/ jueves 7 de octubre de 2021

Crónica del Poder │ Pernicioso gradualismo político

Transcurridos 9 sexenios y un quinquenio, en la memoria política no se registra un proceso de transición como éste colmado de amenazantes turbulencias como la violencia e inseguridad, la pandemia y la crisis económica, flagelos que tienen estancado al estado y con graves extensiones de pobreza extrema; como tampoco se habían visto las dilaciones presupuestarias que desde gobierno federal han provocado inusitadas movilizaciones de maestros, pensionados y jubilados víctimas de la omisión salarial y pagos de prestaciones de ley, que han tenido que presionar con la parálisis educacional, toma de instalaciones gubernamentales y bloqueos a vialidades y escenarios públicos, con la consecuente afectación económica y del libre tránsito de la población.

Estas dolencias sociales han generado condiciones de inestabilidad, incertidumbre e ingobernabilidad que han exhibido el incierto o irreal respaldo presidencial, que ha de ser oportuno y suficiente para contener el incremento de necesidades y situaciones críticas entre las familias y hogares de miles de zacatecanas y zacatecanos. Innegable que los recursos de los programas de Bienestar, llegan puntuales, pero la moratoria de presupuestos asignados y comprometidos, reproducen sobresaltos y alteraciones que ya revelan un preocupante deterioro del nuevo gobierno de la cuarta transformación, que desde el 12 de septiembre lidera David Monreal Ávila.

En este escenario, la gente, los gobernados, los ciudadanos y la población no ven nada que pueda justificar el desapego a las decisiones institucionales en la designación de los miembros del gabinete gubernamental. Los nombramientos del lunes anterior de Rodrigo Castañeda, en la Secretaría de Economía; Julia Olguín, como Subsecretaria de Concertación Política y Atención Ciudadana; Javier Reyes Romo, para Subsecretario de Desarrollo Político; Ruth Contreras, Coordinadora Estatal de Planeación; y Ángel Tenorio Espinoza, Coordinador de Logística y Relaciones Públicas, han reafirmado que David Monreal ejerce el poder con un gradualismo que no le reditúa una imagen de prestigio, que desde el primer día debió ser creciente y ascendente en su fortalecimiento político, y sí le genera innecesarios costos políticos, porque en los hechos "No hacen Historia" y muy apenas construyen historietas con versiones malignas y para el olvido.

Este pernicioso gradualismo político y gubernamental lleva a todavía esperar otros episodios, donde al fin ya brotó la designación de Gabriela Evangelina Pinedo Morales como Secretaria General de Gobierno, nombramiento clave del segundo en la jerarquía gubernamental, que pronto, más que inmediatamente, deberá convertirse en factor de interlocución con todas las fuerzas políticas y sociales, con calidad moral y autoridad política para construir la comunión social a la que aspira el gobernador Monreal, hasta producir esa atmósfera de armonía social, convivencia ideológica, respeto en la pluralidad, de gobernabilidad política y normalidad democrática, y en eso, la sociedad tiene la más elevada esperanza que la responsabilidad de esta joven mujer esté a la altura de personajes como Uriel Márquez Valerio, Raúl Rodríguez Santoyo, Esaú Hernández Herrera, Tomás Torres Mercado, Arturo Nahle García, los más destacados e inteligentes operadores políticos como Secretarios Generales de Gobierno.

No puede ser de otro modo, la calidad de gobierno, la emergencia social, la violencia e inseguridad, la polarización política, urgen por un Gabinete de Gobierno con capacidad intelectual y experiencia política. Con eso.

Transcurridos 9 sexenios y un quinquenio, en la memoria política no se registra un proceso de transición como éste colmado de amenazantes turbulencias como la violencia e inseguridad, la pandemia y la crisis económica, flagelos que tienen estancado al estado y con graves extensiones de pobreza extrema; como tampoco se habían visto las dilaciones presupuestarias que desde gobierno federal han provocado inusitadas movilizaciones de maestros, pensionados y jubilados víctimas de la omisión salarial y pagos de prestaciones de ley, que han tenido que presionar con la parálisis educacional, toma de instalaciones gubernamentales y bloqueos a vialidades y escenarios públicos, con la consecuente afectación económica y del libre tránsito de la población.

Estas dolencias sociales han generado condiciones de inestabilidad, incertidumbre e ingobernabilidad que han exhibido el incierto o irreal respaldo presidencial, que ha de ser oportuno y suficiente para contener el incremento de necesidades y situaciones críticas entre las familias y hogares de miles de zacatecanas y zacatecanos. Innegable que los recursos de los programas de Bienestar, llegan puntuales, pero la moratoria de presupuestos asignados y comprometidos, reproducen sobresaltos y alteraciones que ya revelan un preocupante deterioro del nuevo gobierno de la cuarta transformación, que desde el 12 de septiembre lidera David Monreal Ávila.

En este escenario, la gente, los gobernados, los ciudadanos y la población no ven nada que pueda justificar el desapego a las decisiones institucionales en la designación de los miembros del gabinete gubernamental. Los nombramientos del lunes anterior de Rodrigo Castañeda, en la Secretaría de Economía; Julia Olguín, como Subsecretaria de Concertación Política y Atención Ciudadana; Javier Reyes Romo, para Subsecretario de Desarrollo Político; Ruth Contreras, Coordinadora Estatal de Planeación; y Ángel Tenorio Espinoza, Coordinador de Logística y Relaciones Públicas, han reafirmado que David Monreal ejerce el poder con un gradualismo que no le reditúa una imagen de prestigio, que desde el primer día debió ser creciente y ascendente en su fortalecimiento político, y sí le genera innecesarios costos políticos, porque en los hechos "No hacen Historia" y muy apenas construyen historietas con versiones malignas y para el olvido.

Este pernicioso gradualismo político y gubernamental lleva a todavía esperar otros episodios, donde al fin ya brotó la designación de Gabriela Evangelina Pinedo Morales como Secretaria General de Gobierno, nombramiento clave del segundo en la jerarquía gubernamental, que pronto, más que inmediatamente, deberá convertirse en factor de interlocución con todas las fuerzas políticas y sociales, con calidad moral y autoridad política para construir la comunión social a la que aspira el gobernador Monreal, hasta producir esa atmósfera de armonía social, convivencia ideológica, respeto en la pluralidad, de gobernabilidad política y normalidad democrática, y en eso, la sociedad tiene la más elevada esperanza que la responsabilidad de esta joven mujer esté a la altura de personajes como Uriel Márquez Valerio, Raúl Rodríguez Santoyo, Esaú Hernández Herrera, Tomás Torres Mercado, Arturo Nahle García, los más destacados e inteligentes operadores políticos como Secretarios Generales de Gobierno.

No puede ser de otro modo, la calidad de gobierno, la emergencia social, la violencia e inseguridad, la polarización política, urgen por un Gabinete de Gobierno con capacidad intelectual y experiencia política. Con eso.