/ lunes 2 de noviembre de 2020

La difícil tarea: unir a Morena

La unidad interna de todo partido nunca es plena ni su organización es perfecta. Cuando en Morena reunieron los requisitos para ser partido les otorgaron el registro, pero en la campaña presidencial destacaron su dinámica de movimiento político y la organización quedó como garantía poco visible, pero efectiva, para que el voto no fuera desviado. El movimiento funcionó y la unidad de grupos y personas tan diversas fue posible porque estaba claro, para ellos y para los demás, el objetivo común: llevar a López Obrador a la presidencia. Ganaron la presidencia, senaduría y diputaciones en ese movimiento arrasador y se sintieron honrados con estar con Obrador. ¿y ahora qué?

Si el objetivo final se cumplió con creces, ¿ahora que hacer? Es el problema de siempre que un movimiento logra su objetivo principal y se apaga el entusiasmo. ¿Alguien recuerda lo sucedido con el PRD después de ganar por primera vez la gobernatura de Zacatecas? Se conformó una dirección estatal con un liderazgo personal que se comportó como un subgobernante y no como un dirigente, y fue reemplazado por otro que tenía experiencia en un movimiento social anterior.

Ahora se replica a nivel nacional ese comportamiento de un movimiento que cumple con su objetivo y no sabe cómo continuar como organización partidaria. Se antojan increíbles todos los conflictos internos que se han suscitado en sus diferentes intentos de darse una organización y más aún, cuando no quisieran ser un partido tradicional; no advierten o no aceptan que por ser un partido como todos los demás se hicieron merecedores del registro, pero ahora que quieren realizar lo que esta escrito en sus documentos fundacionales es cuando mas problemas tienen. Quisieran que la realidad se ajustara a la letra, y lo que se les ha impuesto por la institución y la realidad de los encuestados resuelve unos problemas y persisten otros.

Lo que parece increíble es que elaboren y difundan versiones falsas y luego se enojen por que no se las valieron como verdaderas. Es falso que Porfirio ganó en las dos primeras encuestas y en la tercera compraron a dirigentes estatales y ganaron las empresas encuestadoras. En la primera no se preguntaba por quien votaría, sino a quien conocía mas y no es lo mismo, pero Porfirio se mantiene en que sí, y ahora se especula por un diario nacional que mas de treinta diputados federales apoyan a Porfirio en su “lucha” legal y amenazan con escindir a Morena en la cámara de diputados. Es muy difícil organizar a miembros de un partido que han caído en comportamientos irracionales, antes habrá que conducirlos a que vean su realidad y la acepten.

La unidad interna de todo partido nunca es plena ni su organización es perfecta. Cuando en Morena reunieron los requisitos para ser partido les otorgaron el registro, pero en la campaña presidencial destacaron su dinámica de movimiento político y la organización quedó como garantía poco visible, pero efectiva, para que el voto no fuera desviado. El movimiento funcionó y la unidad de grupos y personas tan diversas fue posible porque estaba claro, para ellos y para los demás, el objetivo común: llevar a López Obrador a la presidencia. Ganaron la presidencia, senaduría y diputaciones en ese movimiento arrasador y se sintieron honrados con estar con Obrador. ¿y ahora qué?

Si el objetivo final se cumplió con creces, ¿ahora que hacer? Es el problema de siempre que un movimiento logra su objetivo principal y se apaga el entusiasmo. ¿Alguien recuerda lo sucedido con el PRD después de ganar por primera vez la gobernatura de Zacatecas? Se conformó una dirección estatal con un liderazgo personal que se comportó como un subgobernante y no como un dirigente, y fue reemplazado por otro que tenía experiencia en un movimiento social anterior.

Ahora se replica a nivel nacional ese comportamiento de un movimiento que cumple con su objetivo y no sabe cómo continuar como organización partidaria. Se antojan increíbles todos los conflictos internos que se han suscitado en sus diferentes intentos de darse una organización y más aún, cuando no quisieran ser un partido tradicional; no advierten o no aceptan que por ser un partido como todos los demás se hicieron merecedores del registro, pero ahora que quieren realizar lo que esta escrito en sus documentos fundacionales es cuando mas problemas tienen. Quisieran que la realidad se ajustara a la letra, y lo que se les ha impuesto por la institución y la realidad de los encuestados resuelve unos problemas y persisten otros.

Lo que parece increíble es que elaboren y difundan versiones falsas y luego se enojen por que no se las valieron como verdaderas. Es falso que Porfirio ganó en las dos primeras encuestas y en la tercera compraron a dirigentes estatales y ganaron las empresas encuestadoras. En la primera no se preguntaba por quien votaría, sino a quien conocía mas y no es lo mismo, pero Porfirio se mantiene en que sí, y ahora se especula por un diario nacional que mas de treinta diputados federales apoyan a Porfirio en su “lucha” legal y amenazan con escindir a Morena en la cámara de diputados. Es muy difícil organizar a miembros de un partido que han caído en comportamientos irracionales, antes habrá que conducirlos a que vean su realidad y la acepten.