/ jueves 14 de septiembre de 2023

Los niños héroes: un ejemplo de valor y patriotismo

El 13 de septiembre se conmemora en México el heroico sacrificio de los niños héroes, seis cadetes del Colegio Militar que defendieron con su vida el Castillo de Chapultepec ante la invasión estadounidense de 1847. Su gesta es una de las más emblemáticas de la historia nacional y un símbolo de la identidad mexicana.

Los nombres de los niños héroes son: Juan de la Barrera, Juan Escutia, Agustín Melgar, Vicente Suárez, Fernando Montes de Oca y Francisco Márquez. Cada uno de ellos tenía entre 12 y 19 años, y pertenecían a diferentes orígenes sociales y regiones del país. Sin embargo, todos compartían el amor por México y el valor para enfrentar al enemigo.

La historia oficial cuenta que los niños héroes se negaron a abandonar el Castillo cuando el general Nicolás Bravo les ordenó retirarse ante el avance de las tropas estadounidenses. Con escasas armas y municiones, resistieron el asedio hasta el último momento. Algunos murieron en combate, otros se quitaron la vida para evitar ser capturados. El más recordado es Juan Escutia, quien se dice que se envolvió en la bandera mexicana y se lanzó al vacío desde lo alto del Castillo para evitar que cayera en manos del enemigo.

La historia oficial ha sido cuestionada por algunos historiadores, que señalan que hay poca evidencia documental y testimonial de lo ocurrido ese día. Algunos afirman que la hazaña de los niños héroes fue inventada o exagerada por el gobierno mexicano para fines nacionalistas y propagandísticos. Otros sostienen que hay elementos verídicos en el relato, pero que también hay mitos y leyendas que se han incorporado con el tiempo.

Más allá del debate histórico, lo cierto es que los niños héroes son parte del imaginario colectivo de los mexicanos. Su ejemplo ha inspirado a generaciones de ciudadanos que han luchado por la soberanía, la justicia y la democracia en el país. Su memoria se honra cada año con ceremonias oficiales, monumentos, escuelas, calles y plazas que llevan sus nombres.

Quiero aprovechar este espacio, estimado lector, para expresar mi reconocimiento y admiración por los niños héroes. Ellos representan los valores que queremos inculcar en nuestros niños y jóvenes: el respeto a la patria, el compromiso con la educación, el coraje ante la adversidad y la solidaridad con los demás.

Fresnillo es una ciudad orgullosa de su historia y su cultura. Somos un centro económico, industrial, turístico y cultural del estado de Zacatecas. Tenemos una rica gastronomía, una gran tradición musical y un patrimonio religioso que atrae a miles de visitantes cada año. Pero sobre todo, tenemos un pueblo trabajador, honesto y generoso.

En este día tan especial, invito a todos los fresnillenses y zacatecanos a recordar a los niños héroes con respeto y gratitud. Que su ejemplo nos motive a seguir trabajando por el bienestar y el progreso de nuestro municipio, nuestro estado y nuestro país. Que su espíritu nos anime a defender nuestra soberanía, nuestra dignidad y nuestra libertad.

El 13 de septiembre se conmemora en México el heroico sacrificio de los niños héroes, seis cadetes del Colegio Militar que defendieron con su vida el Castillo de Chapultepec ante la invasión estadounidense de 1847. Su gesta es una de las más emblemáticas de la historia nacional y un símbolo de la identidad mexicana.

Los nombres de los niños héroes son: Juan de la Barrera, Juan Escutia, Agustín Melgar, Vicente Suárez, Fernando Montes de Oca y Francisco Márquez. Cada uno de ellos tenía entre 12 y 19 años, y pertenecían a diferentes orígenes sociales y regiones del país. Sin embargo, todos compartían el amor por México y el valor para enfrentar al enemigo.

La historia oficial cuenta que los niños héroes se negaron a abandonar el Castillo cuando el general Nicolás Bravo les ordenó retirarse ante el avance de las tropas estadounidenses. Con escasas armas y municiones, resistieron el asedio hasta el último momento. Algunos murieron en combate, otros se quitaron la vida para evitar ser capturados. El más recordado es Juan Escutia, quien se dice que se envolvió en la bandera mexicana y se lanzó al vacío desde lo alto del Castillo para evitar que cayera en manos del enemigo.

La historia oficial ha sido cuestionada por algunos historiadores, que señalan que hay poca evidencia documental y testimonial de lo ocurrido ese día. Algunos afirman que la hazaña de los niños héroes fue inventada o exagerada por el gobierno mexicano para fines nacionalistas y propagandísticos. Otros sostienen que hay elementos verídicos en el relato, pero que también hay mitos y leyendas que se han incorporado con el tiempo.

Más allá del debate histórico, lo cierto es que los niños héroes son parte del imaginario colectivo de los mexicanos. Su ejemplo ha inspirado a generaciones de ciudadanos que han luchado por la soberanía, la justicia y la democracia en el país. Su memoria se honra cada año con ceremonias oficiales, monumentos, escuelas, calles y plazas que llevan sus nombres.

Quiero aprovechar este espacio, estimado lector, para expresar mi reconocimiento y admiración por los niños héroes. Ellos representan los valores que queremos inculcar en nuestros niños y jóvenes: el respeto a la patria, el compromiso con la educación, el coraje ante la adversidad y la solidaridad con los demás.

Fresnillo es una ciudad orgullosa de su historia y su cultura. Somos un centro económico, industrial, turístico y cultural del estado de Zacatecas. Tenemos una rica gastronomía, una gran tradición musical y un patrimonio religioso que atrae a miles de visitantes cada año. Pero sobre todo, tenemos un pueblo trabajador, honesto y generoso.

En este día tan especial, invito a todos los fresnillenses y zacatecanos a recordar a los niños héroes con respeto y gratitud. Que su ejemplo nos motive a seguir trabajando por el bienestar y el progreso de nuestro municipio, nuestro estado y nuestro país. Que su espíritu nos anime a defender nuestra soberanía, nuestra dignidad y nuestra libertad.