/ domingo 29 de agosto de 2021

Llegó la hora de la verdad

David Monreal Ávila tiene una cita con el destino. Debe tomar las mejores decisiones ya que se equivoca la mano el porvenir que habrá de hipotecar será mucho más que su prestigio y su proyecto político.

Tiene una enorme área de oportunidades que esperemos mantenga abierta de manera amplia por mucho tiempo. Ya no hay marcha atrás y no puede desaprovechar el camino por el que debe llevar su administración gubernamental y capitalizar el enorme bono democrático que alcanzó el seis de junio pasado.

A partir del próximo 12 de septiembre, no sólo está en juego su imagen como político, sino el bienestar de cientos de miles de zacatecanos que, habiendo o no, votado por él, están en medio de las grandes decisiones que habrá de tomar a la brevedad.

Ciertamente no es un experto en todos los grandes temas que hoy tienen a Zacatecas al borde del precipicio y del colapso financiero, pero también se encuentra ante la enorme oportunidad de ejercer un gobierno eficaz y eficiente que dé certeza y rumbo. Hoy los zacatecanos tienen hambre de esperanza en futuro y coincidencia en la necesidad de creer en algo nuevo y diferente.

El gobernador electo David Monreal debe asumir que llegó la hora de la verdad, en la definición, primero de un gabinete que le acompañe con las suficientes credenciales que permitan soñar que en poco tiempo habrá una nueva perspectiva en la economía y en la política que le ayudarán a navegar, en lo posible, en las turbulentas aguas de la nueva crisis que enfrenta Zacatecas.

Enfrentará una crisis económica agudizada por la pandemia y las malas administraciones; una crisis social y política alentada por la desigualdad y las malas gestiones; crisis de salud que no se logra controlar y lo más grave, una crisis de inseguridad que no respeta absolutamente a nada y nadie y que mantiene en la zozobra a la población de toda la entidad.

Los zacatecanos esperamos un conjunto de señales coherentes adecuadas con el plan que hoy tiene el nuevo capitán del barco.

A David Monreal le ha llegado la hora de la verdad. Debe desde ahora mandar esas señales de que Zacatecas navega a puerto seguro y confiable.

Acabar con la corrupción y la impunidad; reducir los niveles de violencia y mejorar las condiciones de vida de los zacatecanos, son las prioridades a las que enfrenta el nuevo gobernador. Requiere un equipo sólido, fuerte y comprometido que mezcle la experiencia y la juventud en el nuevo rumbo de Zacatecas.

Hacer posible un cambio real y cumplir las promesas electorales son los grandes desafíos del próximo gobernador. Zacatecas lo espera; Zacatecas los merece.


David Monreal Ávila tiene una cita con el destino. Debe tomar las mejores decisiones ya que se equivoca la mano el porvenir que habrá de hipotecar será mucho más que su prestigio y su proyecto político.

Tiene una enorme área de oportunidades que esperemos mantenga abierta de manera amplia por mucho tiempo. Ya no hay marcha atrás y no puede desaprovechar el camino por el que debe llevar su administración gubernamental y capitalizar el enorme bono democrático que alcanzó el seis de junio pasado.

A partir del próximo 12 de septiembre, no sólo está en juego su imagen como político, sino el bienestar de cientos de miles de zacatecanos que, habiendo o no, votado por él, están en medio de las grandes decisiones que habrá de tomar a la brevedad.

Ciertamente no es un experto en todos los grandes temas que hoy tienen a Zacatecas al borde del precipicio y del colapso financiero, pero también se encuentra ante la enorme oportunidad de ejercer un gobierno eficaz y eficiente que dé certeza y rumbo. Hoy los zacatecanos tienen hambre de esperanza en futuro y coincidencia en la necesidad de creer en algo nuevo y diferente.

El gobernador electo David Monreal debe asumir que llegó la hora de la verdad, en la definición, primero de un gabinete que le acompañe con las suficientes credenciales que permitan soñar que en poco tiempo habrá una nueva perspectiva en la economía y en la política que le ayudarán a navegar, en lo posible, en las turbulentas aguas de la nueva crisis que enfrenta Zacatecas.

Enfrentará una crisis económica agudizada por la pandemia y las malas administraciones; una crisis social y política alentada por la desigualdad y las malas gestiones; crisis de salud que no se logra controlar y lo más grave, una crisis de inseguridad que no respeta absolutamente a nada y nadie y que mantiene en la zozobra a la población de toda la entidad.

Los zacatecanos esperamos un conjunto de señales coherentes adecuadas con el plan que hoy tiene el nuevo capitán del barco.

A David Monreal le ha llegado la hora de la verdad. Debe desde ahora mandar esas señales de que Zacatecas navega a puerto seguro y confiable.

Acabar con la corrupción y la impunidad; reducir los niveles de violencia y mejorar las condiciones de vida de los zacatecanos, son las prioridades a las que enfrenta el nuevo gobernador. Requiere un equipo sólido, fuerte y comprometido que mezcle la experiencia y la juventud en el nuevo rumbo de Zacatecas.

Hacer posible un cambio real y cumplir las promesas electorales son los grandes desafíos del próximo gobernador. Zacatecas lo espera; Zacatecas los merece.