.png "Javier Ruben Lozano(BARTOCK).png")
Se ha dicho hasta el cansancio y en innumerables ocasiones, que el problema de la drogadicción afecta a la totalidad de la sociedad, pero en forma especial y directa a la juventud, se han gastado millones de pesos tratando de acabar con ella o por lo menos, disminuirla y tener cierto control sobre ella. Si centramos nuestra atención en los días que vivimos, parecería que nos encontramos imposibilitados para detener este fenómeno que acarrea otros problemas igual de graves, como lo son la violencia y la comisión de ilícitos que normalmente acompañan a estas actividades.
Tal parece que a nuestras autoridades se les olvida que el deporte se constituye en la actualidad como una arma para combatir a los fenómenos sociales negativos de la drogadicción y la violencia, solo en sus discursos y cuando la ocasión lo requiere, hacen mención del deporte, y si me dicen que es falso, lo pueden comprobar en las pre campañas que comenzaron hace unos días, y en las campañas que se avecinan, no mencionan ningún proyecto relacionado con el deporte.
Con el deporte se les ofrece a los jóvenes una opción para llevar una vida sana y productiva, con el entendimiento de que el deporte no es la solución total a esos problemas, pero si es un elemento que contribuye a disminuir o aliviar en parte la problemática existente. Estos males aquejan a personas de todas las clases, no únicamente a los de clase económicamente débiles, podríamos mencionar infinidad de ejemplos en donde jóvenes nacidos dentro de ambientes marginados y que con el paso del tiempo, con empeño, disciplina y trabajo se han convertido en deportistas triunfadores. Mucho ayudaría que a nuestra juventud se le tratara en forma prioritaria, orientándola, guiándola y motivándola para que se realicen acciones que la lleven hacia un desarrollo pleno e integral.
Un ejemplo claro y contundente lo tenemos en el boxeo, en donde históricamente los que practican esta disciplina deportiva en su mayoría son jóvenes de escasos recursos y muchos de ellos se han convertido en reales ídolos de la afición mexicana, la realidad es que nadie nace siendo drogadicto o delincuente ni tampoco súper deportista, a todo ello se llega por una gran variedad de factores que influyen en el desarrollo de las personas, desde el medio que los rodea, hasta su temperamento y carácter que va formándose conforme a la vida que lleva dentro de la sociedad. Por eso, es necesario poner al alcance de todos, las instituciones sociales que contribuyan al pleno desarrollo de las personas, y lo anterior no se logra tan solo con los deseos o discursos, se requiere de la inversión de recursos tanto materiales y económicos como humanos, en donde se involucren la familia, las escuelas, las autoridades y la iniciativa privada a fin de obtener resultados que sean favorables a la vida en sociedad, teniendo como objetivo principal, el bienestar social, integrado en el por supuesto, el desarrollo integral de nuestros jóvenes .
