/ viernes 22 de octubre de 2021

Crónica del poder | Gobernanza es convergencia de fuerzas

La nueva gobernanza que David Monreal promueve, es entendida como el lanzamiento de una nueva clase política a los escenarios del diálogo, consensos, acuerdos, conciliación y convergencia de todas las fuerzas políticas para constituir la comunión social que impulsa los cambios y transformaciones como verdadera reconversión que definitivamente se aleje de los ambientes de corrupción, impunidad, violencia e inseguridad y crisis económica que gobiernos pretéritos han heredado.

Es el cotidiano discurso ya montado en las estrategias de la cuarta transformación de Andrés Manuel López Obrador, política e ideológicamente consecuente e insertado de hecho en las rutas trazadas hacia las realidades del bienestar social y la recuperación de la tranquilidad y paz social, David Monreal está decidido a limpiar el moho de los tres últimos gobiernos para reconstruir un nuevo Zacatecas con honestidad, austeridad, transparencia, armonía social y estabilidad política.

Sin embargo, y como se vive una atmósfera de libertades, hay expresiones que difieren de esas alentadoras concepciones, como la doctora María de la Luz Domínguez, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, que desde su autonomía e independencia resalta que actualmente los zacatecanos no cuentan con una vida digna debido a que enfrentan problemas comunes que el Estado no ha podido resolver y seguramente se refiere al crítico impago de salarios a maestros y trabajadores al servicio del estado y a la gravedad de la violencia e inseguridad; o los cuestionamientos e interpretación que el diputado Enrique Laviada Cicerol hace al denunciar los intentos de mayoriteo y agandalle legislativo de los diputados morenistas que rechazan establecer condiciones de equilibrio y pluralidad, lo que daría certeza y viabilidad al gobierno estatal y su gobernanza. Avasallar y aplastar a la oposición no es hacer política, no edifica gobernanza, es prepotencia, abuso de poder.

Y es que en la Legislatura, los 13 diputados y diputadas que conforman el bloque opositor, acusan que de las 30 comisiones legislativas que se integran, Morena y sus aliados se adjudican 29 y a la oposición solo dejan la Comisión de Seguridad. Figuras, perfiles, notables, personajes, experiencias y cualidades académicas y democráticas para construir la nueva clase política, no están solo en los partidos en el poder y el gobierno, también están destacadamente y con voluntad y dispuestos a contribuir al desarrollo integral, entre los partidos de oposición, sean el PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano y sin duda, juntos y en sus diferencias, son capaces de potenciar el impulso modernizador de los gobiernos nacional y estatal de la Cuarta Transformación.

El gran dilema de la nueva gobernanza no está en el estratégico empoderamiento de sus políticos en la legislatura y en el gobierno, no se pueden excluir a cuadros políticos y de gobierno que han demostrado lealtad al interés superior del Estado y que a la hora de la transición, han asumido una respetuosa postura institucional y son capaces de asimilar la nueva realidad de la transformación y proyectar e integrar su talento a los nuevos y vigoroso esfuerzos por la recuperación de Zacatecas, hasta insertarlo en el histórico proceso renovador que ya deja atrás los desastrosos panoramas del conservadurismo y neoliberalismo. Es admisible que la nueva gobernanza rompa con el pasado que ha dejado ruinas, pero es inaceptable que se abandone a las fuerzas emergentes y solidarias con la nueva transformación.

La nueva gobernanza que David Monreal promueve, es entendida como el lanzamiento de una nueva clase política a los escenarios del diálogo, consensos, acuerdos, conciliación y convergencia de todas las fuerzas políticas para constituir la comunión social que impulsa los cambios y transformaciones como verdadera reconversión que definitivamente se aleje de los ambientes de corrupción, impunidad, violencia e inseguridad y crisis económica que gobiernos pretéritos han heredado.

Es el cotidiano discurso ya montado en las estrategias de la cuarta transformación de Andrés Manuel López Obrador, política e ideológicamente consecuente e insertado de hecho en las rutas trazadas hacia las realidades del bienestar social y la recuperación de la tranquilidad y paz social, David Monreal está decidido a limpiar el moho de los tres últimos gobiernos para reconstruir un nuevo Zacatecas con honestidad, austeridad, transparencia, armonía social y estabilidad política.

Sin embargo, y como se vive una atmósfera de libertades, hay expresiones que difieren de esas alentadoras concepciones, como la doctora María de la Luz Domínguez, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, que desde su autonomía e independencia resalta que actualmente los zacatecanos no cuentan con una vida digna debido a que enfrentan problemas comunes que el Estado no ha podido resolver y seguramente se refiere al crítico impago de salarios a maestros y trabajadores al servicio del estado y a la gravedad de la violencia e inseguridad; o los cuestionamientos e interpretación que el diputado Enrique Laviada Cicerol hace al denunciar los intentos de mayoriteo y agandalle legislativo de los diputados morenistas que rechazan establecer condiciones de equilibrio y pluralidad, lo que daría certeza y viabilidad al gobierno estatal y su gobernanza. Avasallar y aplastar a la oposición no es hacer política, no edifica gobernanza, es prepotencia, abuso de poder.

Y es que en la Legislatura, los 13 diputados y diputadas que conforman el bloque opositor, acusan que de las 30 comisiones legislativas que se integran, Morena y sus aliados se adjudican 29 y a la oposición solo dejan la Comisión de Seguridad. Figuras, perfiles, notables, personajes, experiencias y cualidades académicas y democráticas para construir la nueva clase política, no están solo en los partidos en el poder y el gobierno, también están destacadamente y con voluntad y dispuestos a contribuir al desarrollo integral, entre los partidos de oposición, sean el PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano y sin duda, juntos y en sus diferencias, son capaces de potenciar el impulso modernizador de los gobiernos nacional y estatal de la Cuarta Transformación.

El gran dilema de la nueva gobernanza no está en el estratégico empoderamiento de sus políticos en la legislatura y en el gobierno, no se pueden excluir a cuadros políticos y de gobierno que han demostrado lealtad al interés superior del Estado y que a la hora de la transición, han asumido una respetuosa postura institucional y son capaces de asimilar la nueva realidad de la transformación y proyectar e integrar su talento a los nuevos y vigoroso esfuerzos por la recuperación de Zacatecas, hasta insertarlo en el histórico proceso renovador que ya deja atrás los desastrosos panoramas del conservadurismo y neoliberalismo. Es admisible que la nueva gobernanza rompa con el pasado que ha dejado ruinas, pero es inaceptable que se abandone a las fuerzas emergentes y solidarias con la nueva transformación.