Algunos amigos, conocidos y yo, veníamos pensando que el PRI solo no podría hacer oposición por dos razones principales: una, porque nació en el poder para unificar a diferentes fracciones regionales posteriores a la revolución mexicana y, dos, porque el proyecto que AMLO ha puesto en marcha, ya antes había sido proyecto del PRI con las diferencias propias de un momento histórico a otro. Sin embargo, en los últimos dos sexenios el PRI y el PAN se identificaron tanto, que algunos diputados federales del PRI le agradecieron públicamente a los del PAN por haberles participado de su cultura política.
No obstante lo anterior, cuando los priistas quedaron con una minoría de representantes en la cámara de diputados y senadores, uno esperaría que se hicieran algunas preguntas como las que se empezó a hacer René Juárez Cisneros: ¿Qué interpretamos mal? ¿interpretamos mal el movimiento del 68? Y otras parecidas, pero al parecer, no sucedió así. Todavía cuando eligen dirigente nacional del PRI a Alejandro Moreno, se podía observar que continuaban con sus propios métodos y procedimientos, y algunos priistas destacados renunciaron a ese partido porque el gobierno había intervenido para que Alejandro Moreno fuera el dirigente nacional del PRI.
¿Qué sucedió entonces, que ahora presenciamos la coalición PAN, PRI y PRD con las pérdidas que ello implica? Sabemos que en todo proceso político hay negociaciones, unas se conocen pronto, y otras, tiempo después hasta que se hace una investigación. Si ahora se les pregunta lo primero que responden es que la alianza principal es con la sociedad civil; esta es lo opuesto a la sociedad política, pero la sociedad civil es mucho mas que dos organizaciones patronales, ahora claves detrás de los partidos que componen esa coalición; tampoco representan a la sociedad civil, porque nadie ha elegido a esas dos organizaciones.
Seguramente habrá varias interpretaciones de esta coalición. La mía es que la dirigencia nacional del PRI se dejó imponer la política del PAN en toda la línea, y en el caso de Zacatecas no es por el porcentaje de mujeres incluidas para las gobernaturas, porque al final el tribunal electoral añadió: “en lo posible”. No sabemos a ciencia cierta por qué hizo esto la dirigencia nacional del PRI, porque en Zacatecas puede suceder lo que hace días difundió Fito Bonilla: no renuncia a la militancia, pero se aparta de la política para dedicarse a actividades privadas, con la idea de que no se necesita de la política para trascender. No tengo duda de que esto mismo harán varios priistas ante las decisiones inexplicables de su dirigencia nacional. ¿Se equivoca la dirigencia nacional del PRI? Usted tiene la palabra.
