/ viernes 8 de enero de 2021

Crónica del poder │ Los contendientes se exhiben débiles

El proceso de selección de precandidatos a gobernar y legislar, se ha trivializado tanto que ya aparecen los personajes que cada 3 ó 6 años se ostentan imprescindibles o los indispensables y, aunque para los militantes, simpatizantes y ciudadanos son los impresentables, los partidos insisten en volver a cometer el error de considerarlos aptos para las candidaturas a gobernador o gobernadora, diputadas y diputados y presidentes municipales o alcaldesas, como si el mundo se les cerrara y no encontrarán otras figuras con cualidades, prestigio, liderazgo, autoridad moral, trayectoria de honestidad y sólida imagen ante la sociedad.

Se vuelven a reciclar personajes que en su ejercicio legislativo o gubernamental se desgastaron políticamente, actuaron irrelevantes pero con tremenda mediocridad y no respondieron a las expectativas ciudadanas sobre su representación popular. Ver enlistados políticos y políticas como, Norma Angélica Castañeda, Carlos Peña, Arnoldo Rodríguez, Luis Esparza, Perla Martínez o Ismael Solís, deja entrever que hay limitaciones partidistas para asomarse a ver a sectores, grupos y colectivos donde anidan activos políticos renovados; el mismo fenómeno se copia entre los morenistas con figuras muy chaparritas: Bennelly Hernández, Omar Carrera, Julia Olguín, Óscar Novella, Mónica Borrego, Priscila Benítez, Samuel Herrera, total, reciclados, desconocidas y cadáveres redivivos.

Se advierte pues, que los partidos siguen atados a los intereses de grupo, ambiciones individuales o vocaciones caciquiles, que les impiden ver más allá y no contemplan una fase valorativa de la preparación de los aspirantes a fin de evitar la improvisación; que tengan elementos fundamentales acerca de la función legislativa y que tengan el más elevado nivel de representatividad y sobre todo, pertenencia local, porque se dan casos tan arbitrarios y groseros, que postulan a figuras que no tienen arraigo en los municipios del distrito. No se atreven a decir no a la mediocridad ni a los grisáceos personajes, los más sin méritos o con mucha cola que les pisen.

No se necesita ser tan perspicaz para deducir que con esta medianía se encaminan a la derrota electoral y que de plano, en el PRI no están decididos a contener la ofensiva morenista desde el poder y en Morena persisten desunión y huecos que les pueden impedir conservar el poder. Hay dos rutas que se abren hacia la frustración, son personalidades que, ni porque han estado inmersos y comprometidos con los poderes Ejecutivo o Legislativo, la gente los considera impotentes para atender y superar los problemas críticos que agobian al estado, "el cataclismo económico" y la creciente inseguridad, no se olvida que Zacatecas registra la tasa más elevada de asesinatos.

Los partidos y actores políticos

Como los morenistas monrealistas deberán accionar para rescatar el prestigio legislativo, el descrédito de la representatividad de los diputados, sean federales o locales, está por los suelos, y en el caso del PRI, PAN y PRD, o sea la alianza Va por Zacatecas, los dirigentes Enrique Flores Mendoza, Noemí Berenice Luna y Raymundo Carrillo, están mostrando registros de escasa calidad, dudosa capacidad y muy leve presencia social, ya anticipan debilidades para la gran batalla por Zacatecas el 6 de junio, ambas fuerzas políticas configuran aspirantes que nada tienen que ver con la profesionalización de la política ni con la combatividad parlamentaria.

El proceso de selección de precandidatos a gobernar y legislar, se ha trivializado tanto que ya aparecen los personajes que cada 3 ó 6 años se ostentan imprescindibles o los indispensables y, aunque para los militantes, simpatizantes y ciudadanos son los impresentables, los partidos insisten en volver a cometer el error de considerarlos aptos para las candidaturas a gobernador o gobernadora, diputadas y diputados y presidentes municipales o alcaldesas, como si el mundo se les cerrara y no encontrarán otras figuras con cualidades, prestigio, liderazgo, autoridad moral, trayectoria de honestidad y sólida imagen ante la sociedad.

Se vuelven a reciclar personajes que en su ejercicio legislativo o gubernamental se desgastaron políticamente, actuaron irrelevantes pero con tremenda mediocridad y no respondieron a las expectativas ciudadanas sobre su representación popular. Ver enlistados políticos y políticas como, Norma Angélica Castañeda, Carlos Peña, Arnoldo Rodríguez, Luis Esparza, Perla Martínez o Ismael Solís, deja entrever que hay limitaciones partidistas para asomarse a ver a sectores, grupos y colectivos donde anidan activos políticos renovados; el mismo fenómeno se copia entre los morenistas con figuras muy chaparritas: Bennelly Hernández, Omar Carrera, Julia Olguín, Óscar Novella, Mónica Borrego, Priscila Benítez, Samuel Herrera, total, reciclados, desconocidas y cadáveres redivivos.

Se advierte pues, que los partidos siguen atados a los intereses de grupo, ambiciones individuales o vocaciones caciquiles, que les impiden ver más allá y no contemplan una fase valorativa de la preparación de los aspirantes a fin de evitar la improvisación; que tengan elementos fundamentales acerca de la función legislativa y que tengan el más elevado nivel de representatividad y sobre todo, pertenencia local, porque se dan casos tan arbitrarios y groseros, que postulan a figuras que no tienen arraigo en los municipios del distrito. No se atreven a decir no a la mediocridad ni a los grisáceos personajes, los más sin méritos o con mucha cola que les pisen.

No se necesita ser tan perspicaz para deducir que con esta medianía se encaminan a la derrota electoral y que de plano, en el PRI no están decididos a contener la ofensiva morenista desde el poder y en Morena persisten desunión y huecos que les pueden impedir conservar el poder. Hay dos rutas que se abren hacia la frustración, son personalidades que, ni porque han estado inmersos y comprometidos con los poderes Ejecutivo o Legislativo, la gente los considera impotentes para atender y superar los problemas críticos que agobian al estado, "el cataclismo económico" y la creciente inseguridad, no se olvida que Zacatecas registra la tasa más elevada de asesinatos.

Los partidos y actores políticos

Como los morenistas monrealistas deberán accionar para rescatar el prestigio legislativo, el descrédito de la representatividad de los diputados, sean federales o locales, está por los suelos, y en el caso del PRI, PAN y PRD, o sea la alianza Va por Zacatecas, los dirigentes Enrique Flores Mendoza, Noemí Berenice Luna y Raymundo Carrillo, están mostrando registros de escasa calidad, dudosa capacidad y muy leve presencia social, ya anticipan debilidades para la gran batalla por Zacatecas el 6 de junio, ambas fuerzas políticas configuran aspirantes que nada tienen que ver con la profesionalización de la política ni con la combatividad parlamentaria.