidencial, al respecto politólogos coinciden en la baja movilidad de la estructura del PRI. En alianza están el PVEM y el PANAL, el primero hizo patente su deseo separación de facto y ello implicaría cierta pasividad, el PANAL tendría fragmentación ya que importantes militantes están ahora con AMLO y esto afectaría al candidato del PRI.

Margarita Ester Zavala Gómez inicia en cuarta posición, una distinguida ex–primera dama y ex–panista pero le resta aceptación ser esposa del ex–presidente Felipe Calderón Hinojosa y que compite de manera independiente sin una fuerte estructura partidista y gubernamental.

Agreguemos a los medios de comunicación nacionales y locales pues saben de su impacto en el electorado y que pueden cambiar la correlación de fuerzas electorales.

Estos son los principales actores electorales, es fundamental es que contribuyan a crear otra cultura política y a la construcción de una nueva gobernanza donde se privilegie el desarrollo humano sustentable. Esta sería la verdadera trascendencia del proceso electoral 2018.

Oficialmente comienza el proceso electoral 2018, aunque en realidad ya tiene varios meses. Una vez más el pueblo mexicano desea una campaña diferente a las que la clase política nos tienen acostumbrados: sin propuestas verdaderamente estratégicas, formatos sin innovación, guerra sucia entre candidatos(as), con mucha ingeniería electoral y cara, uso exagerado de mercadotecnia cual si vendieran un saco de papas o productos de belleza para ocultar realidades. La diferencia es que este año hay mayor uso de las redes sociales y de sistemas computacionales que ya operan desde centros informáticos bien resguardados ante elector común, será el proceso electoral más caro en la historia de México.

Por tercera ocasión compite Andrés Manuel López Obrador. En su primer campaña ganó pero le fue arrebatado el triunfo por el sistema político mexicano, ahora nuevamente va arriba en encuestas incluyendo a la Presidencia de la República que es la más certera y confiable, observamos que la historia se repite contra AMLO. Le desfavorece que la élite económica y política del país, la que realmente decide el rumbo de la nación, no está a su favor, pero tiene parte del voto de castigo al régimen.

El panista Ricardo Anaya Cortés es rehén de sus acciones por mal uso de recurso financiero y que logró su candidatura presidencial a costa de todo y todos por ello la inconformidad de importante segmento de sus compañeros (as) panistas, incluso hay deserciones que restan presencia cualitativa y cuantitativa. Los referidos sondeos le ubican en segundo lugar. Tiene la desventaja que a su lado está un perredismo en declive en varias regiones del país y aún con intensas pugnas internas.

En tercer sitio, aunque leemos que paulatinamente aumenta su aceptación, está José Antonio Meade Kuribreña, un burócrata de élite que sirvió al régimen panista y ahora al priísta, se sabe que parte del PRI no está del todo conforme pues por primera vez en la historia de ese partido no tiene un militante priísta como candidato presidencial, al respecto politólogos coinciden en la baja movilidad de la estructura del PRI. En alianza están el PVEM y el PANAL, el primero hizo patente su deseo separación de facto y ello implicaría cierta pasividad, el PANAL tendría fragmentación ya que importantes militantes están ahora con AMLO y esto afectaría al candidato del PRI.

Margarita Ester Zavala Gómez inicia en cuarta posición, una distinguida ex–primera dama y ex–panista pero le resta aceptación ser esposa del ex–presidente Felipe Calderón Hinojosa y que compite de manera independiente sin una fuerte estructura partidista y gubernamental.

Agreguemos a los medios de comunicación nacionales y locales pues saben de su impacto en el electorado y que pueden cambiar la correlación de fuerzas electorales.

Estos son los principales actores electorales, es fundamental es que contribuyan a crear otra cultura política y a la construcción de una nueva gobernanza donde se privilegie el desarrollo humano sustentable. Esta sería la verdadera trascendencia del proceso electoral 2018.