/ martes 30 de octubre de 2018

La invitación a Nicolás Maduro a la toma de posesión de AMLO

Me uno a lo que muchos mexicanos consideramos respecto del régimen de Nicolás Maduro, el presidente venezolano impuesto por Hugo Chávez, de quien Maduro heredó, literalmente, el cargo. Chávez, en efecto, no se comportó como un político maduro, con ánimo diplomático, como lo está igualmente haciendo Maduro respecto de sus opositores.

Muchos recordamos la reunión entre jefes de Estado en España, cuando el rey Juan Carlos hubo de intervenir para callar de manera un tanto grosera a Chávez, quien no soltaba el micrófono espetando, frente a los demás jefes de Estado latinoamericanos, toda clase de descalificaciones al presidente español José María Aznar, en lenguaje alejado por completo de cualquier diplomacia o de, vaya, elemental respeto a los demás jefes de Estado y de gobierno presentes.

Sí, en esa una reunión de mandatarios latinoamericanos en España, el presidente de Venezuela en aquel entonces, Hugo Chávez, había colmado la paciencia de los mandatarios hispanoamericanos, y el mismo rey don Juan Carlos, le espetó al mandatario venezolano: "¿Por qué no te callas?", pues Chávez interrumpía, con toda la falta de protocolo posible, la alocución de José Luis Rodríguez Zapatero en la Sesión Plenaria de la XVII Cumbre Iberoamericana, pues el presidente venezolano interrumpía con sus imprecaciones al ex presidente José María Aznar, al que llamaba "fascista".

Así pues, según una creíble encuesta levantada por el Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD) en los preámbulos de la reciente elección de abril de 2018 en Venezuela, cuando Maduro volvió a ganar la elección para presidente de esa muy respetable nación latinoamericana, la gestión gubernativa de Maduro –quien buscó y obtuvo en los pasados comicios del pasado 22 de abril su reelección –era considerada por una muestra representativa de la ciudadanía venezolana como "pésima" por el 58.4%, el 16.6 la calificaba como mala, y el 4.3% como “muy mala”. Sólo alrededor del 20% de la muestra representativa de ese país pensaba que dicha gestión gubernamental iba de “regular” a “excelente”.

Como quiera que fuera alrededor del 77% de la población de ese país latinoamericano, hermano de México, consideraba que su nación requería de un cambio de gobierno. Y sí, cabe pensar, como lo diagnostican expertos latinoamericanos, la crisis económica de Venezuela –con una hiperinflación de 13,000% en este año, aunada a una muy grave crisis de escasez de medicinas y alimentos –está haciendo estragos entre la población de ese país.

Sin duda, cabe imponer la mesura en el discurso político, sobre todo entre jefes de Estado. El mismo Andrés Manuel López Obrador, quien se ha ganado la presidencia a pulso, con el sufragio de la mayoría absoluta de quienes emitimos voto el primero de julio, ya en los preámbulos de la toma del poder político ha moderado de manera en extremo manifiesta el discurso hacia las autoridades que le precedieron, por respeto a la ciudadanía mexicana y no necesariamente a las autoridades salientes.

Habría de considerarse a ese particular lo que un diplomático de carrera mexicano opina. En efecto, Arturo Sarukhán, hijo él de José Sarukhán Kermez, exrector de la UNAM, señala que:“(…) en la práctica que sigue, por ejemplo, Estados Unidos, de no invitar a mandatarios de otros países a las tomas de posesión de sus presidentes, y que sean los embajadores acreditados ante la Casa Blanca los que representan a sus naciones, es un ejemplo muy saludable”. Consúltese:http://www.eluniversal.com.mx/nacion/politica/divide-opiniones-invitar-maduro-toma-de-posesion-de-amlo