/ jueves 21 de abril de 2022

Otra traición a México

Mucho se ha hablado sobre la Reforma Eléctrica, presentada por el presidente, Andrés Manuel López Obrador, y que hace unos días, con 275 votos a favor (de Morena y sus aliados) y 223 en contra (del PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano) fue rechazada por el pleno de la Cámara de Diputados Federal. La oposición lo considera un triunfo; Morena, una traición al pueblo de México

Por tratarse de una reforma constitucional era estrictamente necesario se aprobara con una votación de mayoría calificada, eran requeridos pues, al menos, 336 votos que representan las dos terceras partes del número de diputados federales que conforman a la Cámara de San Lázaro. Fueron 61 votos los que faltaron al partido del Presidente para su aprobación.

Son varias las lecturas que se han generado por el resultado de la votación y sobre todo por las posturas de las fuerzas políticas que convergen en éste órgano legislativo, la primera y más evidente es que existe una fuerte contraposición de opiniones y una evidente ausencia de canales efectivos de comunicación entre el grupo oficialista y la oposición. Cada día se tensa más la relación entre ambos grupos.

Además, es notorio que intereses económicos han logrado penetrar en la médula de los partidos de oposición, ya que la reforma, en términos generales, buscaba fortalecer a la CFE para que vuelva a ser una empresa del Estado y eliminar viejos vicios que se crearon con la reforma de Peña Nieto en el 2013, como los millonarios subsidios al pago de energía eléctrica de grandes corporaciones, por ejemplificar.

A fin de cuentas la ciudadanía tendrá la última palabra, porque hay dos hechos innegables, uno: que el estado mexicano pierde la soberanía sobre los bienes energéticos de la nación, la CFE ya no será la empresa estatal rectora del tema eléctrico; y segundo hecho: la oposición le ha dado la llave para que abran la puerta cuando quieran las empresas extranjeras, que tienen gran poder financiero obtenido del usufructo de ese negocio, esperemos no vernos en el espejo de España.

Y es que el tema se enlodó, aún más (y la oposición nuevamente perdió credibilidad), cuando se supo de un cabildero extranjero que estuvo sentado en una curul, así de escandaloso y grave es esto, estuvo dentro del salón de sesiones en el pleno platicando con algunos legisladores federales, mismo que está relacionado con compañías eléctricas de otros países, y lo sospechoso que resultó que trajera en todo momento un maletín en mano, vaya usted a saber lleno de qué, estimado lector.

Así pues, atestiguamos uno de los episodios políticos más trascendentales de estos tiempos y que, como respuesta del primer mandatario, cual partida de ajedrez, recibió la aprobación de urgente y obvia resolución de una reforma a la Ley de Minería, en la que se pretende reservar al Estado futuras concesiones para explorar litio. Sin duda aún falta para que se termine esta historia, vale la pena estar atentos.

Mucho se ha hablado sobre la Reforma Eléctrica, presentada por el presidente, Andrés Manuel López Obrador, y que hace unos días, con 275 votos a favor (de Morena y sus aliados) y 223 en contra (del PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano) fue rechazada por el pleno de la Cámara de Diputados Federal. La oposición lo considera un triunfo; Morena, una traición al pueblo de México

Por tratarse de una reforma constitucional era estrictamente necesario se aprobara con una votación de mayoría calificada, eran requeridos pues, al menos, 336 votos que representan las dos terceras partes del número de diputados federales que conforman a la Cámara de San Lázaro. Fueron 61 votos los que faltaron al partido del Presidente para su aprobación.

Son varias las lecturas que se han generado por el resultado de la votación y sobre todo por las posturas de las fuerzas políticas que convergen en éste órgano legislativo, la primera y más evidente es que existe una fuerte contraposición de opiniones y una evidente ausencia de canales efectivos de comunicación entre el grupo oficialista y la oposición. Cada día se tensa más la relación entre ambos grupos.

Además, es notorio que intereses económicos han logrado penetrar en la médula de los partidos de oposición, ya que la reforma, en términos generales, buscaba fortalecer a la CFE para que vuelva a ser una empresa del Estado y eliminar viejos vicios que se crearon con la reforma de Peña Nieto en el 2013, como los millonarios subsidios al pago de energía eléctrica de grandes corporaciones, por ejemplificar.

A fin de cuentas la ciudadanía tendrá la última palabra, porque hay dos hechos innegables, uno: que el estado mexicano pierde la soberanía sobre los bienes energéticos de la nación, la CFE ya no será la empresa estatal rectora del tema eléctrico; y segundo hecho: la oposición le ha dado la llave para que abran la puerta cuando quieran las empresas extranjeras, que tienen gran poder financiero obtenido del usufructo de ese negocio, esperemos no vernos en el espejo de España.

Y es que el tema se enlodó, aún más (y la oposición nuevamente perdió credibilidad), cuando se supo de un cabildero extranjero que estuvo sentado en una curul, así de escandaloso y grave es esto, estuvo dentro del salón de sesiones en el pleno platicando con algunos legisladores federales, mismo que está relacionado con compañías eléctricas de otros países, y lo sospechoso que resultó que trajera en todo momento un maletín en mano, vaya usted a saber lleno de qué, estimado lector.

Así pues, atestiguamos uno de los episodios políticos más trascendentales de estos tiempos y que, como respuesta del primer mandatario, cual partida de ajedrez, recibió la aprobación de urgente y obvia resolución de una reforma a la Ley de Minería, en la que se pretende reservar al Estado futuras concesiones para explorar litio. Sin duda aún falta para que se termine esta historia, vale la pena estar atentos.